La obsesión y las mentiras que giran en torno a la persona
de Hugo Chávez en la prensa internacional y concretamente,
en la española, hace mucho tiempo que dejaron de llamar la
atención de cualquier persona medianamente informada. El
diario “ABC”, periódico históricamente ligado al franquismo,
inventaba hace unas semanas que el presidente venezolano se
encontraba en un estado de coma inducido. “La Razón”,
panfleto ultraderechista que desprende vergüenza ajena y
rubor en cada una de sus páginas, se dirige a él
continuamente utilizando el término “dictador” a pesar de
ser un Presidente que no deja de ganar elecciones limpias y
transparentes, que cuenta con el apoyo de la mayoría del
pueblo venezolano, que puso su cargo a disposición de la
gente y que sigue escrupulosamente las leyes contempladas en
una Constitución elaborada y votada por la ciudadanía.
Los ejemplos de difamación y ataques indiscriminados hacia
todo lo que proviene del Gobierno de Venezuela son
infinitos. El último caso, que de no ser porque ya nos
esperamos cualquier cosa nos hubiera indignado a algunos,
corresponde a un diario que muchos aún siguen considerando
de izquierdas o, cuanto menos, progresista. Se trata de “El
País”, un boletín que apoyó y recibió felizmente el intento
de Golpe de Estado contra Chávez en abril de 2002, golpe
frenado por el pueblo venezolano, por la gente que salió a
la calle a defender el orden constitucional, a su Presidente
y a su Gobierno democráticamente elegido, detalle éste
bastante revelador acerca del apoyo que profesan los
ciudadanos de Venezuela a la Revolución bolivariana. La
última tropelía del periódico del Grupo PRISA ha sido
dedicar su portada de hace unos días a una supuesta foto de
Chávez intubado en un hospital de Cuba. De por sí, exhibir
la foto de alguien en estas condiciones con el único fin de
hacer negocio (jamás con el de ofrecer información) es de un
mal gusto y un sensacionalismo que jamás pueden acompañar al
periodismo serio, viola la ética periodística -algo que esta
clase de medios sometidos a intereses económicos desconocen
por completo- y retrata a quien la exhibe, pero si resulta
que la fotografía en cuestión no corresponde al protagonista
de la noticia sino al fotograma de la operación de un
ciudadano mexicano en un vídeo de 2008, la cosa sobrepasa ya
varios niveles de desvergüenza y maldad. Sí, amigos, el
diario “El País”, tan profesional y respetado, en su ansia
de ver muerto a Chávez y de cazar la imagen más morbosa, no
dedicó ni un solo minuto a cerciorarse de la veracidad de la
fotografía que le proporcionaron, la mantuvo media hora en
su página web y tuvo que paralizar a última hora la
distribución de su edición impresa. Pero no crean que “El
País” ha reconocido su error sin más. En menos que canta un
gallo han encontrado al culpable perfecto: Cuba. Sí, Cuba.
La culpa de que este periódico no contraste sus
informaciones es de Cuba, igual que la culpa de que
Carromero condujese sin carné es de Fidel Castro. “El País”
argumenta que la fotografía fue facilitada por su
corresponsal en La Habana Yoani Sánchez, una famosa bloguera
(muy famosa en twitter por inventarse noticias, algo
demostrado) y supuesta disidente (a sueldo de empresas de
“información” internacionales) que, debido a las crueles
restricciones que aplican los “malditos comunistas cubanos”
en Internet, no les pudo aclarar las condiciones en las que
la fotografía fue tomada. Es decir, ante la duda, tú publica
lo que tengas. Bravo.
¿Qué es lo que motiva este odio hacia Venezuela? ¿el odio
hacia lo que ellos consideran autoritarismo? Esta hipótesis
es más que dudosa teniendo en cuenta el trato educado que la
prensa española dedica a otros regímenes (amigos y socios de
España) que sí que son antidemocráticos y despóticos. La
Colombia de Álvaro Uribe (este nombre a algunos ni les
sonará al tratarse de un ex -Presidente latinoamericano DE
DERECHAS), con su escándalo de los “falsos positivos”, fue
acusada de ejecutar extrajudicialmente a más de mil civiles
entre 2008 y 2009. Esta noticia, al tratarse de Colombia,
fiel amigo de EEUU y demás intereses capitalistas de
Occidente, apenas ocupó algunas páginas en la prensa. En
cambio, un estornudo de Chávez ocupa portadas en todo el
mundo. Nadie conoce al Presidente de Perú o de Haití, pero
todos conocemos a Chávez, Correa y Morales. ¿Motivos para
odiar a Chávez por parte de unos medios manejados por bancos
y grandes empresas? Pues los mismos por los que desde la
izquierda le apoyamos y deseamos fervientemente su
recuperación.
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