La Unidad de Prevención y Reacción (UPR) es la última
creada en el seno del Cuerpo Nacional de Policía (CNP). Los
72 grupos operativos desplegados en 15 comunidades y en las
dos ciudades autónomas disponen de casi 2.200 agentes, 56 de
ellos en Ceuta. Desde el pasado mes de octubre, la UPR ceutí
se ha visto reforzada por la nueva jefatura y entre otras
medidas se ha dispuesto un programa de prácticas con
“vocación de continuidad” que se lleva a cabo dos veces al
mes con colaboración de Defensa, que cede una de sus
instalaciones. EL PUEBLO acompañó a uno de los dos grupos de
la Unidad en parte de su jornada de trabajo.
La Unidad de Prevención y Reacción (UPR) de Ceuta ha
alcanzado, desde su reestructuración y refuerzo con un nuevo
mando a finales del pasado año, una media de 120 detenciones
al mes. Esta unidad de elite de la Policía Nacional está
compuesta en todo el país, según los datos ofrecidos por el
Ministerio del Interior el pasado mes de diciembre, por
cerca de 2.200 agentes repartidos en 72 grupos operativos
desplegados en estos momentos en toda España (con excepción
de Cataluña y País Vasco, donde la competencia es de las
policías autonómicas).
Las UPR sustituyen o apoyan a las UIP (Unidad de
Intervención Policial), conocidas como “antidisturbios”. Con
una estructura más ágil y por lo tanto, una capacidad de
respuesta muy rápida, las UPR se convierten en unidades
“intermedias” entre los agentes de calle o ‘zetas’ y las
especializadas en terrorismo, narcotráfico, catástrofes o
grandes concentraciones. Así lo explicaba el jefe de Brigada
al comienzo de un turno de trabajo en el que EL PUEBLO
acompañó a uno de los grupos operativos.
En el caso de Ceuta, un total de 56 agentes, entre policías
y mandos, componen la UPR, que en los últimos meses se ha
visto reforzada, entre otras medidas, con la implantación de
un programa de prácticas que se llevan a cabo dos veces al
mes en instalaciones cedidas, mediante convenio, por
Defensa. La carga de trabajo de la unidad -señalan-, impide
la realización de más entrenamientos, pero dada la variedad
de situaciones en las que tienen que operar, estas son muy
importantes, por lo que la vocación es de darles
continuidad.
Prácticas cada 15 días
La jornada del pasado miércoles comenzó con una hora de
prácticas, en las que los agentes (algunos de los cuales aún
no ha hecho el curso específico de UPR) aprenden o
perfeccionan, entre otras, la técnica para colocarse el
chaleco antitrauma. Después, ensayaron formaciones, desde el
“binomio” de un agente con escopeta y otro con escudo, a las
diferentes fórmulas empleadas para proteger a personas o de
intervención en manifestaciones o grandes concentraciones,
entre las cuales practicaron, la “cuña” y la “cuña inversa”.
En el equipo se echan en falta mujeres, sólo tienen una
compañera, explican, que se encuentra en estos momentos de
baja, pero consideran que lo óptimo sería que hubiera al
menos una en cada subgrupo.
“Asumimos la custodia y restablecemos el orden”, es el lema
que, en latín, figura en el emblema de la UPR, el perfil de
un águila, que da una idea de la variedad de sus cometidos.
En pocos minutos, tras el entrenamiento de una hora, los
agentes estuvieron desplegados en sus funciones habituales,
como son controles, de unos 10 minutos, en distintos puntos
de la ciudad, así como el apoyo en el embarque de pasajeros
de la Estación Marítima. La UPR vigila especialmente las
zonas de ocio -en Nochevieja desplegó un operativo especial
en el que detuvo a 37 personas-, lleva a cabo traslados de
inmigrantes a la península, realiza custodia de convoyes
militares... “Nos desplegamos en distintas zonas dependiendo
de cómo esté la delincuencia”, señala uno de sus jefes. Por
eso, a los agentes de esta unidad puede encontrárseles en
cualquiera de las tareas mencionadas o en otras, como el
control del paso del Biutz en apoyo de la UIP o en ausencia
de esta.
En un control desplegado en el cruce de Sidi Embarek con el
Quemadero, los agentes abrieron dos actas de droga, por
tenencia de estupefacientes, lo más frecuente, explican, en
este tipo de operativos, donde también suelen detectar a
personas en busca y captura.
Los buenos resultados obtenidos por los dos grupos que
conforman la unidad, divididos a su vez en dos subgrupos y
en 8 equipos, se deben, a decir de sus responsables, al
“estímulo” con el que trabajan los agentes. Pertenecer a
este unidad, la última que se ha creado en el seno del CNP,
es una opción voluntaria, “pero no todo el mundo entra”,
aseguran.
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