El Ministerio de Empleo, en colaboración con el de
Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, ha encargado al CETI
que lidere un protocolo para detectar casos de mutilación
femenina. En el CETI se han detectado varios casos, gracias
a los talleres realizados por Mujeres Progresistas, que han
renovado su trabajo para este año.
El Ministerio de Empleo, en colaboración con el Ministerio
de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, ha encargado al
Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de Ceuta
que elabore un protocolo para la detección de casos de
mutilaciones en la red publica y privada de centros de toda
España. El CETI de Ceuta será el espacio piloto, tal como
explica a EL PUEBLO el director del centro, Carlos
Bengoechea.
El propósito de este protocolo es contar con las directrices
para generar el clima de confianza necesario en el que
detectar los casos de las mujeres que han sido mutiladas,
para que después sea el ginecólogo el que realice las
pruebas sanitarias de manera gratuita. “De este modo se
abriría una nueva línea de trabajo”, explica Begoeceha.
La idea de que sea el CETI el centro que lidere este
protocolo se debe “a los buenos resultados” del trabajo
realizado en este sentido por la asociación de Mujeres
Progresistas ‘María Miaja’. Durante sus talleres, tal como
explica Bengoechea, “se generó el clima de confianza
necesario” para que pudieran detectarse varios casos de
ablación. “Seguro que ha habido muchos más casos, pero al no
haber protocolo no se habían detectado antes”, explica el
director del CETI. La colaboración de la ONG ‘Médicos del
Mundo’ y de UNAF también fue crucial para esta
investigación, pues fueron quienes dieron el dato que sirvió
de partida: el 80% de las mujeres somalíes de determinadas
zonas han sido mutiladas. Teniendo en cuenta que en el CETI
había diez subsaharianas de estas zonas, la estadística les
incitó a investigarlo. Tras muchas sesiones de talleres “y
la colaboración de todos”, se detectaron varios casos, que
después fueron ratificados en el servicio de Ginecología del
Hospital Universitario. “Es difícil convencerlas de que han
sido sometidas a un acto degradante y que no se trata de una
cuestión cultural”, explica Bengoeceha, quien añade que
además de ese trabajo previo, está el posterior, de que “no
sometan a la mutilación genital a sus hijas”. “A ellas les
da mucha vergüenza hablar de ello y se sienten marginadas,
pero la mayoría está concienciada de no practicársela a sus
hijas”, agrega María Sánchez Miaja, presidenta de la
asociación.
“Es la primera vez que en un centro de migraciones de España
se detectan ablaciones”, explica Bengoeceha, quien defiende
la “labor de integración” que realiza el CETI, con el apoyo
de instituciones como Mujeres Progresistas. Por todo ello,
el Instituto de la Mujer, perteneciente al Ministero de
Sanidad, ha renovado los talleres de Mujeres Progresistas,
aunque con una reducción sobre el presupuesto del año pasado
del 20%, según explica Miaja, quien destaca que la inversión
no alcanza el presupuesto de los talleres, por lo que gran
parte del trabajo se realiza gracias a personas voluntarias.
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El Ministerio y Mujeres Progresistas alertan de las secuelas
El Ministerio de Sanidad,
Servicios Sociales e Igualdad, con motivo del ‘Día Mundial
de la Tolerancia Cero contra la Mutilación Genital
Femenina’, que se celebró ayer, anunció que la próxima
Estrategia Nacional contra la Violencia de Género abordará
la prevención y tratamiento de los casos de mutilación
genital femenina. La importancia de formar en este aspecto
no sólo aborda la detección, sino el control posterior -tal
como explica la presidenta de Mujeres Progresistas, María
Sánchez Miaja-, ya que, además de no poder disfrutar del
placer sexual, no pueden tener hijos en parto natural porque
no puede haber dilatación. La ministra de Sanidad, Ana Mato,
abogó ayer por la “sensibilización contra esta práctica que,
además de lesionar gravemente los derechos de las mujeres,
ocasiona importantes secuelas emocionales”.
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