El líder de los socialistas ceutíes, José Antonio Carracao,
a la hora de ser preguntado sobre su decisión de dejar
alguno de los distintos cargos que desempeña, no ha ocultado
que soporta una carga demasiado pesada que requiere de “una
reflexión sosegada para tomar decisiones” y en un ejercicio
de sensatez, también ha dicho que ”estoy en revisión
continua” para matizar que “cuando vea que hay merma en mi
trabajo reflexionaremos en Ceuta”. Su laboriosidad no se
puede poner en duda: secretario general de los socialistas
ceutíes, funcionario del Ayuntamiento de Algeciras, portavoz
y diputado de su grupo político en la Asamblea y, por si
fuera poco, también desarrolla un trabajo privado en la
contabilidad de alguna agencia, como él mismo se encargó de
aclarar ayer a preguntas de un periodista.
A todo este bagaje laboral hay que unir, el desasosiego de
embarcar a diario para trabajar en Algeciras residiendo con
su familia en Ceuta. Un asunto que no le ha puesto nada
fácil el Partido Popular, del que requirió o bien la
excedencia o una permuta laboral. En ninguno de los dos
casos, obtuvo respuesta, pese a que los “populares” presumen
mucho de colaboración, solidaridad y demás gaitas. En el
caso de Carracao, lo están “puteando” hasta la saciedad para
no ponerle las cosas fáciles.
Con este panorama, es lógico que este joven delfín
socialista que trajo aire fresco a su partido y lo está
haciendo muy bien con su entrega e intervenciones
parlamentarias documentadas y expuestas con moderación, se
vea obligado a manifestar que “estoy en revisión continua”
en lo referente a sus cargos de responsabilidad en los que,
es muy posible que haya lanzado un aviso a navegantes para
significar que necesita el apoyo de todo su equipo para
repartir la pesada carga de una actividad política que
requiere de muchas manos y cabezas.
José Antonio Carracao, en el tiempo que se le conoce su
actividad política se ha caracterizado por un hombre
respetuoso, tolerante, sensato en sus exposiciones, con
iniciativa, dinámico y dispuesto a no regatear esfuerzos
para llevar a su partido al mejor destino.
Mejoró los resultados electorales de sus antecesores o
antecesora, en las peores condiciones que podía encontrar,
con la salida del Gobierno de la nación de su partido y
ahora proclama la propuesta de “reinventarnos”, tras el
Comité Federal celebrado el sábado en Madrid. Un cónclave en
el que los socialistas hablaron de adaptación a la nueva
realidad de la sociedad española. Una sociedad de crisis
económica y ajustes, de austeridad por doquier, de tiempos
nuevos con distintas fórmulas de las aplicadas hasta ahora,
en cuyo devenir el PSOE apuesta por un proceso en el que
recapitular el pasado para que el presente sea bien
distinto.
En este proceso cambiante, el PSOE quiere liderar los
movimientos sociales para hacer suya la pancarta de la
reivindicación que estos propugnan. Y buscan, solicitan,
reclaman, la participación de la sociedad española, en las
propuestas socialistas referidas a Europa, crecimiento del
empleo, fiscalidad, profundización social y estado del
bienestar, sanidad y educación. Unos pilares que conforman
la nueva dimensión que quiere afrontar el PSOE y en la que
José Antonio Carracao, desde Ceuta, no es ajeno.
El joven dirigente socialista es un hombre válido, un
bastión importante para contribuir a la nueva dimensión
socialista. Su capacidad de trabajo no admite discusión y
sus ganas de trabajar, tampoco admiten dudas.
Ahora Carracao precisa de impulsar con quienes están cerca
de él, esas apuestas que quieren ilusionar a la sociedad y
que requieren de no pocos esfuerzos. Ese “acento mayúsculo”
del que habló en la rueda de prensa referido a los
movimientos sociales a los que quiere representar el PSOE,
necesita de firmeza y proyectos viables. Cualquier otra
postura, sembraría desconfianza, recelo y rechazo.
José Antonio Carracao, con su “mochila” personal de trabajo,
con el pluriempleo que protagoniza, necesita fuerzas y
ayudas de su gente para no quedarse en el camino. De él
depende que sepa ilusionar a quienes tiene muy cerca, cerca
o más lejos. Y de su capacidad de liderazgo para catapultar
el proceso de reflexión a nueve meses vista (el tiempo de un
embarazo) saldrá un desenlace más o menos viable: para que
surja un feliz acontecimiento o un aborto.
|