Esta Sociedad Cooperactiva se crea con el objetivo de
cambiar la situación de exclusión que padecen las mujeres
indias y conseguir su autonomía, igualdad de derechos,
independencia económica y un futuro con oportunidades y
seguridad. Cada colaboradora española, por su parte, se
convierte en emprendedora social gracias a una pequeña
colaboración y pasa a formar parte de un proyecto solidario
que tendrá resultados reales y cambiará para siempre la vida
de miles de mujeres de la India rural.
La contribución del programa es de 9 euros mensuales, parte
de los cuales (60%) se destina a abrir una cuenta bancaria a
nombre de cada mujer. Esta cuenta a plazo fijo va generando
unos intereses y, al cabo de los siete años que dura el
programa, las mujeres se convierten en las propietarias de
ese pequeño capital. Una cuantía que les permite no sólo
ganarse el respeto de sus familias y de la comunidad, sino
que además garantiza su autonomía y seguridad de futuro.
Ellas son quiénes deciden cómo y para qué emplear esos
ahorros, con el acompañamiento y asesoramiento continuo de
la Fundación Vicente Ferrer, que fomenta los pequeños
emprendimientos y negocios, y las anima a que los inviertan
en la compra de algún animal, por ejemplo, y sigan ahorrando
un poco de dinero como un seguro ante imprevistos, o para
utilizar durante la vejez.
La parte restante de la contribución del “De Mujer a Mujer”
(40%) se destina a fortalecer el papel activo de las mujeres
en la sociedad. Estos fondos inciden en todos los sectores
en los que trabaja la Fundación, que resultan
imprescindibles para su avance y desarrollo integral:
educación, sanidad, vivienda, ecología y personas con
discapacidad. Entre otras muchas actuaciones, sirven para
promocionar el acceso de las jóvenes a la educación
superior, garantizar su asistencia sanitaria cuando lo
necesitan, formarlas en algún oficio, ayudarlas a mejorar el
rendimiento de sus tierras o poner su casa a su nombre.
Además, la Fundación Vicente Ferrer trabaja de manera
conjunta con toda la comunidad en la defensa de sus derechos
y la lucha contra los matrimonios infantiles, el tráfico y
la violencia de género, pues la participación y el
compromiso de toda la sociedad son clave. Gracias a esta
cooperación mutua en todos y cada uno de los ámbitos y
programas de desarrollo, las mujeres van consiguiendo día a
día el respeto de sus maridos y vecinos, la participación en
la toma de decisiones y su reconocimiento como miembros de
pleno derecho en la sociedad.
Contexto: la situación de la mujer en la India
Nacer niña en la India se considera todavía hoy una carga
familiar: la dote que las familias deben pagar para casar a
sus hijas las obliga a endeudarse de por vida. Esta
situación se agrava en las comunidades rurales, donde las
mujeres sufren una doble discriminación, por sexo y por
pertenecer a una casta inferior. Pero la dote no es el único
problema al que se enfrentan las mujeres en la India. Los
abortos selectivos, los infanticidios femeninos, la
violencia en el hogar y el tráfico de mujeres siguen siendo
prácticas corrientes a día de hoy en la India. La alta
mortalidad durante el embarazo, los matrimonios infantiles,
los derechos de propiedad discriminatorios y la falta de
acceso a la nutrición, sanidad y educación son otros de los
muchos factores que han situado la India en el cuarto puesto
del fatídico ranking de los países más peligrosos del mundo
para nacer mujer, según un estudio de la Fundación Thomson
Reuters.
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