Pensaba glosarles el encuentro del
sábado 2 en Roma, a la vera del Coliseo, con los
manifestantes por la calidad de la enseñanza en Italia, pero
va a ser que no; también pensé en describirles la caminata
del domingo 10 por el Gorgues, arriba de Torreta y tras
cruzar la agreste y pedregosa meseta, la bajada hasta Asla,
pero va a ser que tampoco; también había revisado mis
anotaciones para cascarles algunas reflexiones sobre la
figura y proyección actual de Mohamed ben Abdelkrim El
Jatabi, el emblemático líder independentista rifeño cuyos
restos siguen reposando en El Cairo y los nuevos intentos de
patrimonialización del mismo por el Neomajzén, crudo lo
tienen, que dejaré para ya mismo, el fin de semana que viene
para ser exactos y comprenderán entonces por qué, la cosa
tiene su enjundia. Pero no adelantemos acontecimientos.
Si el 15 de abril del año pasado las Fuerzas Armadas Reales
(FAR), que este año conmemoran el 57 aniversario de su
fundación el 14 de mayo de 1956, tenían desplazado al
coronel Ahmed Himmich al mando de la misión de observadores
de las Naciones Unidas en Siria (¡pobre país sumido en una
cruelísima guerra civil!), en la actualidad Rabat podrían
estar estudiando el despliegue de un contingente bajo el
mando de la ONU tras el repliegue de las tropas francesas en
Mali, previsto (ver veremos dijo el ciego y luego no vio)
para el próximo marzo, tras la consiguiente y preceptiva
resolución del Consejo de Seguridad. Anótese que el 20 de
abril de 2012, seis militares afectos a los servicios de
información (tres de ellos norteamericanos y otros tres
marroquíes) encontraban la muerte en Mali en un confuso
accidente de carretera, al parecer en las inmediaciones de
Bamako. Recordemos de paso que a finales del siglo XVI, el
imperio Songhay de Mali fue debelado en 1597 por el sultán
Mulay Ahmad (ayudado por un ejército morisco-andalusí),
Tombuctú destruida y el país colonizado por los marroquíes,
del que hicieron una provincia. Lo que no deja de ser
curioso.
En cuanto a los “cascos azules”, efectivos de las FAR
marroquíes han participado activamente en diferentes
misiones internacionales, desde Costa de Marfil (UNOCI,
abril 2004), Bosnia-Herzegovina (diciembre 1995 a diciembre
1996), Kosovo (KFOR, enero 2010), Somalia (ONUSOM I,
1992-1993 y ONUSOM II, 1993-1995, y República Democrática
del Congo (MONUSCO, noviembre 1999), hasta Haití desde
noviembre de 2004 a marzo de 2006, integrándose con las
Fuerzas Armadas (FAS) españolas y la Guardia Civil en el
operativo MINUSTAH. Además, tanto durante el derrocamiento
de Gadafi en Libia como en la última fase del conflicto
palestino-israelí, las FAR han desplegado completos
hospitales para asistir a la población y practicar
operaciones de urgencia. Añadamos que el 14 de julio de
1999, las FAR desfilaron al lado del ejército francés en los
Campos Elíseos y este año, me consta, fueron invitadas a
desfilar en Valladolid en junio de 2012 con motivo del Día
de las Fuerzas Armadas. Sí, han leído bien. El por qué
Marruecos hizo mutis por el foro declinando la amable
invitación es motivo de otra columna.
En cualquier caso, la inconclusa guerra de Mali está
suponiendo un terremoto en toda la región obligando a
posicionarse a todos los Estados de la misma. En Rabat,
además de seguir con suma atención los acontecimientos deben
de asumir, gústeles o no, diferentes frentes: el primero
interno, pues si bien el Reino de Marruecos se ha adherido
sin fisuras a la intervención francesa dando todo tipo de
facilidades (la base aérea de Guelmin, en el sur, fue puesta
de inmediato a disposición de los cazabombarderos Rafale),
con la obligada aquiescencia del gobierno liderado por
Abdelilah Benkirán, secretario general además del Partido de
la Justicia y el Desarrollo (PJD), la matriz ideológica del
mismo y su ala radical, el Movimiento Unicidad y Reforma (MUR),
se apresuró a desmarcarse criticando el operativo francés
por significar “la injerencia en un país musulmán”. A la
vez, se ha jaleado la participación de algunos centenares de
mercenarios del Frente Polisario (cobrarían entre 400 y 500
dólares mensuales) combatiendo en las fanatizadas filas de
MUYAO, (Movimiento para la Unidad de la Yihad en África
Occidental), franquicia de la organización terrorista Al
Qaïda, mientras la prensa marroquí no dejaba de lanzar
informaciones (éstas sin confirmar) sobre la huída de
dirigentes del mismo hacia los campos saharauis de Tinduf,
rodeados desde el comienzo de las hostilidades por un férreo
dispositivo del ejército argelino. Y mientras, Christopher
Ross de gira por las capitales del mundo mundial preparando,
según parece, un “diktat” para desbloquear de una vez el
impase en el que está sumido el enquistado problema del
Sáhara Occidental, las “Provincias del Sur” para Marruecos y
que Argel y Rabat (además de los “polisarios” de Tinduf) se
vayan amarrando los machos. Sin olvidarnos del complejo
dossier amazigh: así y además de los últimos disturbios en
el Rif, a primeros de febrero varias manifestaciones bajo el
lema Tawada N´Imazighen (La marcha de los amazighs) han sido
reprimidas en Nador, Alhucemas e Inezgane (Agadir),
confiscándose banderas bereberes y practicándose numerosas
detenciones, permitiéndose solamente una concentración
desarrollada bajo un severo control policial en la capital
del reino, la bella Rabat. Y mientras, Benki, a ver cómo se
llenan las escuálidas arcas de la “Caja de Compensación”...
No lo tienes fácil, amigo. Menos mal que la generosa Arabia
Saudí siempre ésta a mano, ¿pero a cambio de qué...? Visto.
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