Los intérpretes, en muchas ocasiones, son parte
imprescindible de un juicio. Ayudan a que los acusados,
testigos u otras partes de un proceso puedan hacerse
entender, y así que el juicio se cumpla con todas las
garantías.
Los jueces, agentes judiciales, fiscales y secretarios ya
les conocen porque pasan buena parte de su jornada laboral
en los bancos de la sala de vistas esperando a que reclamen
sus servicios.
Cuatro intérpretes en Ceuta
Los juzgados de Ceuta cuentan con cuatro profesionales en su
plantilla, y sus especialidades son el árabe –todos los
intérpretes hablan este idioma- francés e inglés. Pero hay
que añadir a otros especialistas en otras lenguas menos
demandadas a los que se recurre más esporádicamente, según
las necesidades que surjan, afirman desde Decanato.
Además de intérpretes también son traductores. “Solemos
pasar a otros idiomas sentencias para enviarlas,
principalmente, a Marruecos, Inglaterra, Francia o Estados
Unidos. O cualquier otro documento. Lo que nos solicite el
magistrado”, asegura una de las intérpretes, que prefiere no
desvelar su identidad.
El deber de ser neutrales
Una de sus obligaciones más claras es la de ser neutrales.
“Los jueces y los funcionarios siempre nos dicen que no
podemos ser una parte implicada, así que no podemos leer el
procedimiento con antelación”. La parte negativa de esta
norma es que se encuentran con todo tipo de lenguaje, sobre
todo cuando son temas muy técnicos.
La traductora asegura que hace poco un compañero tuvo que
enfrentarse a un caso sobre barcos y fue un poco más
complicado de lo habitual. “Si surge algo así intentamos
hablarlo con el juez para repasar antes, pero rara vez
ocurre”. Afirma que lo más común en Ceuta son los delitos
contra la salud pública y que ya están muy acostumbrados a
esa jerga.
Otro dato es que no hacen uso del diccionario mientras se
encuentran en la sala de vistas durante un juicio, asegura
la intérprete.
Y aunque deben ser neutrales e imparciales, comenta que son
humanos y también les afectan los casos que ven. Por
ejemplo, parte de su labor es asistir en la ayuda que se
presta a las víctimas de violencia sobre la mujer en los
juzgados. “Con el tiempo intentas acostumbrarte y que no te
afecte”. Aunque la intérprete asegura que cuando hay madres
con niños de cinco o seis años y que no tienen dónde ir es
un poco duro.
La traductora afirma que después de asistir a tantos juicios
llega un momento en el que puede diferenciar más o menos
quién miente.
Las sedes judiciales de la ciudad están algo dispersas, así
que deben organizarse para cubrirlas todas. Como norma
general, siempre hay un traductora en el Ceuta Center, donde
cubren los juicios de penales y la sección de la Audiencia
Provincial; otro se encarga de estar disponible para el
juzgado que se encuentre en funciones de guardia, y los
otros dos restantes cubren los juzgados mixtos y otras
necesidades que surjan, aseguran desde Decanato.
La jurisdicción de penal, junto a los juzgados de 1º
Instancia e Instrucción son los que más recurren a los
servicios de los intérpretes. Por otra parte, el
Contencioso-Administrativo y el Social tienen una necesidad
muy esporádica.
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