A la hora de evaluar las razones de la reincidencia en las
estancias de buques de la Armada rusa en Ceuta en nuestro
puerto, hay que encontrarlas, en virtud de las propias
manifestaciones de los tripulantes, en el buen recibimiento
y la hospitalidad del pueblo ceutí, que los acoge con afecto
y simpatía, sintiéndose muy cómodos entre nosotros. En
principio, al margen de estas consideraciones de tipo
humano, también hay que reconocer que resulta preceptivo
efectuar una tramitación oficial de petición, perfectamente
regladas, que den opción a la estancia de estos buques.
Una vez conocida la primera experiencia, lo cierto es que se
ha secundado la presencia aquí de la Armada rusa en virtud
de los informes y las sensaciones que se han llevado de
nuestra ciudad que, aparte de verla como muy bonita,
destacan el carácter de sus gentes y el comportamientos de
los ciudadanos.
Los grandes niveles de hospitalidad han supuesto unas señas
de identidad reconocidas y las bonificaciones que aplica la
Autoridad Portuaria de Ceuta para facilitar la presencia
aquí de los buques rusos. En enorme contingente de personal
ruso que ya conoce nuestra ciudad, les convierte, además, en
los mejores embajadores de Ceuta en su país de orígen. Al
correspondiente avituallamiento que realizan en nuestro
puerto, hay que unir el despliegue de compradores por
nuestra ciudad.
Desde que llegaron en 2010 los primeros tripulantes de la
Armada rusa, sus compatriotas que llegaron después han dado
fe de la actitud cariñosa de la gente ceutí con la que se
sienten muy identificados.
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