Y no podía ser en otra parte, ha
tenido que ser en el coso de Las Ventas, en el coso por
excelencia de nuestro país, en la mismísima capital de
España.
Una vez más, España es el país de la chapuza, entremos por
donde entremos, y menos mal a que, en este caso, no ha
habido víctimas, que de lo contrario, Madrid, su alcaldía,
su Comunidad Autonómica, habrían tenido que marcharse, sin
dejar ni rastro de ellos.
Cuando vi en TVE, en uno de los telediarios, que la
techumbre de la plaza de toros de Las Ventas se había caído
72 horas antes de su inauguración, se me vino el cielo sobre
la cabeza, porque el accidente del Madrid Arena, de hace
tres meses, y que ha dejado una marca de inseguridad en
Madrid, hubiera sido un juego de niños, comparado con lo que
hubiera ocasionado esto.
Desde hace tiempo, ya varios años, se trataba de cubrir la
plaza de toros de Las Ventas, para poder usar el coso
madrileño, especialmente, en los meses de invierno.
La idea no era mala, pero claro, la idea sobre el papel, lo
malo es que cuando eso del papel se lleva a la realidad las
cosas no quedan tan bien.
Y ya desde aquí, tenemos que comenzar a hacer las primeras
preguntas, como son las de unos proyectos que, a la vista
está, son verdaderas chapuzas, o se han puesto en manos de
quienes no saben, no sabían o ignoraban la realidad de lo
que se proponían hacer.
¿Quién era el arquitecto de este proyecto?. ¿Qué tipo de
técnicos han proyectado esta techumbre que no se ha podido
concluir y en qué ha fallado?. No sé, y no creo que tardemos
en saber todos, quien era el principal técnico encargado de
dirigir esa techumbre, pero qué casualidad que, sin haberse
terminado la obra, ya esté toda la estructura en el suelo.
Dinero, mucho dinero, tirado.
Afortunadamente, la plaza de toros de Las Ventas sigue ahí,
en ella, desde el mes de marzo o abril, se empezarán a dar
festejos taurinos, pero toda la serie de conciertos que se
estaban programando habrán quedado suspendidos, de por vida,
por esa chapuza que se estaba haciendo en la techumbre de
esta plaza de toros y dudo mucho que, de ahora en adelante,
se vuelva a reiniciar el proyecto.
He asistido cientos de veces a la plaza de toros de Las
Ventas, allí he visto torear a las primeras figuras del
toreo, desde Antonio Bienvenida, pasando por el Viti y
siguiendo por Paco Camino o José Ortega Cano, pero los que
hemos visto a los grandes del toreo allí, en más de una
ocasión nos hemos topado con auténticas charlotadas que
desprestigiaban el buen nombre de Las Ventas. Ahora bien, ni
la peor de esas charlotadas que hayamos visto, alguna vez en
Las Ventas o en cualquier otro coso taurino, se puede
comparar con la vergüenza de la caída de esa techumbre que
se acaba de dar en Madrid, y que ya ha recorrido el mundo,
dejando a Madrid a los pies de los caballos de la
desorganización, y la chapuza, en todo el mundo, por no
haber sabido buscar, para una obra emblemática, un
arquitecto, a tono, con la obra que se iba a iniciar.
No quiero ni pensar el cachondeo que se hubiera organizado
en mi pueblo contra el alcalde, si éste se mete en una obra
de esas en la plaza de toros y se le cae “el sombrajo”.En
Ceuta, esa chapuza, al menos de momento, no puede darse,
porque, todavía hoy, no hay aquí ni una plaza de toros
portátil. Mejor para el Ayuntamiento, porque también hubiera
tenido sus críticas, empezando por la mía, y otras más.
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