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OPINIÓN - LUNES, 28 DE ENERO DE 2013

 

OPINIÓN / EL OASIS

No es fácil ser hombre
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

El segundo marido de Ángela Merkel se llama Joachim Sauer, es profesor de química, y dicen que mantiene un discreto y a veces incómodo segundo plano. No me extraña, pues debe ser muy complicado estar casado con la mujer más poderosa del mundo.

No sé por qué me da a mí en las pituitarias que todo lo que no habla el marido lo habla a ella. Y hasta creo que si lo acompaña al médico, un suponé, es doña Ángela la encargada de poner al galeno al tanto de las molestias percibidas por su cónyuge. Mientras éste se limita a no decir ni mu.

La ventaja que tiene Joachim Sauer es que hay muchos hombres como él. Aunque infinitamente peor: porque son tratados de la misma manera por mujeres que no pueden presumir de ser la primera ministra alemana. La verdad es que no es fácil ser hombre. Espero que las feministas, por las que siento adoración, no se me irriten con mi indulgencia y la acusen de machista.

Dirán ustedes, a cuento de qué les hablo de Merkel y de su marido; ese hombre gris, a quien su mujer le tiene prohibido opinar de nada, no vaya a ser que meta la pata hasta el corvejón. Pues bien, lo hago porque no tengo la menor duda de que Mariano Rajoy es otra víctima de la alemana rolliza que entiende la vida como un matriarcado.

La alemana rolliza, con mejillas de campesina bien comida, o sea, con color de amapola, ha conseguido domeñar al presidente del Gobierno de España. Lo ha dominado de tal manera que hace con él encaje de bolillos. Le tiene comida la sesera. Y Rajoy, que es de natural apocado, no encuentra la manera de llevarle la contraria. Es más, cada vez que se reúnen es para recibir una bronca por lo que ha dejado de hacer.

Lo que ha dejado de hacer el presidente del Gobierno es cumplir las órdenes que ya le había dado la canciller alemana, anteriormente: Tienes que llegar a doce millones de parados, Mariano. Que es lo que exigen los mercados para no volver a las andadas: vamos, para ponerte la prima de riesgo por las nubes.

Y ante semejante desfachatez, de la señora Merkel, nuestro presidente se encoge. Se acoquina. Se amilana Y, para salir del paso, no le queda más que responder como respondían aquellos guardas de fincas andaluzas y extremeñas a los señoritos: “A mandar, señora Merkel, que para eso estamos”. Doblando el espinazo a modo de sometimiento y soportando la humillación de la propietaria del latifundio.

La propietaria del latifundio, entiéndase la Unión Europea, ha convertido a Rajoy en un calzonazos. Ya que lo maneja a su antojo. En cuanto abre la boca, ella le lleva la contraria con tanta prontitud como con autoridad suficiente para que nuestro hombre se sienta poseído por un canguelo que lo paraliza. Lo deja inerte. Incapaz de reaccionar. Como si enfrente tuviera una serpiente pitón dispuesta a todo. En fin, que Mariano sólo siente deseos de darse el piro cuanto antes. Quitarse de en medio a paso de legionario.

Ante semejante situación, que se ha venido repitiendo durante el tiempo que ya lleva gobernando el PP, mucho me temo que nuestro presidente, bien pronto, le ofrecerá en bandeja a la señora Merkel lo que tanto ansía. Los 12 millones de parados que ella tiene metido entre ceja y ceja. Y, si es posible, que los mayores hagan el favor de morirse con más celeridad. Que duran demasiado. Eso sí, Luis Bárcenas vivirá como un Creso hasta el fin de sus días.
 

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