Me refiero a la seguridad en el
área de los 18 kilómetros cuadrados que tiene Ceuta.
Y digo que algo no funciona porque el hecho de que en dos
meses se hayan dado ya cinco tiroteos ha dejado de ser una
cosa pura y simplemente circunstancial, para convertirse en
algo muy diferente y peligroso.
Y la cosa no es que vaya por barrios, la cosa está en que
hay hechos que se repiten y parece que o no se les da
importancia, o no hay capacidad para desbaratar esa
situación que se ha vuelto muy complicada.
Mirándolo bien, uno no sabe qué es peor de las dos cosas,
pero la una y la otra empiezan siendo complicadas.
La relación de hechos de este tipo que se han venido
repitiendo abarca desde los mismos finales del año
concretamente desde el día 30 de diciembre hasta hace un par
de días.
¿ Por donde se puede abordar esto?. Las personas de la
calle, los que no somos expertos en este tipo de acciones y
circunstancias, ni vemos como se puede solucionar esto, ni
somos competentes para dar consejos sobre la materia.
Afortunadamente, Ceuta tiene unas fuerzas suficientes y
suficientemente idóneas para poder terminar con estas
situaciones que están rompiendo la clara y simple
convivencia de las personas de aquí.
Los 18 kilómetros de los dominios de Ceuta pueden dar lugar
a que haya lugares donde cobijarse aquellos que no siguen el
orden que debieran seguir, pero esos 18 kilómetros
cuadrados, con la policía que hay pueden ser pateados y más
que controlados para evitar que esto se esté repitiendo con
tanta frecuencia.
El orden, sin el cual no es posible la vida, depende del
organismo que ha dependido siempre, desde hace muchos años.
El orden, por mucha progresía que se defienda, en
determinados foros, debe predominar sobre “la ley de la
selva” que algunos quieren imponer, y ese orden, por las
buenas o por las menos buenas, debe existir aquí como en
todas partes.
Pero hay más, parece que el escenario del último tiroteo ha
sido el mismo en el que hace algo más de dos semanas sucedió
otro tanto, con la misma o parecida escena. No estamos ante
hechos muy diferentes, ni en lugares diametralmente
opuestos.
Ardo en deseos de ver cual es la información, la opinión y
no sé si la justificación o la visión desde el organismo
competente en este tipo de asuntos.
El silencio, el meter la cabeza debajo del ala, el pasar de
puntillas sobre unos hechos así no ayuda y no va a ayudar
nunca a desmontar este tipo de conflictos.
Dos meses, poco más o menos, desde el 30 de diciembre, luego
28 de enero, luego el 29 de enero, después el 11 de febrero
y ahora esto otro es demasiado, la situación no produce o no
debiera producir ningún tipo de satisfacción, primero a los
afectados y, de la misma manera, a los que pueden, sin
buscarlo, encontrarse, a cualquier hora, en un lío que no
estaban buscando y que les ha llegado por donde no
esperaban.
Los hechos ahí están y el seguir tan en silencio implica que
algo o mucho parece que ha dejado de funcionar, cosa que no
es la mejor para hacer un balance positivo de lo que es la
Ceuta de hoy. Eso debe quedar claro.
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