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OPINIÓN - DOMINGO, 3 DE MARZO DE 2013

 

OPINIÓN / ESCRITOS CABALLAS

Tengamos un recuerdo
 


Javier Chellarám
opinion
@elpueblodeceuta.com
 

Era una mañana fría, lluviosa, y desapacible, y tras la clase teórica del curso, me dió por ojear la prensa, hasta que llegué a una esquela mortuoria, y no me lo podía creer, había muerto Don Francisco Sanchez Menchen, y la verdad es que la segunda parte del curso, que era el practico, no estuve lo enchufado que habría querido, porque muchos recuerdos me vinieron a la memoria.

Paco Menchen, como lo conocíamos, era Legionario de Honor, y posteriormente Secretario Nacional de la Asociación, era un hombre, correctísimo, integro y cumplía de lleno con el Credo Legionario, habiendo sido el Soldado Regular, siempre tenía esa mirada al sol, y ese momento de silencio, por cuando todos sabíamos , que el II Tercio, la V Bandera, la Patria y la Nación, nunca olvidarían, que su hijo el Sargento Don Carlos Sanchez Perez, había muerto en Acto de Servicio, al volcar su BMR, en las inmediaciones de García Aldave.

Fue hace ya diez años, un ocho de junio, cuando yo me sentaba junto a el, en el acotado, reservado a los Legionarios de Honor, en el Patio de Armas en García Aldave, cuando me dió su apoyo y que me acogiera, en esos momentos, cuando me sentía hecho un flan de nervios, esperando me llamaran a salir, para recibir mi nombramiento de Legionario de Honor.

Aquel dia, a la vera de Paco, y compartiendo una emoción increíble con Ildefonso Alvarez Felipe, vi la dimensión de Paco, cuando el Coronel Roel Fernandez, lo llamó para depositar, ante el monumento a los Caidos, y ante el Cristo de la Buena Muerte, la Corona de Laurel.

Paco, regresaba a nuestro lado, descompuesto, hecho un mar de lágrimas e Ildefonso, no paraba de consolarlo, así dimos paso a una amistad muy bonita, y entrañable, el sabía de mi interés, por preguntar, por escuchar, por escribir, y por eso, cuando ibamos a las comidas tanto de bienvenidas y de despedidas, de los Mandos del II Tercio, el me ponía al lado de los Jefe de las Banderas, o bien del Oficial de más graduación en ese momento, y el se sentía a gusto, mientras nos poníamos a charlar compartiendo mesa y mantel.

El Gimnasio de la Plana Mayor del Serrallo, lleva el nombre de su hijo, Sargento, Don Carlos Sanchez Perez, y hace diez años, Paco escuchaba de boca del entonces Teniente Coronel Estevez, “ lo vamos a condecorar” , Paco lloraba, ante el plato , mientras cogía los cubiertos, era puro sentimiento y devoción, por el cariño hacia un hijo perdido.

Siempre estaba el primero, cada Aniversario de la Fundación, en cada acto, y recibía el abrazo y reconocimiento de toda la guarnición ceuti, y seguía teniendo unos detalles, cuando por algun momento, me veía desplazado en las comidas, del resto de comensales, que se habían repartido las sillas, y claro, como siempre entraba yo el ultimo en el comedor, con esto de mi cortesía y al ser más joven, me veía sentado con los que visten la Camisa Verde, los oficiales y suboficiales Legionarios, y Paco, que era tan sencillo, cogía y se venía conmigo al postre, y decía, Javier me vengo aqui contigo.

Que sepas Paco, que aprendí aquello y por supuesto, hoy dia, ya no me esfuerzo, y me siento directamente, con mis Oficiales Legionarios , en la mesa, y nos ponemos al tanto con las nuevas tecnologías, y les traslado las batallitas, que tanto aprendí de los que me dejaron sus memorias y se marcharon al cielo , a agruparse, como has hecho ahora mismo tu.

Menos mal Paco, que no viniste al Patio de Armas de aquel sabado lluvioso, cuando recogimos el Guión del Gran Capitán, Gonzalo Fernandez de Cordoba, se había disuelto la V Bandera, y aquel día, se dedicó aquel momento a la memoria de tu hijo, aquella emoción, nos habría superado a todos.

Me siento orgulloso, de haberte dedicado muchas palabras en vida, pero hoy te traigo a estas lineas, por cuando ya nada será igual, te vi llorar , cuando se despedía el General Lopez de Olmedo, y siempre te pondré como ejemplo Legionario, cuando entregaste el arma de tu hijo , junto con sus objetos al Museo de La Legión, y así lo hizo , reconocer en ti , el entonces Coronel Don Juan Miguel Mateo Castañeyra.

Perdoname, Paco, si algun dia se me escapa alguna lagrima, en la Oración a los Caidos, porque simplemente, escucharé por la megafonía, tengamos un recuerdo, a todos que vistiendo el Uniforme Legionario, dieron su Vida por España, sirviendo en las Filas de la Legión.
 

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