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OPINIÓN - JUEVES, 7 DE FEBRERO DE 2013

 

OPINIÓN / EL OASIS

Gracias, Endesa
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

El apagón del martes pasado, pocos minutos después de las tres de la tarde, me cogió en la calle haciendo de cicerone de unas personas que habían venido de visita a Ceuta. La falta de luz se produjo en el preciso momento en que nos disponíamos a tomar café. Pronto nos enteramos de que la avería era general, o ‘cero’, que dicen ahora.

Los visitantes se quedaron sorprendidos cuando les dije que lo ocurrido era habitual en esta ciudad. Que ya estábamos acostumbrados a padecer situaciones así. Y les conté que si algo bueno tenía la avería es que a mí me ponía en condiciones de mirar hacia atrás. Hacia aquel triste mundo de restricciones de luz eléctrica, de cartillas de racionamiento, de periódicos abiertos por las páginas de fútbol, de coches con gasógeno, colas, pan negro, azúcar amarillo, boniato, chocolate terroso, etcétera.

Mis oyentes, veintitantos años menos que yo, me miraban como diciendo ¡que coño está diciendo este tío! Y pronto los tranquilicé. Os cuento: a mí los apagones de luz me transportan a los años cuarenta. A los años de una posguerra en la que ocurrían todas las cosas enumeradas y muchas más. No lo puedo remediar. Y además me siento como pez en el agua.

Y Endesa, con sus actuaciones en esta ciudad, me permite trasladarme a ese pasado con mucha frecuencia. Así que estoy en deuda con la compañía. Y, por ello, aprovecharé la ocasión, una vez más, para rogarle a las autoridades locales, y especialmente a la consejera de Fomento, que se abstengan de molestar a la Empresa Nacional de Electricidad con expediente tan al uso. Que bastante hace Endesa cobrando tarde y mal…

A lo que iba, que si no se me olvida un caso que, siempre que me meto en aquel triste pasado de la posguerra, cuento con fruición. En España, el “Maestrillo”, un pobre hombre de Barcelona, Venancio Benjamín Velasco García, nacido en Basauri, de Vizcaya, sabía falsificar tan portentosamente los sellos y los billetes, que hubiese podido hacerse millonario en cuatro meses. Sin embargo, nunca “trabajó” más que lo justo para pagarse la pensión y comprar el alimento de cada día.

Mis amigos me miraban sin dar crédito a lo que les relataba. Y tardaron lo suyo en concederme el crédito de la duda. Si bien acabé por convencerlos. Eso sí, no sin antes facilitarles el lugar donde está registrada la noticia de aquella época. Y fue a partir de ese momento cuando se abrió paso el cachondeo. Y, claro está, surgió el nombre de Bárcenas; conocido entre los suyos, los populares, por el sobrenombre de Luis “El cabrón”. Por algo será…

Luis “El cabrón”, sin duda alguna, de haber sabido falsificar con la misma facilidad que el “Maestrillo”, se habría convertido en un banco emisor de dinero. Y estaría paseándose por el mundo, convertido en un mecenas encantador. Luis Bárcenas, Luis “El cabrón” para sus amigos de la trama Gürtel, parece ser que no considera excesiva esa pasta que se ha agenciado. De modo que sus ostentaciones han sido pocas. Vamos, que son más o menos parecidas a las que quizá se haya permitido la ministra Ana Mato, cuando estaba casada con Javier Sepúlveda. Otro que no quiero contaros lo que habría sisado caso de haber tenido las habilidades de Venancio Benjamín Velasco García, alías el “Maestrillo”.

Los apagones de Endesa, como ustedes pueden comprobar, me iluminan. Gracias, Endesa.
 

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