Yo diría que es un decir, porque
en todo el Estado, a lo largo de muchos meses, estamos
viviendo algo de lo que el Carnaval casi tendría que tomar
ejemplo, para hacerse más risible.
Ceuta, y hay que decirlo, desde hace muchos años trata de
hacerse un sitio muy importante, entre los carnavales de
fama de nuestro país.
Pero hay algo que distingue los carnavales de Ceuta y los de
lugares auténticamente típicos, como son Cádiz o Canarias, y
es que la afluencia de visitantes a los carnavales de Cádiz
o a los de Tenerife, es inmensa, mientras que a los de
Ceuta, que puede competir con esas comparsas o en sus
chirigotas, no llegan los posibles turistas. Una vez más,
Ceuta y Turismo parece que no se dan la mano.
Sea como sea, demos paso a los carnavales de Ceuta y con
ello hay que dar la bienvenida a las chirigotas La Revuelta,
Los Joselito y Los Lander Brau y otro tanto tendremos que
hacer con las comparsas Pásatelo Pompa, Los Mirones y Los
tráfala, que fueron las agrupaciones que más apoyo
recibieron por parte del jurado, inicialmente.
Particularmente, no me voy a detener únicamente en una
chirigota determinada o en cualquiera de las comparsas.
Y no me voy a detener en una determinada, porque hay muchas
personas que, a lo largo de varios meses, vienen trabajando
y, tengan el apoyo que tengan de un jurado, cualquiera de
ellas tiene nuestros respetos.
Pero, una vez llegados a esto, la primera de las preguntas
que se nos ocurre es ésta:¿Los carnavales son una cortina de
humo que va a tapar la casi totalidad de los muchos
problemas que nos vienen rodeando en estos momentos?. Según
se mire, porque aquello de pan y circo, o algo más cercano
como fútbol y toros, ha servido desde Roma y pasando por el
régimen del General Franco para entretener a la gente y
olvidar, aunque fuera unas horas, todos los asuntos
desagradables que había alrededor.
En Ceuta, y que nadie nos diga lo contrario, ni siquiera los
que escriben al dictado de unas siglas políticas, también
los carnavales nos pueden hacer borrar de la mente, algún
rato, esas imágenes tan frecuentes que se han venido dando
de los coches incendiados, sin que nadie, hasta ahora, haya
llegado a la conclusión, al menos públicamente, de cual es
su origen y qué objetivos se han ido marcando.
Carnaval e Iglesia no han ido muy de la mano, a lo largo de
los años, pero siempre se respetaba el que cronológicamente,
primero fueran los carnavales: domingo, lunes y martes,
para, a continuación, el miércoles diera comienzo la
Cuaresma con el Miércoles de Ceniza. Aquí, al menos hasta
ahora, posiblemente para evitar la coincidencia con los de
Cádiz, aunque ninguna ventaja de público fuera a darse,
todos los años los carnavales se ha montado, con la Cuaresma
ya comenzada, algo que a pocos ceutíes he oído comentar, y
no tengo ni idea de por qué.
Y no es que yo defienda la Cuaresma por encima de los
carnavales, ni a la inversa, pero siempre nos gusta analizar
lo que hay, y, por tanto, aquí podríamos hablar de la
cuaresma carnavalera, o de los carnavales cuaresmales. Sean
como sean, lo importante es que las fiestas den la talla y
los que las programan, también.
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