El pasado domingo publicaba una opinión que trataba sobre la
seguridad en Ceuta con una referencia puntual a Pedro Luis
Mélida, y no sería justo que tras el operativo de ayer no le
felicitase, tanto a él como a todo el CNP ceutí.
Lo que sigo manteniendo es la referencia que hice a una
clase política que, según escribí entonces, “cabalga entre
un analfabetismo atroz y una comodidad por la que algún día
deberá rendir cuentas” en materia de seguridad en Ceuta.
Pero, francamente, invertir tiempo y crítica en esta peña
política y sobre este punto en concreto es tan inútil como
contraproducente. Se crecen en la ineficacia y la proyectan
de manera cada vez más grave. Los actualmente escoltados
descubrirán los barrios que han construido cuando tengan que
caminar solos por ellos como el resto de los ciudadanos.
Ayer, en este medio de comunicación la noche se juntó con la
madrugada casi hasta el amanecer por los sucesos gravísimos
que pivotaban en torno al Príncipe. A lo largo de esas horas
nocturnas, pude seguir desde la calle la actuación de la
UDYCO y podría decir que es una de las operaciones más
brillantes y contundentes del CNP. Por supuesto bajo la
jefatura de Mélida. El jefe creo que ha dado una buena
lección policial, de esas que se echan en falta ante
aquellos que además de ser pistoleros pueden conservar la
condición de votante, algo que debe imponer mucho a los
elegidos democráticamente, y con despacho en propiedad,
mientras no se pronuncie la Justicia, claro... como debe
ser.
En el Príncipe se están dando pocos aciertos y cometiendo
muchos errores, de la misma manera que las inversiones en la
barriada se han reflejado más sobre el papel que sobre la
calle. Cosas del marketing de la España de la Prima de
Riesgo y del “que hay de lo mío”. Tenemos suerte de que ayer
todo quedase en chapa y pintura de algún vehículo policial.
Felicidades a todos.
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