Los cineastas ceutíes Abdelatif Hwidar, César Martín y
Óscar Berdullas dan su visión en torno a la polémica de los
Goya y hablan sobre si el cine debe ser reivindicativo. Los
tres coinciden en señalar que el séptimo arte debe ser
también una plataforma de denuncia, aunque las opiniones
deben darse siempre “con coherencia”. “Cuaquier forma de
expresión es un grito del pueblo”, apuntan.
Hace unos días fueron los Goya, y ayer, los Óscar. El
director Abdelatif Hwidar sabe de lo que habla cuando
describe las controversias suscitadas en la última edición
de los premios Goya. Él mismo recibió una estatuilla en el
año 2008 por el cortometraje ‘Salvador (Historia de un
milagro cotidiano)’. “Denunciar una injusticia como la que
se está cometiendo con la ciudadanía es lícito, siempre que
se haga desde la educación y desde el respeto”, asevera el
cineasta.
En relación a la fiesta de la Academia, el cineasta
considera que “nunca está de más denunciar las injusticias
sociales y reivindicar valores”. Aunque, por otra parte,
matiza que hay que ser “consecuente” al pensamiento, ya se
sea “de izquierdas, de derechas o de centro”. “Se critica
por igual y en ese sentido, la reacción del ministro de
Hacienda, Cristóbal Montoro [que acusaba a “famosos actores”
del cine patrio de no pagar impuestos en España] me parece
muy mal, sobre todo cuando tienes a tu partido con esos
problemas abiertos, un caso Bárcenas, lo mínimo es guardar
silencio”, añade Hwidar, quien concluye: “Puestos a
definirse, me pongo al lado de los actores sin ninguna
duda”. “Creo que la clase política está en unos mínimos
históricos de credibilidad en este país”, agrega, y lamenta
que “los recortes han sido salvajes”, además de lo que ha
perjudicado al cine “la subida del IVA”. “Me parece muy
ofensivo que a los toros y al fútbol se le ponga un IVA del
10% y al cine y al teatro, que son medios precarios, se le
ponga el 21%, el IVA a la cultura más caro de Europa, algo
que evidentemente no es casual sino un castigo”.
Cine local
César Martín Alcaide, miembro de la Asociación
cinematográfica de Ceuta, apunta además que en el caso de
Ceuta, el cine que se hace es con un dinero “casi simbólico”
y gracias al esfuerzo de quienes lo ponen en marcha.
“Colaboramos unos con otros para poder hacer cositas”,
apunta.
Martín añade que la función del cine es “contar historias”.
“Yo creo que los cineastas son personas con sus propios
ideales, pero que el cine que no te cuenta nada es más
pobre, por ello la gente del cine, desde los griegos,
reivindica, y eso es sano”, apunta el director de cine
ceutí.
“Lo que sí me parece -matiza- es que hay gente que se ha
nutrido de un sistema capitalista, de una serie de ayudas
que el Estado ha dado y que ahora reivindican de manera
hipócrita. Tú no puedes beneficiarte de unas ayudas muy
concretas, y después criticarlo”.
“Cualquier forma de expresión es un grito del pueblo, lo que
pasa que ese grito debe ser acorde a tu conciencia”, apunta.
Añade que en el caso local influye mucho el “aislamiento”,
lo que dificulta la promoción del cine de Ceuta y hace más
necesario el “apoyo institucional”. “Pero más que dar
dinero, se debería de fomentar la capacidad de crear formas
alternativas de hacer cine”, sostiene.
Críticas al sistema
Por su parte, Óscar Berdullas Pomares, guionista y director
ceutí afincado en Granada, opina que el cine “puede ser o no
reivindicativo”, pero que el suyo lo es: “El mío lo es
porque yo siento la necesidad de que así sea”. “Lo lógico es
que la gente piense en el cine como una forma de
entretenerse, de ahí el ‘éxito’ de películas con ‘La Jungla
de Cristal’, aunque vaya ya por la quinta parte. Pero desde
mi punto de vista, el cine tiene que servir al cineasta como
vehículo de expresión para reflejar los problemas y las
inquietudes de un pueblo y su sociedad”, añade.
En concreto, respecto a la gala de los Goya, Berdullas
reivindica el derecho a la crítica. “Creo que los políticos
y los medios de comunicación a su servicio, han procurado
tirar por el suelo la imagen de gente como Maribel Verdú,
que creo que está en su derecho de decir lo que piensa”,
sostiene.
El director agrega: “No tacharía a nadie de frívolo ni mucho
menos. La gala de los Goya, lo queramos o no, es un
acontecimiento que ve mucha gente y aprovechar la
oportunidad para reivindicar mejoras y criticar al sistema
es lógico y sano, una democracia necesita la autocrítica y
la nuestra, en los tiempos que corren, más aún”, reivindica
el cineasta.
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