Las actrices Llum Barrera, Mariola Fuentes y Concha
Delgado pisan hoy, a las 21.00 horas, las tablas del teatro
auditorio del Revellín para dar vida a los personajes de ‘El
manual de la buena esposa’. Una obra de teatro que se divide
en varias escenas y que tienen como hilo conductor la figura
de la mujer durante la época del franquismo, principalmente
en aquellas que pertenecieron a la Sección Femenina de la
Falange. Un recorrido por España desde los años 30 a los 70.
La actriz Mariola Fuentes comenta como se desarrolla esta
obra de teatro de “ritmo vertiginoso” que supone un reto
para las actrices, que representan cada una ocho personajes.
La música, las canciones y el baile también forman una parte
fundamental de función.
Pregunta.-¿Podría hacer un pequeño resumen de lo que verán
hoy los ceutíes en el teatro auditorio del Revellín?
Respuesta.- ‘El manual de la buena esposa’ pertenece al
género de la comedia. Es un poco una crítica de lo que fue
la Sección Femenina, que empezó en los años 30 y que se
desmanteló ya en la década de los 70. ‘El manual de la buena
esposa’ es un pequeño homenaje a todas esas mujeres que
sufrieron, y sobrevivieron, a toda esa época donde la mujer
no tenía derechos. Eran prácticamente un cero a la izquierda
de su marido.
P.- ¿Qué formato tiene ‘El manual de la buena esposa’?
R.- La obra se compone de una serie de escenas, que se
engloban en doce historias diferentes y cada actriz
interpreta a ocho personajes. Todos los argumentos de las
historias, que son diferentes entre sí, giran en torno a la
mujer y su participación en la Sección Femenima. Además de
tratar toda esa época y la Falange en el Franquismo.
P.- ¿Qué complicaciones surgen de representar tantos
personajes?
R.- Siempre es más complicado hacer ocho personajes que
hacer uno. Igual que hacer cuatro cuartos de baño es más
complicado que hacer uno. Además, la obra tiene un ritmo
vertiginoso. Y si le unes que tienes que cambiar de
personaje a cada momento y de vestuario da como resultado
una función muy ágil y con muchísimo ritmo.
P.- Además hay algunos números musicales...
R.- Sí, todo el hilo conductor de la función es muy musical
y resulta un total acierto por parte de la dirección
musical. Y también se baila. La verdad es que la música
tiene mucha coherencia en la función.
P.- ¿Las personas más mayores se sentirán más
identificadas con los personajes?
R.- Una persona que no ha vivido esa época, no podrá
sentirse identificada. Solo aquellas que hayan vivido eso.
Pero para ir a ver una funcion de teatro no hace falta
sentirte identificado con una persona de un campo de
concentración, no te hace falta haber pasado por eso. La
empatía de cada persona es suficiente para ponerse en el
lugar de esas personas. Todo aquel que sepa lo que fue la
sección femenina sabrá qué habla la función. Pero cualquier
persona se puede divertir, es muy sencilla de entender. Se
trata de una época pasada en la que las mujeres no tenían
los derechos que tienen ahora. Lo pasaban realmente mal. Hay
cosas que ahora nos parecen lo más normal del mundo, por
ejemplo que una mujer viaje sola, sin permiso de su marido,
o abrir una cuenta corriente, incluso leer un libro.
P.- Y al final se trata el movimiento feminista...
R.- El punto final es cuando acaba la Sección Femenima, en
los setenta. En la función se habla de todo: de la muerte,
el sexo, las relaciones familiares, la represión sexual, la
ley de la libertad de prensa e imprenta, de todas estas
cosas.
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