El corte de luz se produjo ayer, justo en la hora de la
comida, lo que significa que muchos trabajadores se
encontraron el cierre echado y no pudieron abrirlo porque
son eléctricos. Además, el miedo a los robos supuso que
vigilantes y dependientes no permitieran el paso a los
clientes que intentaban mirar los productos. Algunos
locales, que contaban con generadores propios, sí
mantuvieron sus puertas abiertas.
Los ceutíes tuvieron que cambiar el café por el helado y
sólo sobrellevaron ayer el ‘apagón’, los bares y
restaurantes que tenían gas butano en lugar de vitrocerámica.
Las panaderías también se vieron afectadas, así como los
locales con cámaras frigoríficas.
Por su parte, la mayoría de las tiendas se vieron obligadas
a cerrar -a excepción de los negocios que contaban con
generador propio-, por un lado porque sin luz no funcionaba
la caja y, por otra parte, por el temor a los robos ante la
desconexión del sistema de alarmas. Así, era frecuente ver a
los dependientes en las puertas de las tiendas y a los
vigilantes impidiendo el paso. Es el caso de la cadena de
bisutería ‘Bijou Brigitte’, que ante la total oscuridad del
local, que las dependientas califican de “cueva”, no
permitieron el acceso de los clientes porque sus artículos
son muy pequeños y fáciles de esconder.
A causa de la hora del ‘apagón’, muchos negocios ni siquiera
pudieron subir el cierre, ya que funcionaba con
electricidad. Por ejemplo, el supermercado ‘SuperSol’ no
abrió por esta causa y estima sus pérdidas entre los 200 y
los 300 euros. Un daño económico similar asegura haber
sufrido ‘Accessori Marcelo Rocca’, que señala que si el
corte hubiera sucedido un día con gran afluencia de público
marroquí, “la pérdida sería mayor”.
También se suspendieron las clases en los centros escolares
en los que se daban clases de recuperación o enseñanza de
tarde.
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