Es lo que se les dice a los
estudiantes, en cuanto terminan las vacaciones, pero a lo
que hoy me voy a referir no es a los estudiantes, sino a los
liberados que han tenido que regresar a su trabajo que
“dejaron” hace años y que ahora tienen que volver a
recuperar.
Desde principios de curso, aunque no se trate de cursos
estudiantiles, exactamente desde el 1 de octubre de 2012,
entraba en vigor el Real Decreto Ley 20/2012, por el que los
liberados institucionales deberían incorporarse a sus
respectivos puestos de trabajo.
¡¡Cuantos españoles hubieran querido, aquel día, ayer u hoy,
haber podido incorporarse o reincorporarse a un puesto de
trabajo!!, pero quien no parece que esté muy contento con
esto es el secretario general de UGT, Antonio Gil, que se
incorporó el pasado viernes a su puesto de trabajo en
Correos.
Ya era hora, porque más de diez años ininterrumpidos con
vacaciones pagadas no son cualquier cosa.
Y ya sé lo que empiezan a pensar, especialmente los
liberados, a partir de aquí, por considerar que tienen
derecho a las liberaciones, claro que derecho, según
quienes.
Y digo que según quienes, porque allá por el año 1987,
estando yo en Palencia, tuve el mal gusto de dejarme
convencer para ir en una candidatura sindical, concretamente
en la de CSIF, de número 2. Mirando aquello, a la distancia
de 25 o 26 años atrás, creo que me dejé engañar para sacar
una serie de votos, especialmente de un instituto muy grande
como era el mío, el Jorge Manrique.
Naturalmente, salí elegido y la candidatura de CSIF fue la
segunda más votada, tras ANPE, luego los otros, UGT y CCOO
se quedaron a años luz.
Si yo hubiera sido devoto de las liberaciones, desde
entonces, 1987-88, hasta hoy, podría haberme dedicado a
“visitar colegas”, en vez de a preparar e impartir clases.
Y es que, curiosamente, tres meses después de las elecciones
aquellas me fui de la “labor sindical”, tras haber
renunciado a media o completa liberación. Ni que decir tiene
que aquella decisión mía le vino de perlas a otro “colega”
creo que era de Saldaña y que ha estado liberado más años
que las propias liberaciones.
Para Antonio Gil, volviendo a Ceuta, el 1 de febrero de 2013
tiene que ser una fecha imborrable y nada grata, pues sus
propias palabras dejan entrever que no ha sido muy grato, al
considerar que el Real Decreto:”ha buscado quitar de un
plumazo a las personas que dentro de los sindicatos podían
hacer daño y mermar la capacidad organizativa de los
sindicatos”.
No me lo puedo explicar, y mucho menos que alguien se queje
de que después de más de diez años haya tenido que volver al
trabajo.
Y además con exigencias, cuando Antonio Gil dice que su
regreso debe ser con las condiciones laborales con las que
contaba cuando se fue.
Va a ser difícil que Antonio Gil vuelva con las mismas
condiciones, porque el Correos de hoy no es el de hace diez
años, y yo creía que eso lo debería saber el secretario
general de UGT.
Naturalmente, no es sólo el caso de Antonio Gil el que tiene
que regresar a su trabajo, han sido muchos y eso, aunque no
lo quieran reconocer algunos, ha traído muchos de los líos,
huelgas especialmente, de los últimos meses.
Lo mejor que podían hacer estos liberados si no están de
acuerdo con su vuelta, es dejar ese puesto que más de uno
iría, con sumo gusto, a ocuparlo.
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