Una construcción ilegal -recrecer con una segunda planta
una casa baja- provocó que el suelo cediese y se abrieran
grietas en los tres inmuebles colindantes, que por ese
motivo fueron declaradas en ruina inminente. Así lo narra el
vecino propietario de una de las viviendas afectadas, que
asegura que había denunciado la obra desde su inicio en
2005.
Un vecino del Recinto Sur, Jesús Sánchez Baglietto, se ha
sentido “indignado” cuando hace unos días el Gobierno de la
Ciudad Autónoma apeló a la ciudadanía a que “denunciara si
detectaban que cerca de sus viviendas se estaban realizando
construcciones ilegales”. Por ese motivo, ha optado por
contar su caso. Según relata, desde el año 2005 ha
denunciado a la Ciudad Autónoma en reiteradas ocasiones que
en la casa que colindaba con la suya se estaba levantando,
de manera ilegal, una segunda planta.
Al menos en cinco ocasiones -explica el ciudadano-, se
personaron en la calle desde el departamento de Inspección
de Vivienda a tomar fotografías de cómo iba avanzando la
obra, sin detenerla en ningún momento, ni que ello tuviese
consecuencia alguna. Cuando la obra finalizó, el suelo
cedió, lo que provocó “enormes grietas” en las tres casas
colindantes. Por este motivo, estas tres viviendas se
declararon en el año 2010 en “ruina inminente”, y la Ciudad
procedió a demolerlas.
Baglietto ha denunciado los efectos que ha tenido sobre su
casa -una de las tres afectadas- la construcción ilegal en
la vivienda de al lado. Sin embargo, la sentencia -el juicio
se celebró hace un par e meses- no ha salido favorable a él,
por lo que la Ciudad le reclama 4.000 euros por el derrumbe
de su casa, de los cuales ya le han quitado de la nómina
800, pese a tener recurrida la sentencia.
Mientras tanto, al otro vecino afectado, dueño de las otras
dos viviendas, el ejecutivo local le ha dado -según explica
Baglietto- una de las VPO del Hacho. Él reclama que también
se le adjudique una vivienda o, al menos, la parte
proporcional a lo que valía la propiedad que tenía en el
Recinto Sur, antes de que tuviese que ser derruida. “Yo hice
lo que la Ciudad pide, lo denuncié, pero no sirvió de nada,
sólo ganan los que construyen las viviendas ilegales”,
lamenta.
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