LUNES 24.
Suena el teléfono muchas veces. Son familiares, amigos y
conocidos que nos desean lo mejor para el año que se avecina
y que tiene toda la pinta de ser peor aún del que está ya
dando las boqueadas. Con lo cual queda dicho todo. Isidro
Hurtado de Mendoza me llama y, como siempre, su llamada
me sabe bien. Muy bien. Puesto que muchos son los años de
amistad y nunca me ha defraudado su comportamiento hacia mí.
De Isidro no me cabe más que decir cosas agradables. Pero
tampoco es hoy día en el cual deba hacerle el artículo a
quien aprecio de veras. Basta con que él sepa, y también los
suyos, que me tiene a su disposición. Tampoco falla la
felicitación de Emilio Lamorena cuando la noche está
a punto de principiar su tarea. La conversación de este año
ha sido más corta, debido a que él estaba siendo solicitado
por otro lado. Pues a mí me llegaba por medio del aparato la
atención que le reclamaban sus nietos. En cuanto me despido
de Emilio, otra vez debo acudir presto al aparato: son
Charo y Luis Parrillas. Quienes, desde Córdoba,
se interesan por Gloria y por mí. Y ya aprovechamos
el momento para citarnos el miércoles en Ceuta. La Ceuta que
ambos no se cansan de hacer proselitismo de ella. La noche,
por ser la de Nochebuena, sufre el castigo del tronar de
petardos y cohetes. Las autoridades siguen padeciendo de
sordera.
Martes. 25
No se me había presentado la ocasión, hasta hoy, de
felicitar a Emilio Carreira por esa su primera
novela, titulada ‘La Confesión de Emilio Carreira’, que le
fue presentada, días atrás. Mas nunca es tarde si la dicha
es buena. Y la dicha no puede ser mejor que vernos en estas
fiestas compartiendo amistades y disfrutando de charlas y de
corrillos. Tras felicitarnos las pascuas y demás cuestiones
de rigor, nos entretenemos en intercambiar pareceres
correspondientes a ciertas situaciones desagradables que han
venido sucediéndose durante gran parte del año que está ya
dando las boqueadas. Yo suelo pegar la hebra muy poco con
Emilio, pero cuando se me presenta la ocasión no me corto lo
más mínimo en expresarme con la claridad que me caracteriza
si el asunto del cual trato lo merece. Así que hoy he creído
conveniente darle mi parecer acerca de algo que no tiene
razón de ser. Y lo ha entendido perfectamente. Ya que EC no
tiene un pelo de tonto. Verdad de Perogrullo.
Miércoles. 26
A Mochi lo conozco yo hace la tira de tiempo. Y debo
decir que me cae la mar de bien. Tal vez sea porque también
mantengo muy buenas relaciones con parte de su familia. Pero
yo apostaría a que mis simpatías hacía él se deben,
mayormente, a su llaneza y a la educación que muestra
continuamente. Conmigo, al menos, siempre ha dado muestras
de ambas cosas. Mentiría si dijera que nuestras relaciones
son fluidas. Ya que éstas se limitan cuando nos vemos, como
ha ocurrido hoy, a intercambiar impresiones sobre cualquier
asunto menor o sobre lo que toque. Jamás se me ha ocurrido a
mí preguntarle acerca de sus obligaciones profesionales ni
nada por el estilo. Por más que sepa de sus destacada
participación en actividades empresariales. De cualquier
manera, por si alguien no se ha enterado aún, debo decir que
a mí me agrada sobremanera saber que él, Mochi, que es
apelativo, también tiene un buen concepto de mí. Así que
miel sobre hojuelas.
Jueves. 27
Pedro Barrientos me llama desde Málaga para
felicitarme las fiestas. Y a mí su llamada me sienta más que
bien. Y qué decir de la enorme satisfacción que me causan
sus palabras. Halagos de un hombre que nunca se distinguió
por ser zalamero. Porque, justicia obliga, PB nunca le doró
la píldora a nadie. Y ni falta que le hacía: porque era un
jugador como la copa de un pino. Barrientos, cuando estaba
en el Castellón, ciudad a la cual nunca se adaptó, me fue
ofrecido por el presidente de ese club y yo, tras verlo
jugar, no dudé en decir que me lo quedaba para mi equipo. En
el Portuense hizo tres años clamorosos. Su rendimiento fue
sensacional. Lo mismo triunfaba como lateral zurdo o como
extremo con funciones de ayuda al medio campo. Firmó por la
Asociación Deportiva Ceuta, recomendado por mí, y cuajó
actuaciones extraordinarias. Jugador de club y persona
difícil de tratar, yo puedo presumir de haberme ganado su
voluntad varias temporadas, en las que me rindió con creces.
Pedro Barrientos forma parte de ese grupo de amigos a los
que yo aprecio con verdadero entusiasmo.
Viernes. 28
Hace ya muchos años que dejé de ir a los plenos. Pues era
consciente de que podía dormirme en cualquier momento y
hasta exponerme a emitir ronquidos que hubieran causado
vergüenza ajena. A pesar del reseñado temor, tentado estuve
a veces de regresar al salón de plenos para hacer la crónica
del debate. Pero siempre conseguí domeñar mis deseos, por
estar convencido de que allí no se me había perdido nada.
Los plenos, lo he dicho en alguna que otra ocasión, son
soporíferos. Y si los periodistas que los cubren, carecen de
imaginación, se tienen que limitar a dar fe de las cuatro
bobadas que allí se dicen unos a otros. Ni siquiera la
vuelta de Juan Luis Aróstegui al circo parlamentario,
ha evitado que se reduzcan los bostezos que se producen en
la sala. En ese habitáculo bostezan todos los que allí se
encuentran casi sin solución de continuidad. Hay bostezos
tan pronunciados como peligrosos y que ponen en peligro la
mandíbula de quienes exhiben abrideros de boca monumentales.
A propósito: yo les recomendaría a los políticos algo que no
es descabellado: hagan un concurso de bostezos, a fin de
divertir a los pocos espectadores que asistan a los plenos.
Y, sobre todo, para que los periodistas no den cabezadas. Y,
mucho menos, que emitan sonoros ronquidos.
Sábado. 29
Me llego, como hago muchos sábados, al Hotel Parador La
Muralla. Y me pongo a pegar la hebra con empleados que
llevan la tira de tiempo trabajando en el establecimiento.
Con algunos de ellos, mi amistad data de los años ochenta.
Concretamente de julio de 1982. Así que pueden imaginarse si
nos ha dado tiempo a poder intercambiar impresiones sobre el
bien y el mal. El mal radica en estos momentos acerca de que
los políticos están tratando de vender los paradores a
empresas privadas. Pero antes de cometer semejante desatino
están obligados a dejar en el paro a muchas criaturas que
llevan toda una vida currelando en dichos establecimientos.
Los populares, con el fin de evitar escándalos, no saben lo
que hacer, y la situación de los paradores españoles ha
terminado por convertirse en un problema que puede acabar
como el rosario de la aurora. Sobre todo cuando todos
sabemos que la ex posa de Rodrigo Rato, María Ángeles
Alarcó, ‘Gela’, es Presidenta de Paradores en
sustitución del socialista Miguel Martínez a
propuesta del ministro de Industria, José Manuel Soria;
canario que rebosa infelicidad cuando no encuentra a nadie
con quien discutir. Gela, que es capaz de ganarse la
voluntad tanto de un dirigente de su partido como de una
dirigente, es ejemplo destacado de nepotismo. Que Dios la
bendiga. Por el bien de los Paradores.
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