Aquí, en éste hermoso país, al
parecer, no existe la presunción de inocencia. Los juicios
paralelos se hacen, condenando a los posibles culpables sin
que haya intervenido un juez, que es la única autoridad que
puede decidir sin son culpables o inocentes todos aquellos a
los que los juicios paralelos ya los han condenando.
Lo que si existe, sin duda alguna, es algo tan arcaico como
“lo que no ganamos en las urnas, tenemos que ganarlo en la
calle”, haciendo algaradas y huelgas que, en los momentos
actuales, sólo perjudican a España.
Por eso es lamentable, dicho sea de paso, las
concentraciones delante de la sede del Partido Popular, por
parte de personas que no se les ha visto nunca protestar y
reclamar dimisiones por antiguos clamorosos delitos, ni
estos meses pasados acudir a la sede del PSOE para gritar y
pedir dimisiones contra la estafa de los ERE en Andalucía,
ni a la de la Fundación Idea, ni por el caso Faisán ni, por
descontado a la plaza de San Jaume, para exigir
explicaciones por el enriquecimientos multimillonario de los
hermanos Pujol.
Ante esto, todas estas personas de izquierdas han perdido
toda credibilidad. Esa credibilidad que tienen aquellos que
señalan, critican y condenan el abuso y el delito por si
mismo, no en función de quien o quienes hayan sido sus
autores.
En su declaración, sobre el asunto de Barcenas, Rajoy se ha
jugado el todo por el todo, lanzando un reto casi dramático,
que en su caso particular, puede saldarse con una victoria,
porque si dice la verdad, sería imposible que Barcena y sus
apuntes puedan demostrar lo contrario por mucho que eso esté
escrito sobre un papel. Sin embargo esto no libraría al
líder de los populares de sospechas.
Sólo si el ex tesorero tuviese testigo que declarasen estar
presentes cuando el presidente del gobierno recogía
personalmente esos sobres, sólo en ese caso las palabras de
Rajoy, dejaría de valer, lo que valió cuanto dijo en su
declaración de inocencia.
Nada más terminar de habar Rajoy, Rubalcaba compareció ante
los medios para pedir su dimisión, calificando a Rajoy de
“lastre para éste país”
Cierto es que España necesita un PSOE fuerte, pero para ello
necesita tener un líder con credibilidad, que no esté
identificado con el gobierno que llevó a España a la ruina,
por no haber tomado las decisiones que tenía que tomar
cuando se conocía la crisis que llegaba y, el señor
Rubalcaba, que formó arte de ese gobierno de Zapatero, como
uno de los pesos pesados del mismo, no tiene credibilidad.
La prueba es que con todo lo que está cayendo, en los
momentos actuales el PSOE, con su líder Rubalcaba, no
aumenta en intención de voto. Mal lo tienen los socialistas
para aumentar su intención de voto, teniendo de líder a
Rubalcaba que, por demás, en Sevilla ha vuelto a cargar
contra Rajoy pero se ha olvidado, totalmente, de los ERE de
Andalucía, de la Fundación de Ideas, de la famosa Any
Martín, del caso Faisán y de Cornide que aparece implicado
en una falsedad documental.
No más juicios paralelos, que sea la Justicia la que decida.
¿O no?.
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