El Instituto Almina recoge en su ámbito de Tutorías un
Programa de Convivencia con normas para desarrollar en el
aula que les llevó a confeccionar un código de conducta
realmente severo. Así lo entiende una de las tutoras que
destaca un detalle: Para quien se levante de su pupitre sin
permiso, lo habitual es una amonestación y los estudiantes
lo castigan con una semana sin recreo. Una dureza que no se
corresponde con la gravedad de la actuación incorrecta.
Junto a este hecho, también hay una serie de murales con
cierta creatividad, imaginación y mucho interés porque la
convivencia se mantenga. Así se plasman frases como éstas.
“Esforzarnos para una clase mejor para ser respetuoso y
responsable”, “nos gusta tener nuestra clase limpia,
ordenada, con buen comportamiento, tolerancia y respeto”,
“en los descansos permanecemos en el aula y antes de hablar
pedimos permiso al profesor”, “El respeto es fundamental”,
“pintamos en el papel y no en el mobiliario”, “nos
levantamos con el permiso del profesor”, “tratamos a los
demás como nos gustaría que nos trataran a nosotros”,
“pedimos las cosas educadamente, por favor”, “somos
puntuales” y “el compañero es imprescindible”, entre otros
lemas o consignas de las normas a seguir y respetar.
También designan los alumnos los denominados Policías de
Clase, encargados del orden y el buen funcionamiento entre
las relaciones de compañeros. Todo ello, aderezado con una
serie de fotografías identificativas en las que cada alumno
que ha pronunciado una frase de las ya indicadas queda unido
a ellas para conocimiento general. Las propias normas de
conducta que los alumnos siguen en el aula es una forma de
estimularlos para una actuación cívica y responsable. Los
profesores han sabido motivarles y en la mañana de ayer,
casi medio centenar desayunaron en la cafetería Manhattan en
la zona del puerto como premio a su trabajo. En la jornada
de hoy serán otros cincuenta los que hagan lo propio, ya que
cerca del centenar han participado en esta actividad que
tanto han disfrutado. Un programa que se enmarca dentro del
Plan de Convivencia del Instituto Almina a base de
actuaciones que elaboran los propios estudiantes para
mejorar la convivencia en el centro. Una forma de favorecer
la integración y la participación de los alumnos en la vida
del centro educativo y facilitar la toma de decisiones asi
como el respeto a su futuro académico y profesional. En la
ESO y bachillerato, una vez por semana un tutor se encarga
de desarrollar las actividades programadas como ha sido este
caso de Normas para clase, a fin de fomentar la convivencia
pacífica y educarles a que sean cívicos, tolerantes y
respetuosos con sus derechos y los de los demás.
Los profesores destacan el interés de los alumnos en esta
actividad y su implicación en la misma. Una experiencia que
ya se lleva desarrollando desde hace cinco años.
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