Según el filósofo Benjamin
Franhlin “tres personas pueden guardar un secreto si dos de
ellas están muertas”. Eso creo que es tan real y
significativo, como que La Línea de la Concepción es mi
ciudad de nacimiento y que el río Guadalquivir pasa por
Sevilla.
Por ello, cuando se haga algo de lo que haya que guardarse
riguroso secreto, la mano derecha nunca debe saber lo que
haga la izquierda. Porque de lo contrario, el secreto dura
menos que un silbido, ya que el boca a boca corre más que un
galgo en el canódromo de Barcelona.
En esa capital espero estar esta semana de viaje cultural,
acompañado por la reina de mis mares, tierras y universos. A
la que pido encarecidamente que siga protegiéndome con sus
sabias actitudes y procederes. Porque sin ella soy un barco
a la deriva, sintiéndome más perdido que Iñaki Urdangarín
circulando con el viejo utilitario de su esposa la Infanta
Cristina, para exteriorizar ambos austeridad en estos
momentos tan delicados que atraviesa la Casa Real de España
por lo de Corinna… y por estar él imputado de haberse
presuntamente enriquecido innoblemente.
De Barcelona, guardo inolvidables recuerdos, porque cuando
tenía unos dieciséis años llegué allí con lo puesto a
principios de los setenta, huyendo de la hambruna existente
en Algeciras y comarca. Y durante los años que permanecí
ganándome el sustento de sol a sol en una fábrica llamada
Cetrisa sita en Hospitalet de Llobregat. Y por las noches
estudiando o ensayando con la banda de música la Principal
de Hospitalet, se me abrieron los ojos hacia el mundo.
No obstante, en este viaje a pesar de mis dulces y agrios
recuerdos de aquella época. No tengo intención de probar el
pan con tumaca, porque tengo que prevenir el colesterol y el
ácido úrico. Debiéndole hacer caso a las recomendaciones de
mi médico, porque de lo contrario, las arterias se me
obstruyen y la ‘papa’ me puede pegar un susto, como el que
me pegó el ataque de gota que padecí, no por consumir magra
en grandes cantidades como Felipe II ‘El gotoso’, sino hojas
verdes de acelgas o espinacas…
Pero para susto, los que tendrán por el cuerpo los que hayan
ido al Restaurante La Camarga de Barcelona, por aquello de
la trama de espionaje que saltó a la opinión pública hace
unos días, realizada por la agencia de detectives Método 3.
¡Menos mal!, que no se me ocurrió años atrás ir a papear a
ese lugar, aunque en este viaje sería el mejor momento para
hacerlo, porque habrán hecho un gran barrido por todos los
rincones. Y por no quedar no quedará ni el florero donde
colocaron el micrófono para escuchar cuanto se dijeron la
presidente del PP de Cataluña Alicia Sánchez Camacho y la
expareja del presunto hijo corrupto de Jordi Puyol.
Los submarinos, chivatos, espías y correveidiles...tanto de
los géneros femeninos, masculinos y neutros se mueven por
cualquier lugar. Y en el Gran Debate de Tele5 de la noche
del sábado 23F, emitieron la cámara oculta del seguimiento
que le hicieron al duque, Iñaqui Urdangarí, en el avión en
el que se desplazaba a Palma de Mallorca, al tener que hacer
en la mañana de ese día, el paseíllo de la vergüenza hacia
los juzgados, para prestar declaración y ser interrogado por
el juez, por su imputación en el caso Nóos.
Al hilo de los secretos, el expresidente de la comunidad
cántabra, Miguel Ángel Revilla, personaje que me caía bien
ejerciendo la política y ahora también, de momento. En el
programa ‘Pido la palabra’ de Canal Sur del viernes 22. Dijo
que le quedaban aproximadamente una media de 15 años de vida
y que durante ese tiempo que le resta hasta la llegada de su
último viaje, “va a decir lo que piensa desde su libertad,
al no estar sujeto a siglas políticas”.
Nunca es tarde, Miguel Ángel, pero esa actitud la debería
haber tomando siendo político. Porque si de mi hambre mando
yo, de mi libertad también, es lo que hice desde que nací a
pesar de las muchas adversidades sufridas, Aunque se está al
filo de la guillotina, porque intentan quitante la libertad
al menor descuido. Y supongo que usted ejerciendo la
política, algo se habrá tenido que tragar doblado y
mantenerlo en secreto. Porque de lo contrario, si lo
divulga, se le caería hasta el bigote, porque en esos casos
es posible que no respeten libertad de expresión alguna.
Manuel Azaña (1880-1940), escritor y presidente de la
Segunda República española, con respecto a guardar un
secreto, al decir que: “En España la mejor manera de guardar
un secreto es escribir un libro”. Este ‘Caballero cubierto’
José Salguero Duarte, no ha escrito uno sino dieciséis
libros, siendo el último de ellos el titulado: Vómitos de un
volcán. En el que a igual que en los anteriores, lleva
escrito para que se sepa muchos secretos, verdades y
mentiras que me impactaron en el pasado año 2012.
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