“La falta de personal, el recorte de servicios, las listas
de espera que están dejando a mucha gente en el camino
porque fallecen y la falta de voluntad política por
encontrar soluciones” son los principales problemas a los
que se enfrenta el sistema sanitario, según argumenta Carmen
Flores, presidenta de la asociación El Defensor del
Paciente.
A estas carencias hay que añadirle el afán de privatización.
En el caso de Ceuta, y Flores asegura estar al tanto, la
posible externalización de los servicios de cocina y
lavandería del Hospital Universitario. Consecuencias, según
sostiene Flores, de la gestión del Gobierno. “Se reúnen,
toman café, se ríen, se hacen la pelota unos a otros y salen
de allí con las mismas conclusiones: el copago y la
privatización, y así en todas las comunidades”, explica
Flores, quien asegura que se ha dirigido a la ministra de
Sanida, Ana Mato, para explicarle la postura de El Defensor
del Paciente en este sentido y que desde el Ministerio ni
siquiera han contestado.
Flores considera, además, que es perjudicial para esta
gestión que el poder recaiga en las autonomías. Defiende que
es “discriminatorio” que Ceuta y Melilla sean controladas
por el Estado, mientras que el resto de autonomías dependen
de las consejerías autonómicas.
“Es el Ministerio de Sanidad el que debe velar, pero el
actual sólo sirve para reunirse con los consejeros y darles
dinero. La única competencia que deberían tener en sanidad
las autonomías es para cosas puntuales, pero les han dado
tanto poder que todo ese dinero que habría que invertir en
las listas de espera, para que las personas no tuvieran que
ir de una comunidad a otra como si fueran extranjeras, no se
tiene”, explica Flores, quien señala que a causa de ello,
los españoles tienen que financiar con ese dinero público “a
17 ministros y a una gran cantidad de gobiernos”. Un gasto
en cargos pagados de “forma innecesaria” que ha repercutido
-apostilla Flores- en “la sanidad, la justicia y la
educación, y en hacer mucho daño a la economía”.
Flores es una importante activista en la defensa de los
derechos de los pacientes, que saca fuerza del recuerdo de
su hijo, que falleció a causa de una negligencia médica. Ese
espíritu es el que la lleva a reivindicar que las
negligencias médicas deben ser tratadas “como cualquier otra
irregularidad, como mujeres maltratadas, actos terroristas,
accidentes de tráfico, personas que mueren en la calle...”.
“Somos las víctimas invisibles, como si lo que nos pasase a
nosotros fuese natural, y yo estoy empeñada, mientras la
salud y los años me respondan, en que tengamos ese
reconocimiento igual que lo tienen otros”, reivindica
Flores.
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