Los datos hechos públicos por el Instituto Nacional de
Estadística, en la Encuesta de Población Activa (EPA),
reflejan que Cádiz es la primera provincia española en
número de parados con un 40,63% de desempleados, superando
en más de 14 puntos la media nacional, que ronda el 26%. En
la provincia hay un total de 233.600 personas sin trabajo.
La situación en Ceuta no es mucho mejor, ya que el 37,84% de
la población en edad de trabajar no puede hacerlo. El
Director del Secretariado diocesano de Pastoral Obrera,
Diego Rodríguez, nos muestra su preocupación ante estos
datos y nos cuenta de qué manera la iglesia de Cádiz y Ceuta
está trabajando para paliar esta situación.
Pregunta.- ¿Cómo se reflejan estos datos en la Diócesis y
que impacto está teniendo en ella?
Respuesta.- El impacto que está teniendo es alarmante. Estos
datos, de alguna manera, no son nuevos en nuestra diócesis,
ya que antes de la crisis el nivel de desempleo ya era muy
alto. Ahora, como es lógico, la situación se ha agravado aún
más y es preocupante que de cada 10 personas en Cádiz, 4
estén desempleadas, y en Ceuta la situación es muy similar.
Más que fijarnos en las cifras de la EPA, tendríamos que
hacerlo en todas esa personas, que con sus familias, lo
están pasando tan mal. Como es obvio, nos preocupa el
desempleo, pero sobre todo lo que esto conlleva, las
carencias que sufren las personas en alimentación, vivienda,
sanidad… Estamos viendo que los derechos fundamentales de
las personas están siendo eliminados y todo por beneficiar
al que más tiene. La crisis no es culpa de los trabajadores
sino de los que la han creado, que no son otros que los
bancos y los estados que con sus políticas han permitido que
esta situación sea cada vez más cruel.
P.- Los jóvenes son el sector de la sociedad que peor lo
está pasando con un 60% de desempleo…
R.- Este es uno de los problemas más graves en cuanto a qué
futuro les espera. Preocupan mucho las pensiones, ¿cuántos
años van a tener que trabajar los jóvenes de hoy para
disfrutar una pensión? ¿A qué edad se van a jubilar, si hay
personas que comienzan a trabajar con 40 años? Y luego el
asunto de quiénes van a sostener esas pensiones si no se
está ingresando dinero. Tantas reformas laborales que se han
hecho y que no han servido para nada. En vez de crear empleo
lo que han hecho es agravar más la situación y el poco
empleo que se ha creado es en una situación precaria. Hoy no
sólo sufren los que no tienen un empleo, también hay gente
que tiene trabajo y que está sufriendo por padecer un empleo
precario.
P.- ¿Qué trabajo está haciendo el Secretariado diocesano
de Pastoral Obrera en este sentido?
R.- Desde que empezó la crisis todo nuestro trabajo ha
estado enfocado hacía este asunto. Por poner un ejemplo, las
jornadas de Pastoral Obrera del pasado año se titularon “La
plaga del desempleo, un reto para la sociedad y la Iglesia”.
Esta lacra del desempleo nos obliga a un compromiso directo
en lo social y lo político, no sólo a una solidaridad
económica. Tenemos que hacernos presentes en esta realidad y
para ello, os adelanto que nuestras jornadas de este año
irán encaminadas al compromiso de los cristianos en la vida
social y política desde la fe. La Iglesia está trabajando
bien en el tema del desempleo, pero pienso que deberíamos
estar más presentes y acompañar a la gente que lo está
padeciendo. Tendríamos que acompañarlos en sus luchas. Hay
una gran solidaridad con las ayudas económicas, pero sólo
con esto no vamos a salir de esta crisis. Esto sólo sirve
como una ayuda pasajera a las personas y no estamos ayudando
a que se transforme esta realidad. Creemos que otro mundo,
otra economía y otras políticas son posibles.
P.- ¿Cuál es el papel de los cristianos ante la situación
que viven las víctimas del desempleo?
R.- No sólo como cristianos, sino como personas tenemos el
derecho a participar en la vida social y política, y como
cristianos la fe también nos llama a estar presentes en ese
ámbito. Como creyentes es necesario tomar esta postura y
desde nuestra fe aportar nuestro trabajo.
P.- ¿Qué mensaje puede enviar la Iglesia a nuestra
diócesis, que es la que está siendo más castigada según los
últimos datos de la EPA?
R.- Un mensaje de esperanza, pero de esperanza activa. Nos
tenemos que comprometer en transformar esta realidad, con un
mensaje de ánimo y de seguir en la lucha, pensando que es
posible si todos ponemos de nuestra parte.
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