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OPINIÓN - VIERNES, 8 DE FEBRERO DE 2013

 

OPINIÓN / EL OASIS

Amigos de clase b
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

Hubo un tiempo en el cual se me criticó la atención que le dispensaba a las declaraciones de Juan Luis Aróstegui. Y hasta se decía que la tenía tomada con él. Incluso los hubo que me acusaban de inmiscuirme en cuestiones personales de quien se considera el hombre más inteligente de Ceuta y, por supuesto, más influyente.

Pues bien, ahora, cuando ni me acuerdo de la última vez que escribí del hombre que dirige los destinos de la coalición Caballas, sucede todo lo contrario: los mismos que antes me achacaban mi insistencia al respecto, me reprochan que no diga ni pío sobre el sindicalista que más empleos desempeña en esta ciudad y que, por tanto, figura entre las personas que más dinero percibe cada mes.

Aróstegui no para de trabajar. Sigue haciendo de todo, como siempre, trabajando en muchas cosas a la vez, y sus seguidores le atribuyen la posesión de un coco renacentista o leonardesco, aunque no figure como el inventor de nada extraordinario, todavía. Que todo se andará…

De momento, lo que no se le puede negar a Aróstegui es su amistad con Juan Vivas. La cual podría, parafraseando a los asuntos de Bárcenas en el PP, lucir el siguiente epígrafe: amistad b. Es decir, amistad alejada de las miradas de las personas que no entenderían a cuento de qué se han venido entendiendo tan bien, durante tantísimos años. Se han venido entendiendo tan bien, y jamás dejarán de hacerlo, porque ambos se necesitan. Máxime cuando están convencidos de que andan sobrados de caletre. Que son los más despiertos del lugar. Y que pueden seguir haciendo lo que les plazca, cada uno desde su atalaya, por creerse firmemente que todos los demás estamos tarados de cacumen.

Ustedes dirán, y están en su perfecto derecho, que si esa amistad fuera como uno dice, el sindicalista, que más haberes recibe todos los meses, no estaría todos los días y fiestas de guardar arremetiendo contra el Gobierno. Denunciando todo lo habido y por haber. Convertido en un fiscalizador de armas tomar. Insultando a cada paso a los concejales. Motejándolos. Riéndose de ellos con premeditación y alevosía.

Mientras tanto, observamos cada vez más de qué manera el portavoz del Gobierno, Guillermo Martínez, suda la gota gorda para defender las andanadas malignas lanzadas por el íntimo amigo del alcalde. Y cómo hay momentos en los que superado por la parla de quien más manda en la coalición Caballas, se sale de la sala de plenos con el rostro desencajado, para fumarse el cigarrito del sosiego. Porque se siente mal. Porque la ira le puede y porque es consciente de que está ante un tipo, Aróstegui, que tiene bula para provocarle y disfruta de lo lindo sacándole de quicio. Ante el regocijo de alguien a quien el portavoz no se atreve a quejarse.

El portavoz del Gobierno, cuando se siente burlado con saña por el hombre principal de la coalición Caballas, o sea, Aróstegui, debería preguntarse qué motivos tiene éste, que todo lo denuncia, para no decir ni pío acerca de las prebendas que viene recibiendo la Federación de Fútbol de Ceuta por parte de la Ciudad (Concretamente, García Gaona). Un organismo cuyos libros de contabilidad tienen telarañas registradas. Y por qué se produjo el descenso administrativo de la Asociación Deportiva Ceuta. Y podrá percatarse de que hay amistades que todo lo pueden. No vaya a ser que se la estén dando con queso al señor Martínez. Lo cual sería lamentable. A estas alturas de su trayectoria política.
 

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