Con traje y corbata y manifestando ser miembro de la
entidad humanitaria Cruz Roja. De esta manera trataba de
embarcar ayer en dirección a la península un hombre al que
los agentes de la Unidad de Prevención y Reacción (UPR) de
la Policía Nacional descubrieron con dos kilos de hachís
adosados al cuerpo. Es un perfil que se sale de los cánones
habituales también por la edad.
Agentes del grupo segundo de la Unidad de Prevención y
Reacción (UPR) del Cuerpo Nacional de Policía (CNP)
detectaron ayer en el control de embarque de pasajeros de la
Estación Marítima un nuevo caso de traficante de hachís a
pequeña escala que no se ajusta al “perfil” más habitual. En
este caso, y según explicaron fuentes policiales, se trataba
de un hombre de 62 años con “buena presencia”, que se
expresaba de forma muy educada, y vestía traje y corbata.
Tal como comprobaron los agentes durante el registro al que
le sometieron tras despertar sus sospechas, el hombre
llevaba adosados al cuerpo, en concreto, al rededor de la
cintura, dos kilos de esta sustancia estupefaciente
El detenido, que es natural de Sevilla y tenía residencia
tanto en la capital hispalense como en la ciudad autónoma,
portaba diversa documentación, entre ella, algún tipo de
acreditación de Cruz Roja, entidad a la que manifestó
pertenecer al ser interrogado por los agentes.
Según señalaban recientemente los responsables de la UPR en
un reportaje sobre el trabajo de esta unidad, que incluye
labores de apoyo en el control de embarque, la detección de
estos traficantes a pequeña escala que se salen del perfil
más frecuente, tiene un poco de intuición y mucho de técnica
policial, pues a menudo las apariencias engañan incluso a
los más expertos.
“Negocios”
Uno de los últimos casos registrados en la Estación Marítima
fue, según relataban desde la UPR, el de otro portador de
hachís “disfrazado” literalmente de hombre de negocios, con
traje y corbata como este último, y ordenador portátil
incluido, pero que no pudo acreditar dicha condición ante
las preguntas de los agentes.
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