En menos de tres meses, han
coincidido en el tiempo las celebraciones de año de cuatro
culturas de primer rango (la religión va subyacente) con
activa presencia humana en Ceuta y Melilla: la minoritaria
comunidad hebrea festejó el 17 y 18 de septiembre Rosh
Hashaná (Cabeza del Año), 5773 del calendario judío,
mientras que los hindúes (así como los budistas, los sijs y
el jainismo) celebraron el 13 de noviembre el año 2069 y,
solo dos días más tarde, la amplia comunidad musulmana
conmemoró el 15 de noviembre y según el calendario de la
Hégira el 1º de Muharrán o R´as as-Sana, correspondiente al
año 1434, mientras que todos juntos (si bien los cristianos
aguantan formalmente hasta el día 6) nos adentraremos el
próximo 1 de enero en el año 2014 de la globalizada Era
Común. La cosa no acaba ahí, pues el 13 de enero se abre el
Año Nuevo Amazigh (1 Yennayer), que alcanzaría en esta
importante pero infravalorada cultura la respetable cifra
del año 2963 y que en la luminosa Alhucemas, la tierra de la
lavanda, será celebrado como corresponde entre el 14 y el 19
del mes que entra. Un año más amigos lectores.... y un año
menos, pues el río de la vida nos va llevando,
inexorablemente, hasta el océano insondable e infinito que
es el morir, como cantaría Jorge Manrique. Por lo demás,
¿qué es sino la vida una preparación para el Gran Viaje?.
Una vida que debe asumirse intensamente para no temerla,
como debe esperarse resignadamente a la muerte para no
asustarse, gozando plenamente de cada día, créanme, como si
fuera éste el último de nuestra corta y azarosa existencia.
En Ceuta menos, aun cuando la populosa comunidad musulmana
suele agruparse por zonas geográficas de procedencia (y el
Rif es una de ellas), pero en Melilla la población amazighen
(antes se decía beréber o berebere) procede mayoritariamente
del cercano Rif (Arrif) Central y Oriental, por lo que el
rollito paternalista ese de las Cuatro Culturas (abducido
por la omnipresente religión) cojo queda, voto a Breogán, si
las llamadas Ciudades Autónomas con Melilla a la cabeza no
se “mojan” (como hacen en otros casos) como es debido con la
marginada y silente cultura amazigh, cuyas raíces se hunden
en la Protohistoria siendo muy superior en el tiempo, tanto
al Cristianismo como al no digamos reciente Islam. Repasen
las cifras de los respectivos calendarios y saque el
respetable sus conclusiones. Por lo demás la múltiple
impronta sociocultural autóctona amazigh así como la partida
geografía de Tamazgha (la tierra de los amazighen u hombres
libres) está hoy fragmentada y dispersa por el norte del
continente africano, fruto de los límites fronterizos de los
estados poscoloniales así como de la ortopraxis dominante
del Islam que aun pretende en los países ribereños del
Mediterráneo (salvo Egipto y Libia) caminar hacia una Unión
del Magreb Árabe (UMA). Árabe... ¿de qué?. El pueblo
amazighen se encuentra hoy repartido por Marruecos (Rif,
Atlas, Sous además de en las principales villas y ciudades),
Argelia (Kabilia, Aurés, Mzab, Hoggar), Túnez (Matmata,
Krumirie y la isla de Yerba), Libia (yebel Nefussa y Tibesti),
Egipto (oasis de Siwa), noroeste de Mali y Niger, Mauritania
(cercanías de Nouakchot) e incluso en los campos de Tinduf
controlados por la RASD, Chad (zona fronteriza con Libia y
Níger) y alguna parte del norte de Burkina Fasso. Por no
hablar en la Península Ibérica, desde la perspectiva
histórica, de los iberos (¿euskaldunes incluídos?) o de la
intensa emigración a países europeos como Francia, Alemania,
Holanda, Bélgica y más recientemente España.
Por lo demás y les escribo desde mi Marruecos del alma, en
todo el país luce un tiempo fresco y soleado, luciendo buena
parte de las montañas de este “país frío del sol caliente”
una corona de nieve. En ciudades y villas así como en los
principales accesos, unas precavidas autoridades han
reforzado las medidas de seguridad pues han sido intensos,
desde primeros de diciembre, los rumores de un atentado
durante estas fechas. Expertos de la CIA estarían trabajando
codo con codo todo este mes son sus homólogos marroquíes,
revisando las medidas preventivas en las principales
ciudades turísticas del país (desde Marrakech a Tánger, de
Agadir a Ouarzazate), mientras en la capital económica del
Reino, Casablanca, han sido reforzados los efectivos de cada
comisaría. A la vez, Policía y Gendarmería no dejan de
peinar el país en busca y captura de numerosas células
terroristas (salafismo yihadista) emboscadas en el mismo. En
Tetuán ha sido especialmente relevante el arresto el 21 de
octubre de Hassan El Younsi, “emir” de las células de Ansar
Asharia (Partidarios de la Sharia) cuando se aprestaba a
reunirse con el inquietante ex preso salafista Omar Hadouchi
(sí, el de las dos “jotbas” en una mezquita de Príncipe),
mientras que entre las autoridades se ve cada vez con mayor
aprensión el despliegue de simpatizantes y campos de
entrenamiento en el Rif, accidentada región que dadas sus
peculiaridades podría, bajo ciertas condiciones, deslizarse
hacia un eventual “Rifganistán”. Otro frente al que cada vez
se le presta más atención es al de la emigración en España,
Francia y Países Bajos, sociedades abiertas en las que la
predicación y captación terrorista se hace con más facilidad
que en un estado, amable pero policial, como es Marruecos.
Se masca estos días en el ambiente un reflejo de los
atentados terroristas de mayo de 2003 en Casablanca y, como
advierte el dicho popular, “Si vives en Marruecos no te
extrañes de nada”. Que haya paz. Y feliz Año Nuevo. Visto.
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