Nuevos incendios de coches, en esta ocasión, en las
cercanías de la Delegación del Gobierno. Un asunto
preocupante, máxime cuando el propio titular de la
institución de Plaza de los Reyes dijo recientemente que
contaba con los mejores policías nacionales y la mejor
guardia civil. Pues bien, a esa prueba inequívoca de
confianza en la profesionalidad de estos Cuerpos hay que
añadirles, como no podía ser menos, la necesaria aptitud y
la demostración palpable de esa eficacia pregonada
públicamente, a base de resultados.
El delegado del Gobierno dice contar con un equipo capaz y
éste, por coherencia y para no dejarlo en mal lugar, debe,
tiene y ha de demostrar que esa confianza que Francisco
Antonio González Pérez deposita en ellos no es un farol
“políticamente correcto” sino una verdad tangible,
demostrada con hechos y no solo con palabras.
Suponemos que estos profesionales de la seguridad no querrán
dejar con el ‘culo al aire’ a su delegado del Gobierno y más
pronto que tarde, acometerán las actuaciones pertinentes
para acabar con estas actuaciones delictivas en el mismísimo
centro de la ciudad que suponen, en sí mismo, casi una mofa
a la seguridad. Los ciudadanos requieren la intervención de
agentes, ya. La pericia en erradicar la delincuencia se hace
imperiosa. No caben más excusas. Es prioritario que la
vigilancia se extreme y que la prevención del delito sea un
hecho. Estas oleadas de incendios en automóviles o
contenedores, estos desafíos a la propia seguridad no dejan
de ser un auténtico reto para Policía Nacional y Guardia
Civil. Los hechos parecen querer dar la sensación de que se
están echando un pulso los delincuentes con los agentes de
la seguridad ciudadana. Y a este panorama hay que ponerle
fin.
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