Me encuentro en mi choza
totalmente a oscuras a las 08,20 horas del sábado 18 de
enero de 2013. El fluido eléctrico ha fallado con motivo
creo, del fuerte temporal de viento, lluvia y truenos que
arrecia en la Comarca del Campo de Gibraltar; provocando
dicha adversidad atmosférica, que las comunicaciones
marítimas entre Algeciras, Ceuta y Tánger queden
interrumpidas.
No sé lo que hacer, porque no veo absolutamente nada y la
cornamenta choca contra todo lo que encuentra a su paso;
desconociendo si el pitón derecho o el izquierdo ha
traspasado el lienzo de la pintura, que le hice vestidos de
toreros a una cuadrilla de políticos socialistas del más
alto nivel español.
Dicen “que los cuernos duelen cuando salen, pero después
sirven para comer”. No sé si eso es cierto o no, porque los
que afloran de mí y que acabo de citar, son ficticios para
romper el hielo del ambiente en el que me encuentro. Aunque,
de cuernos, los que saben si sirven para comer o no y,
pueden dar toda clase de pelos y señales, son determinados
personajes que aparecen por activa y por pasiva en
determinados programas de televisión.
Programas, que están haciendo un gran papel al régimen
político imperante, porque tienen las 24 horas del día
entretenidos con sus verdulerías a más de media España y
gran parte de la otra. Y así, de esa forma, el poblacho no
piensa en otras cosas más importantes y fundamentales que le
afecta directamente, como son los desahucios, el corralito
de los fondos preferentes con los que han estafado presunta
y gansterilmente a miles de ahorradores...
La cuestión es que, en la noche del viernes anterior 17 de
enero, aparte de todo de lo que relato, haciendo zapping por
determinadas cadenas de televisión. Se me erizaron hasta las
pelusas negras de los gatos del intestino grueso o delgado,
al contemplar en la tele a una madre llorar amargamente,
diciendo que la habían desahuciado y que los niños no tenían
la culpa, de estar viviendo en un habitáculo en total estado
de pobreza.
Aunque, más aún me caló esa madre, cuando a uno de sus
pequeños le improvisaron celebrar su cumpleaños. Y al
solicitarle la redactora del programa que pidiera un deseo.
El chico contestó, si no recuerdo mal, “pido poder tener
luz”. Esa imagen del niño deseando tener luz, es lo que yo
deseaba, al encontrarme a oscuras en mi casa. Y como el
fluido eléctrico no se normalizaba. Busqué varias velas y
comencé a escribir todo esto y mucho más con la azulona
tinta de mi estilográfica en un folio.
Las sensaciones que percibía eran impresionantes, mientras
el pueblo seguía durmiendo sin inmutarse a pesar de que el
fuerte temporal golpeaba las persianas. Pero si flipado me
encontraba entre truenos y relámpagos, más aún se quedó un
individuo que denunció, creo al programa de Mercedes Milá
del referido viernes, que le habían desahuciado en la
Navidad por error, y que no podía entrar en su casa porque
le habían cambiado la cerradura.
El damnificado clamó ante tal hecho aquí y donde fuere
necesario sin que le hicieran caso, pero por fin se decidió
a entrar en su casa en presencia de un notario. Y al abrirle
el cerrajero la puerta, el banco se había llevado todos los
muebles y enseres de su casa. Lo habían dejado con una mano
delante y otra detrás, es decir, con lo puesto. Con el
agravante además, que el banco había colocado un cartelón en
el balcón anunciando la venta del piso.
No sé, ¿qué es lo que habría hecho en ese caso que relato?
Pero cosas raras se me cruzan, aunque lo más apropiado y
mejor es siempre contar no diez sino cincuenta y acudir a la
Justicia, para que con extrema urgencia me socorra. Aunque,
los habrá hasta a quienes se les ocurra ‘picarle el billete’
al causante de tal barbarie. Actuando igual o parecidamente,
como lo intentó un fulano contra un alto cargo político,
cuando estaba en el uso de la palabra ante una gran
concurrencia de público en un mitin en Bulgaria. ¡Menos
mal!, que se le encasquilló la ‘chata’, porque de lo
contrario inmediatamente después de espicharla el político,
hubieran declarado en su país varios días de luto oficial.
El presunto criminal o enajenado se llevó toda clase de
hostias, patadas, puñetazos y golpes por parte de los
matones guardaespaldas de seguridad de la sala o del
político.
En fin, como España ‘va tan bien’. Si deflagrara, las ratas
políticas serán las primeros en huir a sus paraísos fiscales
o naturales. Mientras los españolitos de a pie permanecerán
aquí partiéndose la cara los unos contra los otros, de igual
forma que lo hicieron en la incivil guerra española de 1936.
Conmigo que no cuenten, porque me refugiaré en mis poemas,
al tener claro que mi destino es similar al de Lorca...
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