LUNES 11.
La noticia sobre la renuncia de El papa, Benedicto XVI,
que se producirá el 28 de febrero, ha acaparado la atención
de todos los medios. Por tal motivo, apenas se le ha
prestado atención al despido de Jesús Sepúlveda, ex
marido de Ana Mato, ministra de Sanidad. Implicado en
la trama Gürtel y empleado en la sede del PP, el despido de
Sepúlveda ha sido anunciado por María Dolores de Cospedal.
Que es la que se viene comiendo todos los marrones habidos y
por haber. Y lo ha hecho, curándose en salud; es decir,
diciendo que rectificar es de sabios. Es el primer paso que
da la secretaria general del partido para ver si el hecho
incita a dimitir a la señora Mato. Que debería ser el
siguiente paso de este enredo. Por razones obvias. Una de
ellas es que, en vista de que la ministra se viene haciendo
la distraída, habría que recordarle que los políticos
honrados se quitan de en medio cuando cae sobre ellos la
sospecha. Y en su caso, las hay de varios colores.
Martes. 12
Creo haber dicho ya en bastantes ocasiones que dejé de ir al
Murube hace ya dos temporadas. Al José Martínez Pirri
no he ido nunca. Debido a que un día me contaron cómo se
había construido y me juré no poner los pies en él. Lo cual
no significa que no me preocupe mucho más que nunca por las
actuaciones del primer equipo local. Y que arda en deseos de
que el Ceuta consiga ganar todos los partidos. Porque
conozco los esfuerzos que están haciendo sus directivos, sin
apenas medios y teniendo en contra a todas las autoridades,
políticas y federativas, a fin de que el equipo consiga
clasificarse entre los cuatro primeros. Por más que las
aspiraciones de salida fueran la de permanecer dignamente en
la categoría. No obstante, sigo sin entender los motivos por
los que el Ceuta se muestra tan falto de ideas para no ganar
fuera de casa. Lo cual se ha convertido en un defecto
crónico y que viene matando las ilusiones de cuantos
queremos, por causas obvias, que se juegue la liguilla de
ascenso. La gota de agua que ha colmado el vaso de la
paciencia ha sido, sin duda alguna, el partido de Montilla.
Perder en ese pueblo cordobés, y cómo ocurrió, ha sido
lamentable. Y ha posibilitado que me acuerde de aquella
Asociación Deportiva Ceuta, de la temporada 71-72, compuesta
por jugadores de la talla de Lima, Zacarizo, Quinichi,
Asenjo, Ormaza, etcétera, que jugaban de dulce en el
Murube y ganaban de calle. Eso sí, fuera de Ceuta se venían
abajo y la palmaban más o menos como el equipo actual.
Triste sino.
Miércoles. 13
El Real Madrid mereció mejor resultado frente al Manchester
United. La mala fortuna y la extraordinaria actuación de
De Gea, portero de los ingleses, se aliaron contra el
equipo de Mourinho. A quien hay que darle la razón cuando se
queja de que “Si perdemos los duelos individuales no hay
organización que resista”. Y se refiere a Sergio Ramos.
El cual se pasó de listo en el marcaje a Welbech:
autor del gol de los visitantes de cabeza en un saque desde
la esquina. Ramos lleva ya muchos meses convencido de que es
ya una figura legendaria del fútbol español y mundial, y se
viene comportando como una estrella endiosada. Quizá debido
a que sus consejeros lo están adulando de forma y manera tan
perniciosa para él como para su club. Poner en duda la
enorme calidad que tiene Ramos, como jugador, no sería de
recibo. Si bien es conveniente advertir que ha cogido la
senda equivocada. Y uno, dentro de sus modestos saberes
futbolísticos, podría enumerar acciones suyas que atentan
contra su equipo. Y que acabarán, sin duda alguna,
malogrando su extraordinaria carrera. El último error de SR,
que puede pagar muy caro el Madrid, fue el de querer pasarse
de listo con Welbech, y me explico: en vez de ir a
disputarle el balón, trató de desequilibrarlo con una mano y
acabó ayudándole a que tomara impulso. La irritación de
Mourinho, como la de cualquier otro entrenador, por el hecho
referido, es justa. Y merece algo más: merece castigo.
Aunque el penado se llame Sergio Ramos.
Jueves. 14
El presidente de la Asociación de Empresarios y
Concesionarios del Parque Marítimo del Mediterráneo,
Francisco Manuel Blanco, “Quino”, tuvo una
reunión con Juan Vivas el 8 de febrero pasado; y
según lo leído en este periódico, salió satisfecho de cuanto
le había dicho nuestro alcalde acerca de cómo acometer las
mejoras que está pidiendo a gritos El Parque para que los
empresarios puedan obtener rentabilidad a su inversión. A
Quino lo conozco yo desde hace muchos años. Y tengo la mejor
impresión de él. Por tanto, no he dudado lo más mínimo en
escribir sobre su actual estado de ánimo al comprobar que no
sólo le quieren tomar el pelo sino que además le han
amenazado que si sigue hablando de los problemas de El
Parque Marítimo del Mediterráneo tendrá que atenerse a las
consecuencias. Y he pensado, con suma celeridad, que el
consejero de Juventud, Deporte, Turismo y Festejos, Premi
Mirchandani, debería cuidar más las formas. De no ser
así, cualquiera le puede perder el respeto. Y respeto
perdido, respeto jamás recuperado. Oído, pues, al parche.
Viernes. 15
Cuando se habla de pusilanimidad, yo suelo recordar que para
Dante era un pecado tan desdeñable que decidió
colocar a sus reos en un rincón aparte del infierno,
aislados incluso de los demás condenados, de los que el
poeta respetaba al menos el haber ejercido sin cobardía su
libre albedrío. Hay cargos que van presumiendo de prudencia
cuando en realidad están pecando de timoratos, de medrosos,
de estar cortitos de valor y de ser unos apocados de tomo y
lomo. Son los que tardan un mundo en tomar decisiones
necesarias y confían que los problemas se arreglen con el
paso del tiempo. Es el caso del actual presidente del
Gobierno, Mariano Rajoy, a quien la vasta corrupción,
largamente tolerada, le ha colocado en una situación donde
todos quieren jugar al abejorro con él haciendo de monigote.
Una situación a la que ha llegado por creer a pie juntillas
lo que decía Camilo José Cela: “En España quien
resiste, gana”. Ahora bien, constancia y perseverancia, que
son cualidades estupendas, deben ir acompañadas también de
valor. Ese valor sereno que todo dirigente ha de sacar a
relucir cuando las circunstancias lo requieren. Rajoy es
persona apocada. Se parece mucho, en este aspecto, a nuestro
alcalde. Los dos son presas de la pusilanimidad. La que
tanto odiaba Dante Alighieri.
Sábado. 16
Surge en la sobremesa el nombre de Adolfo Espí Rovayo.
No confundir con Adolfo Espí Valero. Que era su
padre. Lo digo para que nadie me acuse de estar refiriéndome
a alguien que falleció ya hace ciertos años. Y no tengo el
menor inconveniente en exponer lo siguiente: entre Adolfo
Espí Rovayo y yo existe una relación cordial. Que mantenemos
a pesar de vernos de higos a brevas. Un día le dije que
estaba esperando que me contara cosas relacionadas con la
Manzana del Revellín. Y lo hice cuando Juan Luis
Aróstegui bramaba de indignación acerca de las
irregularidades relacionadas con esa obra. Y Adolfo Espí me
prometió que, en cuanto le fuera posible, me daría nombres y
apellidos de las personas que habían obtenidos prebendas por
ayudar a que esa construcción llegara a su fin. Ha pasado el
tiempo y Adolfo Espí Rovayo no me ha dicho ni pío de lo
prometido. Aunque me consta el mucho dinero que alguien se
llevó de un asunto que sigue oliendo mal. Muy mal. De modo
que me veo obligado a decirle a Espí Rovayo que sigo
deseando conocer todo lo habido y por haber en lo tocante a
las intervenciones del secretario general de CCOO en la
manzana del Revellín.
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