No podía ser de otra forma. Desde
siempre ha marcado unas líneas que no eran las más
favorables para España, a pesar de que desde nuestro país se
le ha tratado como si fuera una verdadera personalidad en la
política mundial.
Me refiero al presidente de Bolivia, Evo Morales, que nos
acaba de “robar”, a base de expropiación, las posesiones de
Abertis y Aena en ese país.
España parece que es, vista desde varios territorios
americanos, como el muñeco del pim-pam-pum, pues a la
nacionalización hace meses, que llevó a cabo la presidenta
Argentina, ahora se une lo del presidente del jersey de
rayas.
Llegados a situaciones de este tipo, la pregunta que hay que
hacerse es ¿Merece la pena que empresas españolas se
instalen en ciertos países?.Realmente, la rentabilidad no es
mucha y los tratos con esas gentes, si es que no gentuzas,
son algo así como de papel mojado.
Abertis y Aena llevaban la gestión de tres aeropuertos, pero
esa gestión, desde hace muy pocos días, parece que ya es
historia.
¿Y desde aquí qué se dice?. Si nos atenemos a las
informaciones que nos van llegando, parece que la paciencia
podría estarse terminando, pero eso al del jersey de rayas
le suena a música celestial y poco menos que está diciendo
que “le echen un nudo al rabo de la primera mosca que vean
pasar”.
Está claro, estamos tirando el dinero, no nos respetan, se
ríen de nosotros, nos quitan todo lo que vean rentable en
cualquiera de las empresas que aparezcan por allí. Lo mejor
es romper, totalmente, y no invertir un solo euro en
territorio que ni es, ni va a ser seguro.
Y lo que le tiene que dar como una patada en ciertas partes
dolorosas a uno, es que todo un ministro de la categoría de
José Manuel García Margallo califique la expropiación de
“acto inamistoso”, aunque luego en un plan más duro haya
apuntado que eso “tendrá consecuencias”. Que sea así, que
las tenga, pero cuanto antes y cuanto más duras mejor.
Y llegados a situaciones como ésta, no se puede quedar en
palabras:”el Gobierno estudiará todas las medidas a
adoptar”. Pero eso que sea ya, no dejar que se vaya
olvidando.
Y menos mal a que parece que se les encendió alguna luz y
empiezan a apuntar con la “posibilidad de reclamar la
solidaridad de nuestros socios de la UE”. Esa podría ser la
solución más inmediata, aunque también aquí cada uno tiene
sus intereses muy particulares.
El bofetón ha sido tan fuerte que, a medida que va haciendo
efecto, el Ejecutivo parece que se va espabilando con “el
Gobierno español, muy a su pesar, procederá a replantear el
conjunto de relaciones bilaterales”. ¿Y qué?.
El del jersey de rayas mira con desprecio a los pactos
firmados y lo que habría que hacer, de inmediato, es
quitarle, pero de inmediato, pues no olvidemos que Bolivia
es uno de los mayores beneficiarios de la cooperación
española, parece que 61 millones de euros al año, eso habría
que retirárselo ya. Pero no olvidemos que en 2009 se le
condonó la deuda, 63 millones, por parte del Gobierno de
Zapatero.
En definitiva, que Evo Morales ha nacionalizado la gestión
de los aeropuertos internacionales de Santa Cruz, La Paz y
Cochabamba. Una vez más nos han tomado el pelo, y lo peor de
todo es que ha sido el del jersey de rayas.
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