LUNES 7.
El Economista Jefe del Fondo Monetario Internacional (FMI),
Olivier Blanchard, nos viene ahora con el cuento del
error cometido por el organismo internacional de recomendar
recortes a los gobiernos europeos, pues no logró prever que
la austeridad acabaría con el crecimiento. A buenas horas
mangas verdes viene este tío a decirnos algo que deja a los
economistas a la altura del betún. Siempre que el tal error
no sea una trola para no reconocer que la austeridad ha sido
hecha a conciencia con el fin de ayudar a los más ricos y
dejar en el paro a millones de personas que nunca volverán a
trabajar. Y los que accedan al tajo tendrán que hacerlo como
chinos. Que es lo que les conviene a las grandes empresas
para poder competir en el mercado. Muchas horas de currelo y
poco salario. Amén de aprovechar ya el momento para acabar
con el bienestar social o bien adelgazarlo hasta dejarlo
caquéctico. En fin, que este tío, el tal Olivier, con sus
declaraciones, ha vuelto a evidenciar que un economista,
cuando no trabaja para los poderosos, es un experto que
sabrá mañana por qué las cosas que predijo ayer no han
sucedido. O sea.
Martes. 8
Cuando se viene hablando de cómo Rodrigo Rato ha
nacido con más suerte que un quebrado, y que además es un
cuco, en todo el sentido de la expresión, y que por ello es
ya rico como Creso, yo recuerdo las conversaciones
mantenidas con su ya difunto padre, Ramón Rato,
cuando venía a Ceuta a inspeccionar su emisora de radio y se
alojaba en el Hotel La Muralla. Aquel hombre, que presumía
de ser más franquista que Franco y que se jactaba de
su amistad con Millán Astray y de lo listo que era
para hacer negocios y, desde luego, para conquistar féminas,
no me caía mal. No. Quizá porque yo siempre he preferido
tratar con cien fanfarrones antes que con un hipócrita. Eso
sí, nunca me dio por preguntarle acerca de cómo lo pasó en
la cárcel de Carabanchel, debido a la quiebra de dos bancos,
en el año de 1966. Ojalá que la historia no se repita. Y su
hijo, que, insisto, es ya, según dicen, rico como Creso, rey
que fue de Lidia, no pase por el mismo trance. Aunque me da
a mí en las pituitarias que ello no sucederá mientras estén
los populares en el poder.
Miércoles. 9
Llevo muchos años sin ir a Córdoba. La última vez que estuve
allí fue en 1984. Y no tuve tiempo de acudir a mi lugar
predilecto. Mi lugar predilecto es la Mezquita. A la que
iba, cada do por tres, cuando siendo adolescente hube de
vivir varios años en la ciudad. Yo residía en Las
Margaritas, y desde ese barrio hasta el mejor monumento de
España, para mí, había un gran trecho. Y recorrerlo me venía
bien en todos los sentidos. A mí lo que más me gustaba es
adentrarme en el gran patio plantado con naranjos. Y allí
encontraba la paz conveniente para el momento que estaba
viviendo. Aún recuerdo las pequeñas y rojizas naranjas
arracimadas entre las oscuras hojas verdes, el revoletear de
los pájaros trinando por doquier, y el ruido del agua de la
gran cisterna de mármol. Un día, Concha, maestra muy
culta y amiga de mi tía Encarna, enterada de que yo
era asiduo visitante de la Mezquita, quiso visitarla conmigo
para explicarme el porqué de la magia que reinaba en el
interior del templo. Y me lo pasé en grande. Ahora, que muy
pronto me daré una vuelta por la ciudad de los Califas,
visitaré el que yo sigo recordando como el mejor monumento
de España.
Jueves. 10
Decido llegarme al Hotel Parador La Muralla con el fin de
palpar el ambiente que reina entre los empleados que están
sometidos a ese duro trance de no saber lo que va a ser de
ellos. Y me encuentro con Fernando Jover, director de
la UNED y al secretario, Enrique Ávila, que conversan
con el todavía director del establecimiento, Pedro Olmedo
Fernández. Tres personas a las que he dicho en muchas
ocasiones que aprecio muchísimo. Y nos ponemos a pegar la
hebra de manera distendida y donde yo acaparo la charla
contando retazos de mi vida que ellos me aconsejan que los
dé a conocer cuanto antes. Mi excusa es la de siempre: el
escribir en periódico me ocupa demasiado tiempo y no quiero
ni prescindir de la siesta ni muchos menos dormir ocho horas
como un bendito. Aunque entiendo que ya va siendo hora de
que recoja mis muchas vivencias en un libro. Así que tendré
que buscar la forma para presentarlas en pocos meses.
También he acordado con ellos vernos la semana próxima para
seguir hablando de todo un poco. Ah, de los problemas del
Parador no indagué el momento actual.
Viernes. 11
Ayer me llamó Pepe Sillero para agradecerme lo que
dije de él la semana pasada en esta miscelánea semanal. Y
tras contarme cosas relacionadas con momento actual y
reírnos con ocurrencias mías que no vienen al caso contar,
me puso al tanto de que nuestro común amigo Emilio
Lamorena ha tenido un accidente doméstico, días atrás,
que le impide salir de casa por prescripción facultativa.
Emilio, según Sillero, se golpeó con una mesa y se produjo
un hematoma en una pierna. Y padece además una inflamación
muscular que le impide caminar con normalidad. Vaya, pues,
desde aquí mi ferviente deseo de que mi estimado Emilio se
recupere pronto y podamos vernos en los sitios de costumbre.
Ah, se me olvidaba decir que jugar con los nietos a ciertas
edades es exponerse a darse un tortazo con cualquier mueble
que se cruce en el camino. ¿Verdad que sí, Emilio?
Sábado. 12
Curro Martínez fue un torero al cual yo seguí porque
apuntaba maneras de torero grande. Pero un día, harto ya de
la parte oscura de la profesión, decidió retirarse. Creo que
fue en Linares, espero que la memoria no me falle. Corría el
mes de marzo de 2008. Curro es, actualmente, constructor y
está ligado a Ceuta desde hace varios años. Así que un buen
día le propuso al consejero de festejos celebrar una corrida
de toros a beneficios de una cofradía. Espectáculo que el
Gobierno no tiene que subvencionar. Y más aún: los
beneficios, si los hay, serán para una hermandad ceutí. La
única petición de Curro Martínez a los gobernantes es que le
permitan montar una plaza de toros en los terrenos de la
Marina. Su petición fue hecha hace ya muchos meses. Y parece
ser que le están dando pares y nones. De modo que ha llegado
a pensar que esta ciudad está en contra de las corridas de
toros. Pero si es así, lo mejor es que las autoridades se
pronuncien de una vez por todas. Y sanseacabó.
|