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OPINIÓN - DOMINGO, 13 DE ENERO DE 2013

 
OPINIÓN

Miscelánea semanal

Por Manuel de la Torre


LUNES 7.

El Economista Jefe del Fondo Monetario Internacional (FMI), Olivier Blanchard, nos viene ahora con el cuento del error cometido por el organismo internacional de recomendar recortes a los gobiernos europeos, pues no logró prever que la austeridad acabaría con el crecimiento. A buenas horas mangas verdes viene este tío a decirnos algo que deja a los economistas a la altura del betún. Siempre que el tal error no sea una trola para no reconocer que la austeridad ha sido hecha a conciencia con el fin de ayudar a los más ricos y dejar en el paro a millones de personas que nunca volverán a trabajar. Y los que accedan al tajo tendrán que hacerlo como chinos. Que es lo que les conviene a las grandes empresas para poder competir en el mercado. Muchas horas de currelo y poco salario. Amén de aprovechar ya el momento para acabar con el bienestar social o bien adelgazarlo hasta dejarlo caquéctico. En fin, que este tío, el tal Olivier, con sus declaraciones, ha vuelto a evidenciar que un economista, cuando no trabaja para los poderosos, es un experto que sabrá mañana por qué las cosas que predijo ayer no han sucedido. O sea.

Martes. 8

Cuando se viene hablando de cómo Rodrigo Rato ha nacido con más suerte que un quebrado, y que además es un cuco, en todo el sentido de la expresión, y que por ello es ya rico como Creso, yo recuerdo las conversaciones mantenidas con su ya difunto padre, Ramón Rato, cuando venía a Ceuta a inspeccionar su emisora de radio y se alojaba en el Hotel La Muralla. Aquel hombre, que presumía de ser más franquista que Franco y que se jactaba de su amistad con Millán Astray y de lo listo que era para hacer negocios y, desde luego, para conquistar féminas, no me caía mal. No. Quizá porque yo siempre he preferido tratar con cien fanfarrones antes que con un hipócrita. Eso sí, nunca me dio por preguntarle acerca de cómo lo pasó en la cárcel de Carabanchel, debido a la quiebra de dos bancos, en el año de 1966. Ojalá que la historia no se repita. Y su hijo, que, insisto, es ya, según dicen, rico como Creso, rey que fue de Lidia, no pase por el mismo trance. Aunque me da a mí en las pituitarias que ello no sucederá mientras estén los populares en el poder.

Miércoles. 9

Llevo muchos años sin ir a Córdoba. La última vez que estuve allí fue en 1984. Y no tuve tiempo de acudir a mi lugar predilecto. Mi lugar predilecto es la Mezquita. A la que iba, cada do por tres, cuando siendo adolescente hube de vivir varios años en la ciudad. Yo residía en Las Margaritas, y desde ese barrio hasta el mejor monumento de España, para mí, había un gran trecho. Y recorrerlo me venía bien en todos los sentidos. A mí lo que más me gustaba es adentrarme en el gran patio plantado con naranjos. Y allí encontraba la paz conveniente para el momento que estaba viviendo. Aún recuerdo las pequeñas y rojizas naranjas arracimadas entre las oscuras hojas verdes, el revoletear de los pájaros trinando por doquier, y el ruido del agua de la gran cisterna de mármol. Un día, Concha, maestra muy culta y amiga de mi tía Encarna, enterada de que yo era asiduo visitante de la Mezquita, quiso visitarla conmigo para explicarme el porqué de la magia que reinaba en el interior del templo. Y me lo pasé en grande. Ahora, que muy pronto me daré una vuelta por la ciudad de los Califas, visitaré el que yo sigo recordando como el mejor monumento de España.

Jueves. 10

Decido llegarme al Hotel Parador La Muralla con el fin de palpar el ambiente que reina entre los empleados que están sometidos a ese duro trance de no saber lo que va a ser de ellos. Y me encuentro con Fernando Jover, director de la UNED y al secretario, Enrique Ávila, que conversan con el todavía director del establecimiento, Pedro Olmedo Fernández. Tres personas a las que he dicho en muchas ocasiones que aprecio muchísimo. Y nos ponemos a pegar la hebra de manera distendida y donde yo acaparo la charla contando retazos de mi vida que ellos me aconsejan que los dé a conocer cuanto antes. Mi excusa es la de siempre: el escribir en periódico me ocupa demasiado tiempo y no quiero ni prescindir de la siesta ni muchos menos dormir ocho horas como un bendito. Aunque entiendo que ya va siendo hora de que recoja mis muchas vivencias en un libro. Así que tendré que buscar la forma para presentarlas en pocos meses. También he acordado con ellos vernos la semana próxima para seguir hablando de todo un poco. Ah, de los problemas del Parador no indagué el momento actual.

Viernes. 11

Ayer me llamó Pepe Sillero para agradecerme lo que dije de él la semana pasada en esta miscelánea semanal. Y tras contarme cosas relacionadas con momento actual y reírnos con ocurrencias mías que no vienen al caso contar, me puso al tanto de que nuestro común amigo Emilio Lamorena ha tenido un accidente doméstico, días atrás, que le impide salir de casa por prescripción facultativa. Emilio, según Sillero, se golpeó con una mesa y se produjo un hematoma en una pierna. Y padece además una inflamación muscular que le impide caminar con normalidad. Vaya, pues, desde aquí mi ferviente deseo de que mi estimado Emilio se recupere pronto y podamos vernos en los sitios de costumbre. Ah, se me olvidaba decir que jugar con los nietos a ciertas edades es exponerse a darse un tortazo con cualquier mueble que se cruce en el camino. ¿Verdad que sí, Emilio?

Sábado. 12

Curro Martínez fue un torero al cual yo seguí porque apuntaba maneras de torero grande. Pero un día, harto ya de la parte oscura de la profesión, decidió retirarse. Creo que fue en Linares, espero que la memoria no me falle. Corría el mes de marzo de 2008. Curro es, actualmente, constructor y está ligado a Ceuta desde hace varios años. Así que un buen día le propuso al consejero de festejos celebrar una corrida de toros a beneficios de una cofradía. Espectáculo que el Gobierno no tiene que subvencionar. Y más aún: los beneficios, si los hay, serán para una hermandad ceutí. La única petición de Curro Martínez a los gobernantes es que le permitan montar una plaza de toros en los terrenos de la Marina. Su petición fue hecha hace ya muchos meses. Y parece ser que le están dando pares y nones. De modo que ha llegado a pensar que esta ciudad está en contra de las corridas de toros. Pero si es así, lo mejor es que las autoridades se pronuncien de una vez por todas. Y sanseacabó.
 

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