Con motivo de la presente campaña de Manos Unidas, que
este año tiene como lema ‘No hay justicia sin igualdad’,
desde la comunidad educativa del colegio San Agustín también
se ha querido “tomar conciencia de las distintas realidades
que conviven en nuestro mundo”. Alumnos, profesores y padres
disfrutaron ayer de una jornada de convivencia en el centro
para recaudar fondos que irán destinados al pueblo de
Catamarca, a través de la Fundación Red Agustitiana para el
Desarrollo.
Con motivo de la presente campaña de Manos Unidas, que este
año tiene como lema ‘No hay justicia sin igualdad’, desde la
comunidad educativa del colegio San Agustín también se ha
querido “tomar conciencia de las distintas realidades que
conviven en nuestro mundo y mostrar nuestro compromiso de
solidaridad con los más necesitados”. Según informa una nota
de prensa, “como cada año estamos llamados a no permanecer
impasibles y a actuar”.
Por eso, el colegio ha organizó ayer una jornada de
solidaridad con fines benéficos. Los fondos recaudados irán
destinados al pueblo de Catamarca, una localidad
“empobrecida y necesitada de los bienes y servicios más
básicos”. “Nuestros donativos irán destinados a la
realización de un salón comunitario donde se pueda dar apoyo
escolar, catequesis, manualidades, tejer, coser, programas
de nutrición.... para familias que se encuentran a dos
kilómetros de la ciudad”.
Estos fondos se gestionarán, continúa la nota, a través de
la Fundación REDA (Red Agustiniana para el Desarrollo y la
Educación) con el compromiso de unirlos a los de otros
colegios, pues el proyecto está valorado en 10.000 euros.
La jornada de solidaridad del viernes estuvo abierta a todos
los que forman parte del colegio San Agustín: profesores,
alumnos y padres de alumnos. A lo largo de la mañana se
realizó la actividad ‘Bocadillo Solidario’ y bebida, que los
alumnos podían adquirir en el colegio durante los recreos.
A las 13.15 horas se celebró una misa en el patio. Ya por la
tarde, de 16.00 a 18.00 horas, para los pequeños hubo un
castillo hinchable y para los mayores juegos de cartas.
Además, a las 17.00 horas se celebró un taller de
manualidades, junto con una fiesta de disfraces a las 17.30
horas. Sobre las siete de la tarde comenzaron los
cuentacuentos variados y a lo largo del día, los padre
pudieron disfrutar del servicio de bar desde las 13.45
horas. Muchas personas acudieron a la celebración y
colaboraron llevando diferentes artículos para vender en el
bar. En conclusión, una jornada que divirtió tanto a
pequeños como a mayores.
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