Payasos, jeques de Dubai, caperucitas rojas y drag queens,
entre otros, llenaron las calles de Ceuta un año más en la
cabalgata de Carnaval. Por primera vez la reina de las
Fiestas Patronales y de Carnaval es la misma chica, y
apareció en su flamante batea rodeada de corazones rojos y
plumas blanca para cerrar el desfile. Pero justo antes de
ella, llegó la carroza de La Nuit, en la que las drag queen
con sus botas de plataforma, medias de rejilla y corsés
bailaban sobre un zapato de tacón gigante. Sin embargo, los
que más miradas acapararon fueron los más pequeños, que con
sus disfraces eran el objetivos de todas las fotografias.
El reloj aún no marcaba las 19.00 horas y la gente ya había
salido a la calle para tener un sitio preferente en la calle
Real. “Tengo 91 años y he venido pronto para poder conseguir
un sitio en el que me pueda sentar”, aseguró una anciana que
quería ver a su nieta vestida de yorgurt. Y no era la única,
en la cafetería ‘La Columna’ aseguran que a las 16.00 horas
ya había llegado gente para sentarse en la primera línea de
la terraza.
Gigantes y cabezudos
Y por fin llegó la hora señalada. Con bastante puntualidad,
las bateas empezaron a moverse y el público, cámara en mano,
empezó a sacar fotos de sus amigos y conocidos que
participaban en la cabalgata. O simplemente abrieron bien
los ojos para disfrutar del espectáculo.
Dos gigantes encabezaban la cabalgata, seguidos, como no
podía ser de otra manera, de un nutrido grupo de cabezudos,
unos cuantos gnomos, un cocinero y una bruja, entre otros.
Tras ellos ya se empezó a escuchar la música de la charanga
que, además de sus instrumentos, llamaba la atención sus
enormes pajaritas de colores.
La temática de las bateas y los grupos fue de lo más dispar.
Desde los disfraces y decoraciones inspiradas en las modas
actuales a los más clásicos. Pasado por algunos
reivindicativos e irónicos.
Y si de canciones de moda se trata, ninguna gana al Gangnam
Style. El grupo callejero ‘Los Popi’ y sus pequeños
seguidores, ataviados con americanas azul eléctrico y gafas
de sol, enseñaron a los ceutíes cómo se hay que moverse con
el baile coreano de moda. Otra carroza que siguió las
corrientes actuales es la de San Amaro, con las niñas
disfrazadas de sus codiciadas Monster High. En cuanto a las
los atuendos más clásicos, se puede destacar la batea de
Amigos del Cluss con sus caperucitas rojas.
Pero, sin duda, las carrozas más espectaculares se
reservaban para el final. La batea grande de La Nuit, la
penúltima del desfile, realizó un despliegue de botas con
plataformas, medias de rejilla y corsés. Y es que ahí bailan
las drag queens sobre un zapato gigante.
Justo detrás apareció la reina del Carnaval, de las Fiestas
Patronales y de corazones. Por primera vez la chica coronada
en 2013 ejerce su reinado en las dos festividades y, además,
su carroza con corazones recordaba la reina de corazones.
Otra de las carrozas que más llamó la atención fue la de
Acuarius, una pecera gigante con una sirena dentro, a la que
seguían pulpos, un pez payaso y otros animales acuáticos.
Con coches de alta gama, maletines y un ejercito con fusiles
de asalto aparecieron los ‘Principes de Dubai’ repartiendo
‘petrodolares’ al público. Pero no eran los únicos que
ofrecían fortunas por las calle de Ceuta porque los
‘Guarquin dead’ tiraron al aire cupones de la ONCE y es que
“la suerte hay que ordeñarla”, decía su frase.
Pero también hubo hueco para los disfraces reivindicativos.
Algunas fotos de Rajoy y Urdangarín se vieron entre las
carrozas y unos yogures de sabores con frases como “Barcenas
el que cuenta en Suiza”.
El desfile se cerró con las agrupaciones donde se dejaron
ver chirigotas como ‘Los Joselitos’ y otras personas con
atuendos de todo tipo, desde un grupo de Star Wars a piratas
y gallinas.
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