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OPINIÓN - DOMINGO, 3 DE MARZO DE 2013

 

OPINIÓN / EL OASIS

Elogio de la mentira
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

Mentir no es sólo decir lo que no es. También y sobretodo significa decir más de lo que es, y, en lo que respecta al corazón humano, decir más de lo que se siente. Albert Camus, en relación con lo reseñado, dijo que es algo que hacemos todos para simplificar la vida. En suma: hizo elogio de la mentira.

Atendiendo a esa forma de pensar, comprendo que María Dolores de Cospedal hizo bien mintiendo, días atrás, durante sus declaraciones acerca de cómo han sido las relaciones laborales de Luis Bárcenas y el PP. Cierto es que si la mentira es una forma de talento, como ya dijera el filósofo de turno, las propaladas por la secretaria general de los populares dieron motivos suficientes para que fuera tenida como la primera tonta del bote de España.

Sí, ya sé que ustedes dirán que es Abogada del Estado y no sé qué mas, pero también los habrá que nos recuerden que el mundo está lleno de tontos -y tontas- con muchos títulos. Y la señora de Cospedal, que yo sepa, no ha sido ridiculizada por sus mentiras, por propios y extraños, sino por no mentir bien. Lo cual es inexplicable: ya que si por algo se han distinguido siempre las secretarias es porque se han pasado media vida falseando la realidad con arte.

Para mentir hay que darle al asunto un aire indiscutible de seriedad. Así que no me negarán ustedes que la persona que mejor miente en España es Mariano Rajoy. Lo hace con tanta solemnidad que no se le notan sus trolas ni cuando permanece silencioso. Y para qué hablarles de cuando decide contarnos cosas irrelevantes para despistar. Jamás he visto a nadie irse más y mejor por los cerros de Úbeda.

En el caso del presidente del Gobierno, también hay que darle matricula de honor por haber asumido que “vivimos gracias a la mentira, que un mundo sin mentiras es un mundo que no sólo asusta, sino que es radicalmente inhabitable”. De hecho, debido a la forma de ser de don Mariano, los españoles estamos disfrutando más que nunca de serlo.

Fechas atrás, un amigo me decía que a su condición de mentiroso, unía Rajoy otra indiscutible que le adjudicaban a Francisco Franco: Sabía siempre cuál era su objetivo, equivocado o no. Y buscaba los medios precisos para llegar a él. A veces –muchas veces- el medio utilizado para lograr el fin era el silencio, el paso del tiempo, el agotar la capacidad de resistencia del opositor.

Mira por dónde es Rajoy quien lleva un franquito en su interior y sin embargo quien tiene la fama de poseerlo es nuestro ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón. Cría fama y échate a dormir. Y es que los refranes son experiencias vividas.

A propósito: no se me quita de la mente la mala fama que ha ido adquiriendo Luis Bárcenas. A quien ni siquiera sus mentiras le han concedido el derecho a ser tenido por el hombre más inteligente de España. Excepto en Ceuta. Por supuesto. Que aquí el más inteligente es el secretario general de CCOO. En lo suyo, claro está. No vayan a confundirse.

Sigo con Bárcenas. Un tío que, siendo tesorero del PP, ha conseguido tener una cuenta en Suiza de 38 millones de euros, sin que nadie se diera cuenta de cómo actuaba, está más que preparado y legitimado para sustituir a Montoro y a De Guindos. Cuyas mentiras carecen de enjundia. E incluso me voy a permitir mirar más hacia arriba: ¡qué bien le vendría a Tarcisio Bertone, camarlengo del Vaticano, el extesorero popular como responsable de la “cámara del tesoro” de la Iglesia Católica!
 

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