España, bajo el sometimiento del
sistema político imperante, creo que no tiene los antídotos
necesarios para combatir las graves enfermedades políticas
tóxicas y dañinas que padece. Por ello, hay quienes piensan,
entre los que me encuentro, que es necesario y con carácter
de urgencia el inicio de una nueva transición política, para
regenerar con sabias vírgenes este presunto sistema
corrupto.
Para ello, hay que hacer una limpieza o criba desde la más
alta Institución del Estado a la menos importante, para
desalojar totalmente de sus poltronas a los malignos y
cancerígenos tentáculos políticos reales y anejos
incrustados, en los pilares fundamentales de este Estado de
estados o Nación de naciones.
Pienso así, sobre este sistema político ‘democrático’
español, no desde hace dos telediarios, ni desde la última
sesión del Estado de la Nación celebrado en el Congreso de
los Diputados el pasado miércoles 20 de febrero. Sino desde
hace años cuando me percaté, que delante o detrás del telón
político no todo es transparencia, honradez, libertad e
igualdad en mucho de lo que pulula, hierve y bulle en esta
España oficial hipócrita, mentirosa y farsa.
Por ello, creo que este régimen es tan presuntamente
parasitario y libertino de entre cuantos puedan existir en
el Universo, al haber demostrado sobradamente determinados
de nuestros gestores… públicos, que cierto de sus procederes
atentan gravemente contra la dignidad humana y la esencia de
los pueblos. Por ello, al haber visto actuar a ciertos
presuntos golfos de la política en sus teatreras funciones
con o sin taquígrafos. Alteraron mis sensibilidades de tal
forma, que provocaron que sintiera hacia ellos toneladas de
tirria, repugnancia, aversión, grima y hastío.
Su excelencia don Mariano Rajoy, presidente del Gobierno
español y del Partido Popular, en el referido Debate del
Estado de la Nación dijo: “No es verdad que en España haya
un estado generalizado de corrupción. Eso es una insidia”.
Generalizar, don Mariano, sobre el asunto de las muchas
presuntas corruptelas existentes en España, no lo haré
nunca, porque sería aparte de injusto, entregar la cuchara
para que me zampen sus tentáculos justicieros. No obstante,
pienso que es una presunta cantada o paparruchada política
más por su parte, proponer como lo hizo en ese debate “un
acuerdo a los grupos para detener el deterioro de la imagen
de la política por la corrupción”.
Porque lo que debería haber hecho desde hace años, es haber
limpiado la presunta corruptela que existe en las catacumbas
de su partido conservador y cristiano. Como pueden ser los
casos del presunto ratero, su extesorero Luis Barcénas, al
que ha estado pagándole su partido unas millonarias
mensualidades hasta hace unos meses. De igual forma que han
hecho presuntamente también con Sepúlveda, exesposo de la
actual ministra de Sanidad Ana Mato. Individuos que están
inmersos en procesos penales, porque ejerciendo la función
pública, presuntamente han trincado ‘manteca’ y algo más
procedente de presuntas tramas corruptas.
Por ello, lo que debe imperar en España es la Ley. Y lo que
debe hacerse en todo momento, es dejar actuar a los jueces y
fiscales… con absoluta libertad. Y no tantas presuntas
obstaculizaciones y trabas políticas impidiendo por activa o
por pasiva el libre ejercicio de las funciones de la
Justicia.
Por lo que, mientras usted don Mariano se vanagloriaba en el
Congreso por lo mucho que dijo que ha hecho en el año que
lleva mal gobernándonos. Los profesionales de la Justicia
española se manifestaban por todo el territorio nacional,
contra las injerencias de la política en la Justicia, contra
las recientes reformas en la Justicia llevadas a cabo por su
ministro Gallardón, contra la nueva Ley de Tasas judiciales,
contra los desahucios, indultos…
Consecuentemente, señor presidente, más mentiras no caben. Y
si según usted “España ya tiene la cabeza fuera del agua”.
Será la España de la casta a la que usted y los suyos
pertenecen. Porque lo que es la España de los más de
6.000.000 de desempleados, sigue por día estando más ahogada
que nunca, hasta el punto que la hambruna, la miseria y la
desesperanza en gran parte de la población es de tal
gravedad, que la agonía y los suicidios entre las personas
de bien es un goteo diario.
Sin embargo, usted y los de su gobierno…, al permanecer en
una nebulosa protegidos por sus legiones de asesores,
aparatos y palmeros de toda clase de profesión, oficio y
condición, no les afectan las penurias y miserias que sufre
el pueblo. Con el agravante, de creerse usted y su partido
que lo están haciendo bien por España en general. Cuando
presuntamente han actuado más a favor de su particular
España del capitalismo que mece sus cunas.
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