El Instituto de Formación de Emergencias impartió ayer un
curso de proveedor e instructor en Soporte Vital Básico
centrado en la enseñanza de técnicas para “salvar vidas”. En
el curso, que se desarrolló en el Colegio Oficial de
Médicos, participaron 17 personas. José María Ruiz,
enfermero de emergencias, valoró estas técnicas, alegando
que en España se producen al año 65.000 infartos, de los
cuales el 20% no llega al hospital por no recibir a tiempo
una reanimación cardiopulmonar.
En España se producen al año 65.000 infartos, de los cuales
el 20% no llega al hospital por no practicársele a tiempo
una reanimación cardiopulmonar, según explica José María
Ruiz, enfermero de emergencias y director del Instituto de
Formación de Emergencias. Ruiz, junto a José Antonio Reina
Ramírez, técnico de emergencias sanitarias, y Pedro Montero
Paris, enfermero de emergencias, y a través de este centro
de enseñanzas sanitarias, impartió ayer un curso de
proveedor e instructor en Soporte Vital Básico, en la sede
del Colegio Oficial de Médicos de Ceuta.
El objetivo de esta formación era concienciar de la
importancia de tener unos conocimientos básicos en primeros
auxilios para poder realizar una reanimación cardiopulmonar
mientras llega un médico. “Es lo que llamamos la cadena de
supervivencia, unas técnicas muy básicas que permiten ganar
tiempo para llegar al hospital”, explica Ruiz.
En el curso participaron 17 personas, tanto profesional
sanitario como de otras áreas, por ejemplo, profesores de
instituto, que se formaron también como instructores de esta
materia. “El 70% de los infartos se producen en el propio
domicilio, por eso intentamos enseñar estas técnicas que
pueden ayudar a salvar una vida”, explica Ruiz, quien
destaca que en casi todos los países europeos se enseñan, a
partir de los catorce años, estas técnicas de resucitación y
de atención ante la obstrucción de una vía aérea, mientras
que en España aún no está tan formada la sociedad. “Hemos
visto que a los ciudadanos les interesa y son técnicas muy
básicas”, apunta el enfermero.
Fue tema de debate la situación denunciada en algunos
municipios de la península en los que por el cierre de las
urgencias nocturnas, los pacientes deben hacer largos
trayectos para ser atendidos. En ese sentido, Ruiz destacó
no sólo el conocimiento de estas técnicas, sino la necesidad
de que sea obligatorio disponer en determinados espacios de
desfibriladores semiautomáticos. “Cuando una persona deja de
respirar tiene unos cuatro o cinco minutos, en ese tiempo se
le deben aplicar las técnicas de soporte vital básico porque
si no, no da tiempo”, argumenta.
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