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OPINIÓN - MARTES, 12 DE FEBRERO DE 2013

 

OPINIÓN / EL ESQUINAZO

Intolerable
 


Jesús Carretero
opinion
@elpueblodeceuta.com
 

Es como podemos tildar la actitud de una gran parte del público que asistió en Vitoria, a la final de la Copa del Rey de Baloncesto, y que a la hora de interpretar el Himno Nacional lo recibió con una pitada monumental.

Uno, mirando la situación, no puede explicarse, por qué motivos se llevan ciertas competiciones, las finales especialmente, a determinados lugares, donde se sabe de antemano que, de una o de otra forma, habrá lío.

Y para que no faltara un apoyo más a eso de pitar al Himno Nacional, uno de los finalistas, que a la postre fue el vencedor, era el Barcelona.

Ni me lo puedo explicar, ni hay razón alguna para que se premie a lugares que no lo merecen con ciertos espectáculos deportivos y a otros lugares mucho más merecedores se les vuelva la espalda.

No pongo en tela de juicio que las instalaciones en Vitoria sean buenas, muy buenas, pero lo que sabe todo el mundo es que llevar una final a esos terrenos es estar abriendo las puertas al escándalo, en el momento en el que aparece el Jefe del Estado y se interpreta el Himno Nacional.

No es la primera vez que esto ocurre, cuando hay en juego equipos o instalaciones vascas y cuando, además, entra en escena el Barcelona.

Esto es algo que se repite con tanta frecuencia que sería la hora de ver como se ataja de una vez, llevando esas competiciones a otros lugares y no dando la carnaza que van buscando muchos de esos espectadores.

Y como no todos son iguales, ni actúan con unos mismos parámetros, ahora más que nunca debo aplaudir la actitud que tuvo el Real Madrid, por cuestión de obras, cuando no permitió que, en el Santiago Bernabéu, se jugara aquella final de la Copa del Rey.

Al menos, desde ahí, sus responsables pueden jactarse de decir que en su campo no se pita al Rey, ni al Himno Nacional.

Hechos de este tipo valoran la seriedad y el respeto de unos, frente a la chabacanería y el alboroto de otros.

Es más, si no fuera porque parece que se llevan esas fases finales, buscando dinero, creo que hay lugares merecedores de una fase final y que conllevarían, además, el respeto que esos actos merecen.

Instalaciones, hoy por hoy, para jugar una final de ese tipo, las hay en Málaga, las hay en Cáceres, las hay en Valladolid, en Valencia o incluso en la propia Melilla que lo acogerían con todo orgullo y respeto, y así podríamos seguir recorriendo toda la geografía española, por lo que sigo sin comprender por qué se tiene que llevar una fase de estas a Vitoria, y más si hay posibilidades de que esté el Barcelona, en esa final.

La pitada, viniendo de donde vino, al Himno Nacional Español, nos da la imagen más exacta de donde están los focos que tratan, por las buenas o por las malas, de desestabilizar la unidad de este país.

Y si no fuera por la hipocresía que se da, en este país, tras repeticiones de acciones de este tipo, sería la ocasión de pedir responsabilidades a los que concedieron esa fase final a tierras de Vitoria.

Aquí, está visto, lo que cuenta es el dinero, mientras que la dignidad no parece que tenga ningún valor.
 

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