Y además parece que se lo toleran.
Es lo que muestran las actitudes del presidente de la
Generalidad de Cataluña, Arturo Mas, con las que juega o
quiere jugar con el Gobierno de la Nación y, por ende, con
España, para sacar mayor tajada para su Comunidad.
Desde hace tiempo, en todos los foros solventes y
conocedores de lo que es la Cataluña de hoy, han marcado muy
claramente que todo el devaneo que se traía Arturo era para
echar una cortina de humo sobre la situación en la que se
encuentra y se va a seguir encontrando la Comunidad
Autonómica de Cataluña.
Y ahora sale con otra:”insta al Estado a ofrecer
alternativas atractivas si rechaza el soberanismo”. Esto ya
no es, ni siquiera, un pulso, esto es algo así como: “a ver
quien mea más largo”, que dirían algunos chavales, en sus
juego por hacerse mayores.
Se necesita tener cara y se necesita, además, no ver la
realidad que tiene por delante, porque ya sería hora de
darse cuenta de que ha hecho el ridículo, adelantando las
elecciones, ha perdido gran parte de su poca credibilidad,
al haber perdido muchos escaños, se ha tenido que unir, para
poder gobernar, con la escoria del separatismo, con lo que
es imposible que termine la legislatura. Es rechazada su
formulación por la casi totalidad de los partidos, de todos
los pelajes, y él como si oyera llover, pero tratando de
llevar “el botijo” para recoger el agua de las
canales:”nosotros –dice- debemos continuar con nuestro
camino porque, si no lo hacemos, nos iremos diluyendo”.
Ya lo creo que se van a diluir y mucho más cuando en el
terreno industrial le han enseñado “la patita por debajo de
la puerta” y le han dicho:”hasta aquí hemos llegado, pero ni
un paso más”.
Las mentes sensatas de Cataluña, que las hay por miles, se
dan cuenta del berenjenal en el que este iluminado les
quiere meter, con la idea esa de segregarse de España.
La crisis que asola a toda Europa y a la propia España no da
para juegos malabares y mucho menos para que una parte de
España, que nunca fue un reino –eso hay que tenerlo en
cuenta- haga defección y empiece desde cero, con el único
bagaje de la mente calenturienta del señorito Arturo.
Todos menos él han visto que Europa no iba a abrirles las
puertas. Todos menos él valoran que, al estar en España,
todas sus capitales de provincia tienen ya “alta velocidad”,
cuando Extremadura no tiene un solo kilómetro, Murcia otro
tanto de lo mismo, Castilla-León muy poquito, Galicia nada
de nada y así un largo etcétera, y todos menos Arturo Mas se
han dado cuenta de que la industria catalana volaría de
allí, en cuanto esa defección se llevara a cabo.
Y, naturalmente, el Gobierno en esto está siendo prudente,
pero Rajoy debe tener, en la boca manga, la última de las
cartas, tirar de la Constitución y desproveer a esa
autonomía de todo lo que la Constitución marca.
Llegados a esto, a lo mejor, mi titular de hoy podría
cambiar y en vez de:” se ríe de España”, pasar a :” intenta
reírse de España”, con una risa que ya no lo parece tanto
porque los “noes” que va recibiendo su giro de no sé cuantos
grados podría hacer que el propio Arturo saliera por la
puerta de servicio, y eso sucedería si los sensatos, de
verdad, le aprietan un poco más las clavijas de la sensatez
que no tiene.
Me gusta verlo en aprietos, y ahora lo está.
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