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OPINIÓN - LUNES, 11 DE FEBRERO DE 2013

 

OPINIÓN / EL OASIS

Desfile bajo mazas


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

Fue en el siglo XIX, según dice José Luís Gómez Barceló, el Cronista Oficial de Ceuta, cuando muchas familias gaditanas llegaron a Ceuta para quedarse. Conque la forma de ser de Cádiz sigue manifestándose en esta tierra. A pesar de los años transcurridos.

José Fernández Chacón, anterior delegado del Gobierno, me contó un día cómo la guasa gaditana se dejaba ver en Ceuta. Me refiero a cierta gracia seria, en reposo, que así la define, en ‘El Habla de Cádiz’, Pedro M. Payán Sotomayor; doctor en Filología Románica y profesor de la Universidad de Cádiz. Una gracia filtrada por la razón y salpicada de ángel.

Aquel día, creo recordar que fue en el despacho del entonces delegado del Gobierno, puse yo un ejemplo de auténtica guasa gaditana. Relacionada con un alcalde de Cádiz, llamado Jerónimo Almagro Montes de Oca. Quien estuvo al frente de la alcaldía desde 1969 a 1976.

A don Jerónimo le faltaba el brazo derecho. Y la gente decía de él que era el más rápido del mundo mundial pelando langostinos con la mano izquierda. Que había adquirido tanta habilidad, en ese menester, que no había persona en el mundo capaz de batirlo. He aquí, sin duda alguna, la guasa gaditana en su apogeo.

Fernández Chacón se rió con mi comentario a mandíbula batiente. Y me dijo que él había tratado mucho a Jerónimo Almagro Montes de Oca. A quien le gustaba con locura ir custodiado bajo mazas todos los sábados. Era un desfile de la Corporación Municipal, que salía desde el Ayuntamiento, precedido por los toques de los clarineros, y llegaba hasta la iglesia, como si se tratara de una procesión, para oír misa. Ni que decir tiene que los ropajes usados por maceros y demás componentes del cortejo que acompañaban a los concejales y miembros del equipo de Gobierno parecían salidos de una estampa medieval. Por más que los emperifollados políticos, unos con trajes y otros con chaqué, pusieran la nota del contraste.

Tras aquella conversación con JFCH -amigo del alma de Juan Vivas, por obra y gracia de una buena convivencia que a ambos les convenía mantener en todos los sentidos-, me olvidé de esa representación conocida como ir la Corporación Municipal bajo mazas, convencido de que ese espectáculo estaba ya tan desfasado como para que ningún alcalde tuviera a bien ponerlo en escena. Es decir, revivirlo. Pero está comprobado que uno no acierta nunca con los políticos. Y cuando acierta, que son pocas veces, los hay que enseñan los colmillos como animales rabiosos. Esos que tanto preocupan a nuestro consejero de Sanidad y Consumo.

A lo que iba, que nuestro alcalde decidió el sábado, día nueve del mes que corre, acudir bajo mazas a la iglesia desde el edificio municipal. Para renovar el Voto de Gracias a la Patrona y Alcaldesa de Ceuta, la Virgen de África. Aunque nuestro alcalde no acudió a la cita carente de ningún miembro. Nada que ver, pues, con aquel alcalde de Cádiz, especialista en pelar langostinos con una mano.

Aunque la guasa gaditana, afincada en Ceuta, tras verse las fotografías del desfile, ha propiciado que alguien dijera que éste parecía más paseíllo taurino que religioso. Paseíllo de un matador solitario y dispuesto a lidiar dificultades con una cuadrilla deficiente. Y sobre la petición del alcalde en la iglesia, dada su condición de manzanillo, se dice que puede causar el efecto contrario. Y ha despertado cierto canguelo. Toquemos madera.
 

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