LUNES 14.
La semana pasada estuve en Córdoba. Menos días de los que yo
hubiera deseado. Pero hice malabares con el escaso tiempo y
pude estar con la familia, con los amigos y, como no podía
ser menos, paseando por avenidas, plazas recoletas, y
barrios de casas en la que los patios prevalecen como
espacios de interés nacional. La Mezquita sigue siendo, para
mí, el mejor monumento de España. Y así lo dije mientras
comía entre amigos. Fue entonces cuando se suscitó, entre
otras conversaciones, la relacionada con las preguntas
absurdas. O las tenidas por tontas. Y, cuando me tocó
responder, me expresé tal y como lo he hecho otras veces:
cuando me hacen una pregunta tonta no contesto. Simplemente
espero, sonrío con la bocha chica, y entonces, si hay más
personas, pronto se dan cuenta de que el preguntador ha
metido la pata. Es una actitud que recomiendo. Sobre todo
cuando quien inquiere carece del sentido del tacto y del
buen gusto. Y los hay. Vaya si los hay…
Martes. 15
Comida con amigos y un empleado del Tryp me comunica que
Abdelkrim está pasando por un mal trance. El empleado del
Tryp se refiere a Maimon Abdelkrim: médico muy
querido en la ciudad y de quien los ceutíes hablan y no
acaban. De él se cuentan muchas anécdotas y se le adjudican
innumerables acciones buenas. Su vocación de médico ha sido
siempre destacada por encima de todo. Pero tampoco se han
escatimado palabras para dar a conocer la bondad que
destilaba y que ponía siempre al servicio de los más
necesitados. En cierta ocasión, me atendió de uno de mis
alifafes, hace ya bastantes años, y quedé cerciorado de que
los muchísimos ditirambos que recibía eran más que
merecidos. Cuando se movía por los pasillos del Hospital de
la Cruz Roja era un espectáculo verlo conversar con
pacientes y amigos. Una noche, estando en el centro
hospitalario, bueno, él estaba siempre de guardia, un amigo
que habíamos ingresado, en muy malas condiciones, se escapó
de su habitación, tras quitarse el gotero, y allá que
movilizó Roma con Santiago. Ojalá, amigo, que puedas eludir
el mal momento que estás viviendo.
Miércoles. 16
Los triunfos de la selección española de fútbol, tan
ansiados como extraordinarios, han conseguido que los
periodistas españoles, salvo excepciones, hablen del deporte
rey como si lo hubieran inventado ellos. A veces, tras
oírlos por la radio, leerlos en los periódicos y en la
pantalla, o bien verlos y escucharlos atentamente en la
televisión, me dan ganas de hacerles higas encadenadas. Al
final, termino, si el partido no es interesante, apagando el
televisor para ponerme a leer. La mejor manera de que el
cabreo que me producen no me amargue la existencia. Dicen
cosas increíbles. Y además son partidistas hasta extremos
insospechados. Alaban actuaciones mediocres o normales y,
sin embargo, obvian los grandes aciertos de quienes no
forman parte del grupo de jugadores que tienen bula y a los
que además no se les perdona fallo alguno. Pero hay más: en
el partido Madrid-Valencia de Copa del Rey, pude observar el
trabajo que le cuesta a ese enorme realizador de Canal Plus,
llamado Víctor Santamaría, repetirnos los fallos
clamoroso de Iker Casillas o de Xabi Alonso,
por poner ejemplos tan claros como evidentes. Y, desde
luego, convendría decirle a Michael Robinson,
comentarista del mismo canal, que procure por todos los
medios erradicar de una vez la aversión que siente por el
Madrid y por Mourinho. Pues se le nota tanto como
para que los madridistas decidan, cuanto antes, hacer un
comunicado contra su presencia en todos los partidos que
juegue su equipo. (Nota: Me comunican, a última hora, que ha
fallecido Abdelkrim: gran hombre. Que deja huella)
Jueves. 17
Esperanza Aguirre, esa mujer que un día le dijo a
Francisco Umbral que a ella le daba miedo bailar con los
hombres delgados, suele estar todos los días en el candelero
de la noticia. Sus declaraciones nunca tienen desperdicios.
Hoy ha dicho que conviene cuanto antes crear en el PP de
Madrid “una especie de Fiscal anticorrupción” encargado de
detectar a los cargos públicos que pudieran estar utilizando
el puesto para enriquecerse. Si sabrá ella la necesidad que
hay de nombrar a alguien con poderes absolutos para
desempeñar esa tarea. Pero no sólo en Madrid, sino en todas
las regiones donde gobiernen los suyos. O es que en Ceuta,
por ejemplo, no estamos necesitando ya que una figura así
esté siempre de guardia permanente. Con el fin de que a
nadie se le ocurra meter la mano en la caja. Meter la mano
en la caja por parte de los políticos nunca ha dejado de ser
hábito nacional. Por lo que todos los partidos deberían
aplicarse al cuento. Por una razón muy sencilla: porque la
clase política está infestada de mangutas; o sea de
ladrones. Ahora bien, el problema lo veo yo, si ello se
llevara a cabo, en cómo elegir a los fiscales. Pues quien
hace la ley hace la trampa. De ahí que la corrupción nunca
decaiga lo más mínimo.
Viernes. 18
Me tropiezo por calle céntrica con Hamadi Ananou, a
quien hacía ya la tira de tiempo que no veía y, por tanto,
me había sido imposible felicitarle por el éxito obtenido
con su exposición de fotografías llenas de Guiños en el
Museo de las Murallas Reales, desde el 16 de noviembre al 15
de enero. Así que pude enterarme de que había batido un
récord de visitas y demás cuestiones relacionadas con lo que
fue un acontecimiento en su momento. Quedo enterado también
que el museo de marras va a ser reformado. Y que se pondrá
al servicio de una exposición de prestigio internacional.
Así que los artistas modestos pueden despedirse ya de poder
mostrar su obra en el Museo de las Murallas Reales. Me
imagino que Mabel Deu, consejera de Educación,
Cultura y Mujer, tendrá ya previsto el nuevo local de un
museo que pueda sustituir al de las Murallas Reales.
Sábado. 19
A partir de ahora, decir Bárcenas va a ser sinónimo
de llevárselo calentito. El ex tesorero del PP nos ha hecho
un favor a todos los que escribimos en periódicos. Pues nos
evita la crudeza de llamarle ladrón, palabra tan fea como
dura, a cualquier político que se lo haya llevado crudo.
Aunque habrá que distinguir entre ser un Bárcenas con
mayúscula o minúscula. Merecerá ser tachado de Bárcenas, que
siempre debe prevalecer el rango, a quien se le reconozca
haberse apropiado de cantidades enormes de dinero; y
bárcenas, con la b adelgazada, a los trincones de andar por
casa. Aunque mucho me temo que pasará mucho tiempo antes de
que salga otro tipo tan espabilado como para que, siendo
tesorero de un partido cuyos militantes han presumido
siempre de no necesitar meter la mano en la caja porque son
ricos en todo, sea capaz de mangar 22 millones de euros. Eso
sí, ese tal Bárcenas es generoso: pues repartía sobres como
los mozos de espada los distribuían, hasta hace nada, entre
los periodistas taurinos para que sus toreros fueran
tratados de la mejor manera posible. Sobrecogedores; he aquí
un palabro que vuelve a ponerse de moda y que nos viene
también, como anillo al dedo, para referirnos a los
políticos que ponen el cazo por todo.
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