Puede que sea una fórmula ilusoria
la que se me acaba de cruzar por una parte de mis células
grises, pero no deja de ser una fórmula con cuerpo, pero no
con alma.
Dejaré para un poco más abajo esto que acabo de escribir.
Este fin de semana está siendo terrible y espantoso: toda mi
familia ha caído abatida por las balas disparadas por la
gripe. Incluso yo.
Hasta el bastión más fuerte, mi mujer, no ha podido resistir
tan virulento ataque.
Da la casualidad que el enfriamiento del entorno climático
haya sido tan brusco (pasar de 14º a 2º no es, desde luego,
un cambio suave) y aunque apenas hemos visto unos cuantos
copos de nieve, el frío, tremendo, se nota más por el aire
que por la temperatura en sí.
A eso llamamos sensación de frío con la interpretación del
termómetro en -2º aunque marque 2º.
Hablaremos sobre esa Ley de Reforma Laboral que sacaron los
empresarios-políticos, o políticos empresarios, de la manga
para tratar de convencer a quienes le votaron que eran
maestros en eso de sacar al país de la mala economía que,
según ellos, lo había sumido los socialistas.
Ya comenté, en su momento, que si metían en el gobierno a
gente que habían hundido empresas financieras nada bueno
saldría. Va camino de cumplirse lo que dije, sin necesidad
de usar al manido Diego.
Cuando yo afirmaba que el déficit que anunciaba el Gobierno
no se ajustaba a la realidad, no andaba descaminado, ni
mucho menos, a la vista de las confirmaciones que realizan
desde Bruselas sobre la economía española.
Mal que nos pese, la mencionada ley de Reforma Laboral no es
otra cosa que un intento, intento amargo, de salvaguardar
las carteras empresariales de cualquier riesgo laboral que
las huelgas, y con ellas los sindicatos, quisieran poner
coto a los desmanes empresariales.
Entre el montón de casos que se han dado, y se darán, con la
existencia de esta ley, está la decisión del Tribunal
Supremo de considerar un accidente laboral el suicidio de un
trabajador en su domicilio.
¿Quién o qué ley defiende al trabajador que sufre episodios
de ansiedad asociados a las condiciones a que obliga su
empresa?
¿Cómo es posible que hoy en día siga deteniéndose a quienes
secunde huelgas? ¿Cómo siguen abriendo expedientes
disciplinarios en el mismo caso?
Padres de familia que no han roto ni un plato en su vida son
imputados como simples gamberros que destrozan el mobiliario
urbano o dañan bienes inmuebles…, menudo berenjenal saben
montar quienes están interesados por los efectos contrarios
a las huelgas.
Ya conocemos, sabemos y vemos a los piquetes que se meten en
cualquier huelga o manifestación para reventarlas. Son
profesionales de la movida ‘molida’.
Actúan en momentos psicológicos.
Provocan la participación de las fuerzas antidisturbios y
desaparecen pronto del mapa, cuando ya están enzarzados, los
huelguistas o manifestantes, en la batalla.
Esto es una constante en nuestro país.
Herencia del franquismo y sus falangistas provocadores.
Estamos en un país lleno de mentirosos y con una prensa que
no se cansa de calificar de ‘noble’ a la alemana Corinna
Sayn-Wittgenstein, llamada también la amiga del rey, cuando
es bien notorio que en Alemania ya no existe la
aristocracia.
Con este cóctel de ‘cuentos’, me he olvidado del principal
tema del artículo. Bueno, ya es tarde para enmendar la plana
y redactar ahora lo que en realidad quería escribir.
En fin, considero cumplida por hoy esta Nota. Ya escribiré
lo que en realidad quería escribir.
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