Fue en enero, el día doce más uno,
de 2012, dado que Alberto Gallardo Ramírez no es
supersticioso, cuando éste presentó de manera oficial la
Fundación que lleva el nombre de su padre: Eduardo
Gallardo Salguero. Es decir, que se ha cumplido un año,
hace nada, de aquel hecho.
La Fundación, sin ánimo de lucro, nació destinada para
obtener ayudas económicas y asistenciales y así mejorar la
vida de personas afectadas por la enfermedad de Alzheimer y
otras enfermedades neurodegenerativas.
Pero me van a permitir que diga cuanto antes, no vaya a ser
que se me olvide, que el acontecimiento, celebrado en el
Parador Hotel La Muralla, fue tan emotivo como espectacular
y divertido. Fue una fiesta de la que quien escribe aún
conserva un grato recuerdo. Por razones varias.
El anfitrión, Alberto Gallardo Ramírez, había superado un
mal trance. Y además cumplía 50 años. Lo cual se reflejaba
en la cara de Luz Marina, su mujer; admirable en
todos los sentidos. Ejemplo, como tantas otras mujeres, de
cómo hay que estar a la vera de su hombre cuando vienen mal
dadas.
Aquella noche, de un año recién nacido, vimos de qué manera
los hijos de Alberto ponían la nota destacada, actuando como
comediantes de altura, ante un público que no cesaba de reír
las ocurrencias de quienes tantos pesares y preocupaciones
habían ido acumulando durante muchos meses.
Todos los amigos de Alberto, que son muchos, muchísimos,
acudimos a su llamada aquel viernes. Y tuvimos la suerte,
además, de pasarlo más que bien. La velada fue deliciosa.
Sí, deliciosa; ¿adjetivo cursi? Quizá… Pero que le viene
como anillo al dedo a cuanto ocurrió esa noche en los
salones del Muralla.
Noche atractiva, grata, gozosa… Gracias, justo es
reconocerlo, a que Alberto Gallardo tuvo el buen gusto de
elegir, para que la amenizara, a “Siempre así”: grupo
sevillano, repleto de frescura y ritmo, y que nos hizo
vibrar y bailar con rumbas y sevillanas. La alegría reinó
hasta altas horas de una noche inolvidable.
Como no podía ser menos, un año después, el
Presidente-Fundador, Alberto Gallardo Ramírez, del organismo
que lleva el nombre de su padre, ha decidido que “Siempre
así”´, debido al éxito obtenido entonces, sea quien actúe en
el teatro del Revellín el próximo viernes 1 de febrero.
Espectáculo, pues, con fines benéficos. O sea, todo lo
recaudado será destinado a mejorar la vida de los enfermos
de Alzheimer. Y, naturalmente, contribuirán también a la
construcción del centro de día que la Fundación está
financiando en la glorieta del comandante Ayuso.
Hoy, cuando escribo, me han dicho que se han agotado las
localidades de mayor precio. Y que se espera que haya una
magnífica entrada. Dado que el motivo del espectáculo merece
que el teatro aparezca abarrotado. Por más que el momento
económico que se está viviendo no ayuda a que ni siquiera
causa tan extraordinaria garantice ese lleno tan deseado por
los organizadores.
En fin, no adelantemos acontecimientos… Lo que importa,
ahora mismo, es propalar que la Fundación Alberto Gallardo
Salguero, destinada a recaudar fondos para los enfermos de
Alzheimer y enfermedades neurodegenerativas, no ceja en su
empeño de contribuir decisivamente en algo que enaltece a
quienes están al frente de ella. No cabe más que desearles
lo mejor…
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