En un mercado poco dinámico, con la situación de crisis
económica acuciando al potencial comprador y el
endurecimiento de los préstamos por parte de las entidades
financieras que han cerrado el grifo del crédito, la
solución para sobrevivir en esta difícil situación es el
mercado de alquiler. Una alternativa tanto para propietarios
que no quieren “tirar” los precios en la venta de sus
viviendas como para las propias inmobiliarias, que
encuentran en este ámbito un recurso válido para continuar
haciendo negocio y que se activa: a finales del verano con
la llegada de estudiantes y trabajadores y ahora en enero.
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