La Orquesta de Cuerda Civitas Musicae, que dirige Jesús
Echevarría, ofrece hoy a las 20.30 horas, en el Auditorio
del Revellín, el Concierto de Año Nuevo. Echevarría lamenta
que con los recortes, hay orquestas que están “al borde del
abismo o a un paso de desaparecer”. Así, considera que la
música debería de ser “un valor en alza porque promueven
aptitudes y sensibilidad”.
Escuchar un espectáculo como el que hoy llega al Auditorio
del Revellín empieza a ser un lujo. Y es que, como reconoce
el director de la Orquesta de Cuerda Civitas Musicae, Jesús
Echevarría, la crisis está dejando mucha huella en la
cultura en general y en las formaciones musicales en
particular, que ven peligrar su existencia. “Yo estoy
convencido de que hay que recortar, pero debería de ser un
proceso más paulatino, porque por los recortes hay orquestas
que están al borde del abismo y a un paso de desaparecer”,
explica el músico. “Hay que asumir que no tenemos capacidad
de gasto para traer a 80 personas, y creo que Ceuta ha
acertado en traer esta orquesta, que asume el mismo papel
que una orquesta grande, pero reduce los costes”, agrega.
El Revellín acoge, a las 20.30 horas, el concierto de año
nuevo, que con 17 músicos trae a Ceuta, a través de la
Consejería de Educación, Cultura y Mujer, la Fundación
García Fajer. “Es un concierto muy entretenido, de piezas
breves como el vals o la polca, y al público le va a
encantar”, explica el director, quien destaca que se trata
de un espectáculo “bonito y para todos los públicos”, con
temas tan populares como el ‘Vals del Danubio azul’.
Echeverría considera que el público no varía de un país a
otro, pero sí de capitales y ciudades grandes a localidades
reducidas. “En Madrid, Londres o Nueva York, el público es
muy fiel, entendido y arriesgado, tienen una educación
musical, mientras que el de Ceuta o Sevilla es un público
que le gusta más aquello que conoce, que no se arriesga a
acudir a algo que no le suene”, apunta.
El director considera que la educación en música no es
suficiente porque “los políticos la consideran innecesaria,
cuando debería de ser un valor en alza porque promueve
aptitudes y sensibilidad”.
Echeverría considera que dirigir es “una tarea ardua pero
muy satisfactoria“. “Mi instrumento son esos músicos a la
espera de qué les puedo ofrecer, ellos saben tocar y yo los
unifico”, añade.
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