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OPINIÓN - DOMINGO, 30 DE DICIEMBRE DE 2012

 
OPINIÓN

Miscelánea semanal

Por Manuel de la Torre


LUNES 24.

Suena el teléfono muchas veces. Son familiares, amigos y conocidos que nos desean lo mejor para el año que se avecina y que tiene toda la pinta de ser peor aún del que está ya dando las boqueadas. Con lo cual queda dicho todo. Isidro Hurtado de Mendoza me llama y, como siempre, su llamada me sabe bien. Muy bien. Puesto que muchos son los años de amistad y nunca me ha defraudado su comportamiento hacia mí. De Isidro no me cabe más que decir cosas agradables. Pero tampoco es hoy día en el cual deba hacerle el artículo a quien aprecio de veras. Basta con que él sepa, y también los suyos, que me tiene a su disposición. Tampoco falla la felicitación de Emilio Lamorena cuando la noche está a punto de principiar su tarea. La conversación de este año ha sido más corta, debido a que él estaba siendo solicitado por otro lado. Pues a mí me llegaba por medio del aparato la atención que le reclamaban sus nietos. En cuanto me despido de Emilio, otra vez debo acudir presto al aparato: son Charo y Luis Parrillas. Quienes, desde Córdoba, se interesan por Gloria y por mí. Y ya aprovechamos el momento para citarnos el miércoles en Ceuta. La Ceuta que ambos no se cansan de hacer proselitismo de ella. La noche, por ser la de Nochebuena, sufre el castigo del tronar de petardos y cohetes. Las autoridades siguen padeciendo de sordera.

Martes. 25

No se me había presentado la ocasión, hasta hoy, de felicitar a Emilio Carreira por esa su primera novela, titulada ‘La Confesión de Emilio Carreira’, que le fue presentada, días atrás. Mas nunca es tarde si la dicha es buena. Y la dicha no puede ser mejor que vernos en estas fiestas compartiendo amistades y disfrutando de charlas y de corrillos. Tras felicitarnos las pascuas y demás cuestiones de rigor, nos entretenemos en intercambiar pareceres correspondientes a ciertas situaciones desagradables que han venido sucediéndose durante gran parte del año que está ya dando las boqueadas. Yo suelo pegar la hebra muy poco con Emilio, pero cuando se me presenta la ocasión no me corto lo más mínimo en expresarme con la claridad que me caracteriza si el asunto del cual trato lo merece. Así que hoy he creído conveniente darle mi parecer acerca de algo que no tiene razón de ser. Y lo ha entendido perfectamente. Ya que EC no tiene un pelo de tonto. Verdad de Perogrullo.

Miércoles. 26

A Mochi lo conozco yo hace la tira de tiempo. Y debo decir que me cae la mar de bien. Tal vez sea porque también mantengo muy buenas relaciones con parte de su familia. Pero yo apostaría a que mis simpatías hacía él se deben, mayormente, a su llaneza y a la educación que muestra continuamente. Conmigo, al menos, siempre ha dado muestras de ambas cosas. Mentiría si dijera que nuestras relaciones son fluidas. Ya que éstas se limitan cuando nos vemos, como ha ocurrido hoy, a intercambiar impresiones sobre cualquier asunto menor o sobre lo que toque. Jamás se me ha ocurrido a mí preguntarle acerca de sus obligaciones profesionales ni nada por el estilo. Por más que sepa de sus destacada participación en actividades empresariales. De cualquier manera, por si alguien no se ha enterado aún, debo decir que a mí me agrada sobremanera saber que él, Mochi, que es apelativo, también tiene un buen concepto de mí. Así que miel sobre hojuelas.

Jueves. 27

Pedro Barrientos me llama desde Málaga para felicitarme las fiestas. Y a mí su llamada me sienta más que bien. Y qué decir de la enorme satisfacción que me causan sus palabras. Halagos de un hombre que nunca se distinguió por ser zalamero. Porque, justicia obliga, PB nunca le doró la píldora a nadie. Y ni falta que le hacía: porque era un jugador como la copa de un pino. Barrientos, cuando estaba en el Castellón, ciudad a la cual nunca se adaptó, me fue ofrecido por el presidente de ese club y yo, tras verlo jugar, no dudé en decir que me lo quedaba para mi equipo. En el Portuense hizo tres años clamorosos. Su rendimiento fue sensacional. Lo mismo triunfaba como lateral zurdo o como extremo con funciones de ayuda al medio campo. Firmó por la Asociación Deportiva Ceuta, recomendado por mí, y cuajó actuaciones extraordinarias. Jugador de club y persona difícil de tratar, yo puedo presumir de haberme ganado su voluntad varias temporadas, en las que me rindió con creces. Pedro Barrientos forma parte de ese grupo de amigos a los que yo aprecio con verdadero entusiasmo.

Viernes. 28

Hace ya muchos años que dejé de ir a los plenos. Pues era consciente de que podía dormirme en cualquier momento y hasta exponerme a emitir ronquidos que hubieran causado vergüenza ajena. A pesar del reseñado temor, tentado estuve a veces de regresar al salón de plenos para hacer la crónica del debate. Pero siempre conseguí domeñar mis deseos, por estar convencido de que allí no se me había perdido nada. Los plenos, lo he dicho en alguna que otra ocasión, son soporíferos. Y si los periodistas que los cubren, carecen de imaginación, se tienen que limitar a dar fe de las cuatro bobadas que allí se dicen unos a otros. Ni siquiera la vuelta de Juan Luis Aróstegui al circo parlamentario, ha evitado que se reduzcan los bostezos que se producen en la sala. En ese habitáculo bostezan todos los que allí se encuentran casi sin solución de continuidad. Hay bostezos tan pronunciados como peligrosos y que ponen en peligro la mandíbula de quienes exhiben abrideros de boca monumentales. A propósito: yo les recomendaría a los políticos algo que no es descabellado: hagan un concurso de bostezos, a fin de divertir a los pocos espectadores que asistan a los plenos. Y, sobre todo, para que los periodistas no den cabezadas. Y, mucho menos, que emitan sonoros ronquidos.

Sábado. 29

Me llego, como hago muchos sábados, al Hotel Parador La Muralla. Y me pongo a pegar la hebra con empleados que llevan la tira de tiempo trabajando en el establecimiento. Con algunos de ellos, mi amistad data de los años ochenta. Concretamente de julio de 1982. Así que pueden imaginarse si nos ha dado tiempo a poder intercambiar impresiones sobre el bien y el mal. El mal radica en estos momentos acerca de que los políticos están tratando de vender los paradores a empresas privadas. Pero antes de cometer semejante desatino están obligados a dejar en el paro a muchas criaturas que llevan toda una vida currelando en dichos establecimientos. Los populares, con el fin de evitar escándalos, no saben lo que hacer, y la situación de los paradores españoles ha terminado por convertirse en un problema que puede acabar como el rosario de la aurora. Sobre todo cuando todos sabemos que la ex posa de Rodrigo Rato, María Ángeles Alarcó, ‘Gela’, es Presidenta de Paradores en sustitución del socialista Miguel Martínez a propuesta del ministro de Industria, José Manuel Soria; canario que rebosa infelicidad cuando no encuentra a nadie con quien discutir. Gela, que es capaz de ganarse la voluntad tanto de un dirigente de su partido como de una dirigente, es ejemplo destacado de nepotismo. Que Dios la bendiga. Por el bien de los Paradores.
 

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