En los años que llevamos con esta
democracia, creo que la más larga de los últimos siglos,
hemos visto nacer, crecer, desarrollarse y, prácticamente,
perecer muchos grupos políticos, tanto a nivel nacional,
como autonómico o nacional.
Quienes, en aquellos años del inicio de nuestra democracia
ya veíamos y preveíamos hacia donde se podían encaminar unos
y otros, no podemos por menos de recordar como el principal
partido o sucedáneo de partido, de nuestra democracia, pasó,
en sólo dos elecciones, de ser el partido más serio de los
que han gobernado, a desaparecer del espectro político. Me
refiero a la UCD.
No ha hecho más que ser el aniversario de aquel 23-F de
1981, fecha funesta para la historia de nuestro país, y en
aquellas fechas era la UCD, ya muy tocada de ala, la que,
sin terminar la legislatura, tras la renuncia de Adolfo
Suárez, trataba y consiguió que el presidente fuera otro
hombre de su grupo, Leopoldo Calvo Sotelo.
Desde entonces, a pesar de que hubo muchas épocas de sequía,
ha llovido mucho, y desde entonces hemos pasado de unos
políticos honrados, a unos trincones, que más que
preocuparse de corregir y enmendar todo lo desarreglado en
el país, se van preocupando, cada día más, de asegurarse su
porvenir. Y esto está pasando en todos, en los ámbitos
nacional, autonómico e incluso local.
Ello, naturalmente, ha hecho que en estos últimos 35 o 36
años hayamos visto florecer una serie de siglas, que poco a
poco se han ido marchitando, y ya de ellas no queda ni el
recuerdo.
Por poner dos ejemplos, UCD pasó del Gobierno a la
desaparición, esto a nivel nacional y si nos quedamos en el
ámbito local, aquí en Ceuta veremos que un día cayó por aquí
un grupo de aventureros, los del GIL, que ganaron las
elecciones y, por mor de los trapicheos de más de uno, de
haber ganado unas elecciones pasaron a la desaparición en
las siguientes y a quedarse en nada. Bueno eso de nada es un
decir, porque por ahí quedan, todavía, muchos de ellos y muy
bien colocados, sin contar con aquel o aquellos otros que
emigraron y se llevaron algo más que un simple recuerdo.
Con todo, es cierto que los partidos no son eternos y prueba
de ello es que de todo el espectro de siglas del año 1977,
que concurrieron a las elecciones, las primeras, el 15-J,
sólo queda, con el mismo nombre que entonces, el PSOE, todos
los demás han cambiado de línea o de siglas, si es que no
han desaparecido.
Pero esto no ha terminado y bien que me alegro, porque veo
que el grupo CiU, que domina y ha dominado profundamente en
Cataluña, a lo largo de muchos años, ahora, por todos esos
líos internos que van apareciendo, empieza a hundirse, poco
a poco, dejando el primer puesto a los republicanos de ERC.
Poco me gusta, porque es cierto que CiU tiene demasiadas
cosas raras en sus archivos, pero no quiero ni pensar cual
sería la marcha de las relaciones, con el resto de España,
si un día ERC se hiciera con las riendas de Cataluña.
De todas formas, llevamos un mes electrizante y cada día se
va multiplicando un poco más la insatisfacción con la
política, especialmente, por los continuos casos de
corrupción en todos los partidos, o al menos en todos los
que han llegado a “tocar pelo”.
Por eso no excluyo a ninguno, porque basta con que un grupo
coja las riendas, aunque sea de un simple pueblo, para
comenzar a desarrollar la lección que los otros le vienen
dando.
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