PortadaCorreoForoChatMultimediaServiciosBuscarCeuta



PORTADA DE HOY

Actualidad
Política
Sucesos
Economia
Sociedad
Cultura
Melilla

Opinión
Archivo
 

 

 

sociedad - DOMINGO, 30 DE DICIEMBRE DE 2012

 

resumen 2012

El 2012, un año lleno de pareceres

CEUTA
Manuel de la Torre

ceuta
@elpueblodeceuta.com

ENERO

He decidido apuntar en mi libreta de los hechos importantes la posesión de Francisco Antonio González Pérez como delegado del Gobierno, un dos de enero del año 2012. Que para él será una bendición. Por ser el día en el cual se vieron culminados si no todos sus deseos políticos, pues quizá habría soñado con ser ministro alguna vez, al menos gran parte de ellos. Ya que ser delegado del Gobierno no es moco de pavo. Para Pacoantonio, repito, habrá sido una bendición el haberse sentido centro de atención, en este lunes de enero, de una ciudad en la cual lleva más de tres décadas viviendo; mientras los demás mortales, es decir, los menos favorecidos por la suerte, nos vemos precisados a invocar al santo de turno para que las medidas de recortes adoptadas por el Gobierno nos permitan seguir comiendo asiduamente. De momento, el ministro Montoro no ha dudado en meternos el miedo en el cuerpo, una vez más, anunciando que el jueves habrá nuevas medidas contra el déficit. Que Dios nos coja confesados.

-Leyendo un artículo de este periódico, que trata de las elecciones a la presidencia del Partido Popular de Ceuta, y que está firmado por “El observatorio”, me he acordado inmediatamente de nuestro siglo XIX y de cómo se puso en él la primera piedra de una expresión política: “Las dos Españas”. La primera. La absolutista. Católica, patriota, partidaria del poder omnímodo del monarca. Segunda. La constitucional. Católica, patriota, partidaria de una limitación del poder real. La conclusión es evidente: en 1823 se acusaba de “antiespañoles” a quienes eran católicos, nacionalistas y partidarios de una monarquía en que la autoridad del monarca tuviera ciertos límites legales que limitaran su poder. Y españoles de verdad, de pura cepa, a quienes defendían lo contrario. Es decir, los que se aferraban al inmovilismo y justificaban el poder absoluto del monarca. Quien escribe y firma mediante el sobrenombre de “El observatorio” está en su perfecto derecho de cantar las excelencias de Juan Vivas, como alcalde y también destacar sus muchas cualidades como candidato a la presidencia del partido. Faltaría más. Pero tampoco es menos cierto que no es de justicia llamar a los defensores del otro candidato, o de cualquier candidato, rencorosos, torpes, idiotas y demás lindezas por el estilo que significan lo contrario a no ser inteligentes.

-Hace ya cierto tiempo Alberto Gallardo me dijo que se encontraba chungo. Ya será menos…, le dije. Manolo, de verdad, estoy tela de chungo, respondió él. Y a partir de ese momento me pudo la preocupación. Dado que en esa época nos veíamos casi todos los días en un negocio suyo, procuraba interesarme por su dolencia sin darle la menor importancia. Con el único fin de que Alberto no se sintiera más preocupado de lo que ya estaba. Y con razón, según pude saber cuando me puso al tanto de que estaba a punto de entrar en el quirófano. Desde aquel momento, mentiría si no dijera que seguí con suma atención todo lo concerniente al mal trance por el cual estaba pasando AG y su familia. Una familia extraordinaria. Cómo se nota la mano de Luz Marina –mujer de Alberto- en la formación de sus hijos. Que son tres. Todos ellos, madre e hijos, pasada la angustia de las intervenciones y del proceso de recuperación más difícil afrontado por el cabeza de familia, dieron una lección de saber estar y de arte –sí, de arte, ¡coño!- en un momento determinado de la fiesta celebrada en el Parador Hotel La Muralla, el viernes por la noche.

-Francisco Antonio González es político veterano y se sabe de memoria que en política, lo verdaderamente importante cabe en la punta de una servilleta. Frase que habrá tenido tiempo de oírle más de una vez en el Congreso de los diputados a Iñaki Anasagasti. Y sabrá también que no es bueno dejarse mecer por los elogios cuando aún no le ha dado tiempo a dormir en el edificio de la plaza de los reyes. Por lo tanto, y con mis mejores intenciones, le sugiero que es conveniente que su labor, que promete ser buena, vaya adquiriendo ribetes de silencios sonoros. Que son los mejores. Para poder afrontar los momentos difíciles. Que los habrá.

FEBRERO

Empezaré diciendo, por si alguien no pudo leerlo cuando lo escribí, en momento que lo tuve por conveniente, que yo armé la marimorena en un medio escrito, donde estuve muchos años, por habérseme censurado una columna en la cual le cantaba las cuarenta a Pedro Gordillo. La marimorena estuvo acompañada, además, con hacer dejadez de mis funciones. Importándome un bledo y parte del otro cualquier medida –disciplinaria- que me impusieran. Eran tiempos en los que un periodista, Gonzalo Testa, lo primero que hacía cada mañana, muy temprano, era telefonearle a Gordillo para que éste le diera primicias y le contara pormenores del gobierno y del partido. Y, casi siempre, Pedro finalizaba la conversación advirtiéndole de que guardara el más completo silencio de aquellas charlas matinales, mantenida con el político en pijama. En aquellos entonces, ocurrió además que yo me vi obligado a presentarme al juzgado para someterme a un acto de conciliación con Gordillo, Tras denunciarme él. De lo que dije allí, ante la presencia de Pablo González, su hija, también abogada, y del que me representaba a mí Fernando Rodríguez Quirós, me prometí guardar el mayor de los silencios. Lo reseñado viene a confirmar que Gordillo y yo nunca hicimos buenas migas. En realidad, yo no he hecho nunca buenas migas con los políticos; sobre todo si estaban atiborrados de poder y paseaban por la calle escupiendo por un comillo. Mis relaciones con Gordillo principiaron cuando una enfermedad lo mandó al hule del dolor. Y hasta me permití decirle que se anduviera con cuidado porque se estaba tramando contra él.

-Lorena Miranda, waterpolista, es la ganadora del Premio María de Eza a la mujer ceutí del año. Joven deportista, en posesión ya de un historial brillante, lo primero que ha dicho, debido a su hermosa ingenuidad, es que el último día se presentó su candidatura más por instigaciones ajenas que por voluntad propia. Debido a que ese premio lo podía haber ganado más adelante. En puridad, lo que ha quedado patente es que la jugadora de waterpolo, además de ser grande en ese deporte y de tener un futuro magnífico, a escala nacional, en su especialidad, no tiene un pelo de tonta. Pues se ha dado cuenta de qué manera ha sido apremiada a presentarse a esa especie de concurso con el fin de que la ganadora fuera alguien total y absolutamente distinta al perfil de las demás candidatas. Así que cabe darle la enhorabuena. En esta ocasión, sin embargo, Estrella Heredia parecía la mujer más apropiada para adjudicarse el premio que tiene como lema principal: “Porque ninguna labor importante quede en silencio”. Y la labor de superación que viene mostrando la sindicalista desde hace muchos años es merecedora de que se propale. De que se airee. De que se premie.

-Debe ser tristísimo dedicarse a la política por necesidad, porque no se sabe hacer otra cosa. El autor de la frase es Miguel Herrero de Miñón. Político a quien nadie le ha discutido su brillantez y que, según dicen, ha descollado siempre por su efusividad y por ser de conversación animada y chispeante. De Herrero de Miñón se destaca su buen humor y se le reconoce que tiene un saque comparable con el de Mariano Rajoy. Que ya es comer con ganas. Nunca he tenido el gusto de compartir mesa y mantel con Francisco Márquez; de modo que no sé si come mucho o poco; pero lo que sí me consta es que no se dedica a la política por necesidad. Por lo cual no tiene motivo alguno para sentir esa tristeza a la que se refiere Herrero de Miñón. No hace falta más que adentrarse en su vida académica y laboral para que uno se percate de que está ante una persona muy capacitada. Sumamente capacitada. No obstante, hace seis días el consejero de Hacienda, portavoz del Gobierno local y diputado del Congreso, habló en conferencia de prensa de modo y manera que sus palabras propiciaron un revuelo enorme entre los funcionarios del Ayuntamiento. Revuelo aprovechado inmediatamente por los delegados sindicales, que para eso están, gusten más o menos, para incitar a los funcionarios a la protesta. La protesta se ha basado en ocupar los funcionarios espacios del edificio municipal con el fin de abuchear a cuantos diputados accedieran a ellos, y, cómo no, al presidente. Abucheos acompañados de sonidos de silbatos, pero los sonidos de silbatos no son tan temidos como los abucheos. Puesto que el abucheo zahiere y denosta más que cualquier otra manera de protesta. Por consiguiente, no me extraña que el abucheo de los funcionarios haya causado entre los políticos desazón suficiente como para que Juan Vivas decidiera, con gran celeridad, reconducir la situación. A fin de imponer la calma. Y parece ser que lo ha conseguido.


MARZO

Juan Luis Aróstegui suele decir, entre quienes no cesa de dorarle la píldora, que ha adquirido fama gracias a quien le viene criticando desde hace la tira de tiempo. Desde aquel tiempo en el cual nadie osaba llevarle la contraria. Porque le tenían tanto miedo como respeto. Miedo por ser secretario general de Comisiones Obreras, y respeto porque en aquellos entonces los periodistas de esta tierra no querían complicaciones de ningún tipo. La fama que dice haber alcanzado Aróstegui puede que le haya proporcionado la posibilidad de ser distinguido cada año como una de las personas más influyentes de la ciudad. Y me da a mí en las pituitarias que esa consideración otorgada por el Diario El Mundo se la ha ganado por percibir sueldos apetitosos y que si fueran aireados, no tengo la menor duda de que se harían cruces innumerables ciudadanos. Ganar mucha pasta con la que está cayendo nada más que está al alcance de personas influyentes y conocedoras de cómo hacer caja mediante su participación en varios sitios a la vez. Aróstegui lleva ya una eternidad siendo un pluriempleado de lujo. Lo que no entiendo es de dónde saca tiempo para cumplir con todas sus obligaciones profesionales. De manera que a la consideración de influyente no hay más remedio que sumarle la capacidad de trabajo que tiene y también la de comprender y adaptarse a las situaciones por encima del puro instinto. Es decir, que a ver quién es el guapo que pone en duda su eficacia e inteligencia. Pues su bien pensar es el que llevó al pluriempleado a darle coba a Mohamed Alí para aprovecharse de un partido en el cual era más que posible obtener un escaño de concejal que se le negaba y que, de no haber dado ese paso, se le hubiera seguido negando hasta el fin de sus días.

-Cuando Francisco Antonio González está pasando por un momento delicado, debido a que quienes queman coches pueden, si no se pone pronto coto a sus tropelías, causar un daño irreparable, se propala que José Fernández Chacón forma parte de quienes han sido imputados en Melilla por delitos en el que han dado en llamar el ‘caso del voto por correo’. Los delitos son de prevaricación por dictar los cargos con poder diversas resoluciones con el fin de adjudicar cientos de puestos de trabajos a personas que no le correspondían. Los hechos se remontan a las elecciones del 2008, año en que el PSOE y coalición por Melilla decidieron unir su suerte en las urnas. La noticia viene a confirmar que la sombra de Juan José Imbroda es alargada. Y que estará frotándose las manos al comprobar cómo Fernández Chacón, dada su condición de delegado del Gobierno en Melilla, en esa época, tendrá que regresar para defenderse de lo que le atribuyen. Y a mí, la verdad sea dicha, semejante hecho más que sorpresa me ha causado tristeza. Tristeza, porque Fernández Chacón, que se llevaba a matar con Imbroda, vino aquí dispuesto a que sus relaciones con Juan Vivas fueran todo lo contrario. Es decir, que llegó preparado para hacer de la cohabitación un ejemplo de cómo dos cargos, pertenecientes a distintas siglas, pueden estar a partir un piñón. Tal es así que nadie puede negar que la amistad entre el presidente de la Ciudad y el delegado del Gobierno fue, durante años, tan íntima cual armoniosa. Amistad que llegó a despertar recelos y envidias entre miembros de ambos partidos. O sea entre socialistas y populares. Que no acertaban a comprender a cuento de qué venía que Pepe y Juan estuvieran tan hermanados.

Ser portavoz del Gobierno es tarea difícil. Y lo podría ser mucho más si los medios se lo propusieran. Tan complicada como para llegar todos los días a casa sin ganas de nada. Así me lo confesó un día alguien que procuraba que la imagen del alcalde no sufriera menoscabo alguno. Un alcalde, por cierto, que metía la pata a cada paso. Yolanda Bel, cuando aceptó el cargo, comenzó a cumplir los años de dos en dos. Y un día, mirándose al espejo, se dio cuenta de que, además de irle creciendo la nariz, las arrugas iban apareciendo sin solución de continuidad. Y fue entonces cuando escribí aconsejándole que abandonara una portavocía que la estaba matando a fuego lento. Y, en cuanto pudo, me hizo caso. A fuego lento es como Guillermo Martínez acabará quemándose por defender lo indefendible, Triste sino para un político que aspira a consagrarse en una actividad para la cual está capacitado. De momento, sus declaraciones sobre por qué Melilla se ha endeudado más que Ceuta le han supuesto recibir varapalos. Y, claro es, a mí me ha tocado salir en su defensa. Y, en menos que canta un gallo, he sido tachado de todo menos de bonito por cuantos creen que le he dorado la píldora por intereses. Craso error. Ya que, a mi edad, lo que le suceda al tal Martínez me importa… un carajo. Y perdonen el palabro.

Mohamed Alí, quien, al fin, ha conseguido encontrar su rincón de seguridad, debido a que se siente protegido por Juan Luis Aróstegui, vive sus mejores momentos como político. Su felicidad, la de Alí, radica en que tiene asumido que el secretario general de CCOO es el tío más inteligente de Ceuta y del mundo mundial. Cuando Alí oye hablar al jefe de su partido, se le cae la baba. Se ensimisma, asciende en los aires, en una palabra, levita. Pierde la noción del tiempo y repite sin cesar: “¡Cómo Aróstegui no hay ninguno! ¡Aróstegui es cojonudo!”. Fatima Hamed, mujer culta y con ambiciones, se enciende viendo cómo Alí se ha echado en los brazos de Aróstegui; se la comen los demonios al comprobar que a su compañero de partido le hayan comido el coco; que le hayan torcido su voluntad, y hasta ha llegado a pensar que puede haber habido algo de magia para hacer posible que el sindicalista sea, actualmente, quien maneje la coalición como a él le salga de los cataplines. Aunque Fatima, debido a que gana una pasta gansa, como consejera, aguanta el tirón de la disconformidad con la sonrisa en la boca; una sonrisa que acabará por hacerse vieja de tanto decir sí contra su voluntad. Y cuando una sonrisa atractiva se convierte en una mueca acre, avinagrada, ajada, cuesta lo indecible recuperar su alegría primigenia. Una pena. Puesto que ella creyó siempre en Mohamed Alí. Depositó su confianza política en él. Y ahora se encuentra con que quien ordena y manda en su partido es un sindicalista que no ha mucho despotricaba contra lo que despotricaba.

La última vez que crucé unas palabras con Juan Vivas fue para darle el pésame por la muerte de su madre. Confío en que la memoria no me falle. Aunque qué importancia podría tener si acaso yo estuviera equivocado en la fecha. Aquel día, en el velatorio y desde sitio adecuado, pude observar al presidente, sin caer en la indiscreción, y me di cuenta de que el paso del tiempo no envejece tanto como permanecer en el poder, sea éste impuesto o no. Debo confesar, aun exponiéndome a que le dé al presidente un ataque de coquetería maltratada, que lo hallé desmejorado, venido a menos en su lenguaje corporal, y las bolsas acentuadas debajo de sus ojos delataban el estado fatigoso de un dirigente que había perdido la lozanía de quienes acceden a los cargos y son capaces de conservarla durante varios años. Fue en aquellos momentos, cuando dije para mí: a este hombre hace ya mucho tiempo que los problemas del gobernante le van minando la salud sin solución de continuidad. Seguro que lleva mucho tiempo padeciendo el mal del despacho en el cual tomar decisiones es tarea ineludible. De cualquier manera, le di respuesta a mis pensamientos: dicen que gobernar es el costoso resultado de habilidad, paciencia, inteligencia e imaginación. Y, tras analizar todas esas cualidades, no tuve el menor empacho en reconocer que una media de todas ellas redundaría a favor de Vivas en un promedio de condición por encima del aprobado.

ABRIL

El lunes pasado, a esa hora vaga de mediodía, me topé con Ángel Gómez. Y le dije que se le notaba muchísimo que estaba a punto de volver a recuperar su puesto en la Policía Local. Y a partir de ahí nos pusimos a recordar tiempos pasados. Tiempos en los que Ángel Gómez, siendo funcionario del Cuerpo Superior de Policía, se ganó la confianza de Ricardo Muñoz: alcalde de Ceuta en los años ochenta. Y se convirtió en jefe de la Policía Local. Un puesto por el cual suspiraba algún que otro compañero del vallisoletano. Pues AG fue nacido en tierras bañadas por el Pisuerga. Ricardo Muñoz, cuando llegaba al famoso “Rincón del Muralla”, le hacía el artículo a AG, sin pararse en barras. Lo ensalzaba de tal manera delante de las fuerzas vivas de la ciudad que éstas se miraban como preguntándose si podía ser posible que el acalde hubiera encontrado un mirlo blanco para modernizar una Policía que seguía viviendo en el pasado. Es verdad, pues de justicia es reconocerlo, que Gómez hizo un trabajo sensacional. Fue capaz de reformar un organismo que se había quedado anquilosado. De modo que muy pronto los ciudadanos comenzaron a darse cuenta de que su labor estaba siendo tan satisfactoria como digna de mención. El éxito de Gómez, debido a sus muchos méritos, hizo posible que sus enemigos comenzaran a pensar en cómo podían juntarle chinitas con los pies. Es decir, principiaron a prepararle disimuladamente una traición. Más o menos lo que siempre sucede cuando alguien acierta en su cometido y lo hace además con fuerza.

-Para trofeo el logrado por Carmela Ríos: enorme periodista ceutí, que ha logrado el premio Ortega y Gasset al mejor trabajo de periodismo digital por su cobertura en los primeros momentos del 15-M en Madrid a través de Twitter. A Carmela Ríos, que está actualmente en Noticias Cuatro, la entrevisté yo cuando comenzaba a disfrutar de las mieles de la popularidad, hace ya un montón de años. Así se lo he recordado a su padre, Pepe Ríos Pozo, cuando me ha dicho que este periódico no se había acordado de reflejar el triunfo de tan extraordinaria periodista, nacida en esta tierra. Mi respuesta fue la siguiente: Pepe, lo de tu hija está escrito en mi miscelánea semanal. Aun así, querido amigo, he aquí el pequeño homenaje a tu famosa hija. Un beso, Carmela.

-Pedro Gordillo era un político poderoso. Tan poderoso que llegó a creerse que era inmune a cualesquiera contratiempos. Vivía confiado plenamente en su conocimiento del partido y creía a pies juntillas en cuantas personas le adulaban diariamente. Las consideraba amigas. Craso error. Tan grave o más que el desconocimiento que tenía de quienes eran sus enemigos acérrimos. Y, claro, si te dedicas a la política y no sabes, en cuanto entras en una habitación, quién está contigo y quién contra ti, lo mejor que puedes hacer es que te busques otro oficio. Pero el entonces vicepresidente del gobierno, presidido por Juan Vivas, y presidente del Partido Popular, actuaba convencido de que estaba por encima del bien y del mal. Pero llegó el año 2009, y Gordillo fue víctima de una enfermedad y, nada más abandonar el hule del dolor, se encontró con un problema que hizo posible que su vida cambiara radicalmente. Me recuerdo que, durante su enfermedad, los había que no se cortaban lo más mínimo en decir que Gordillo estaba acabado. Que sus dolencias le impedirían ser el de siempre. Y resaltaban, además, de manera despectiva, que el cura estaba ya fuera de sitio. La traición que le habían tendido estaba ya en su apogeo.

MAYO

Lo conocí cuando apenas llevaba yo unos meses residiendo en la ciudad. De lo cual hace ya casi treinta años. Un día me dijeron que Ángel Muñoz Vega respiraba socialismo a raudales. Pero yo entonces, cono ahora, le concedía escasa importancia a las ideas políticas que tuvieran los demás. Por aquel entonces, principio de los años ochenta, Muñoz Vega había cumplido los cincuenta años. Destacaba por su estatura y su presencia despertaba interés. Las mujeres decían de él que tenía muy buena facha. Con tan buen aspecto, elegancia natural, y un sentido del humor siempre dispuesto para las ocasiones concretas, nuestro hombre se hacía notar sin querer. Pero lucir palmito no era lo suyo. Lo suyo era, había sido desde muchos años antes, trabajar duramente para sacar seis hijos adelante. Que habían ido llegando como si tal cosa. De manera que cuando quiso darse cuenta se vio rodeado por una prole que le exigía una entrega completa al trabajo. Pues nunca ha sido tarea fácil sacar adelante a una familia numerosa. Ángel Muñoz Vega ha cumplido ochenta y tres años. Y, días atrás, tuve la suerte de charlar un rato con él. Y me lo pasé en grande. Pues hablaba de la vida con el conocimiento de quien se la había bebido a grandes sorbos. Pero trabajando…

-Cuando Rodrigo Rato nos visitó, hace apenas nada, se le rindieron honores desmesurados. Los que jamás han merecido los banqueros y, mucho menos, cuando se tiene la certeza de que ellos son culpables en gran medida de la ruina económica que viene padeciendo medio mundo y parte del otro medio. Nunca antes se había visto tanta demostración de vasallaje en escena, si acaso uno decide olvidarse de la visita del Rey. El presidente de Bankia, o sea Rodrigo Rato, que arribó a Ceuta sabiendo ya la ruina de lo que él administraba, se topó de bruces con unos políticos que le hicieron cucamonas desde que puso los pies en esta tierra. Lo colmaron de carantoñas y zalamerías. En las que destacó de manera sobresaliente, según supimos de buena tinta, Francisco Márquez. Quien, confiado ciegamente en que RR se mostraría magnánimo con los problemas económicos de Ceuta, parece ser que se llevó un desengaño que a punto estuvo de costarle una enfermedad. Según hacía presagiar la tristeza infinita que se apoderó de él cuando comprendió que el presidente de Bankia vino a Ceuta a cobrar trampas y no a seguir concediendo dineros a fondo perdido. Los dineros a fondo perdido que ha concedido Bankia a políticos y sindicalistas, y amigos de ambos, y demás corruptelas que van saliendo a la luz, han llegado a ser de una magnitud que nos permite pensar que RR haría muy bien en desaparecer del mapa. Es decir, quitarse de la circulación. Y pulgar sus culpas en cualquier monasterio hasta el fin de sus días. Sometido, cómo no, a flagelaciones controladas para que nunca olvide, mientras viva, la parte de culpa, enorme culpa, que ha tenido en que se haya producido un desfalco de tantos millones de euros.

-Las personas con las que me he ido encontrando hoy, sábado, quieren saber si es cierto lo publicado en este periódico, días atrás, sobre los millones que Viajes Trujillo facturó a la Asociación Deportiva Ceuta cuando era presidente Felipe Escane. Y les digo que sí. Las personas con las que me he ido encontrando hoy, sábado, en mi recorrido por los establecimientos de la calle Jáudenes, quieren saber si es verdad que la Federación de Fútbol de Ceuta lleva casi más de dos décadas con los libros de contabilidad en total desuso. Convertido en mamotretos cubiertos por telarañas. Y les digo que sí. Las personas con las que me he ido encontrando hoy, sábado, no han cesado de preguntarme por qué razón el gobierno local sigue subvencionando a un organismo que maneja esos dineros sin rendir cuentas a nadie. Y les he dado las pistas consiguientes. Las personas con las que me he ido encontrando hoy, sábado, me han hecho muchas y variadas preguntas relacionadas con la FFC. Y a todas ellas les he contestado en la medida que mis conocimientos sobre el asunto me han permitido. En realidad, no hace falta ser muy listo para responder a quienes desean enterarse de cómo las autoridades locales han estado permitiendo que la FFC se haya convertido en algo que huele tan mal. Huele a podrido. A sentina. Lo cual está pidiendo a gritos que un equipo intervenga con capacidad y voluntad de recuperar la higiene que corresponde a una federación.

-A mí me puede caer bien una persona aunque haya dado, y esté dando, muestras evidentes de tener más cara que un elefante con paperas. Es lo que le viene sucediendo desde hace ya sus años a Antonio García Gaona. De quien llevo mucho escrito. A fin de convencerle de que la Federación de Fútbol de Ceuta, presidida por él, está necesitada de abrir puertas, ventanas y cajones para cerciorarnos de que las presuntas corrupciones que se le achacan al organismo carecen de fundamentos. Aún no lo he conseguido. El que me caiga la mar de bien García Gaona, por ser educado, amable, servicial y hasta buen encajador –pues así se muestra conmigo-, no obsta para que muchas veces tenga la sensación de que enfrente tengo a un tío con más cara que espalda. Un más que imposible impostor: debido a que se lo exige la suerte de don Tancredo que viene realizando desde que decidió entrar a formar parte del entramado federativo. El presidente de la FFC ni se inmuta. Por más que se le diga, una y mil veces, que el organismo presidido por él está bajo permanente sospecha. Permanece inmóvil, subido al pedestal de quien sabe que está protegido por los cuatro costados. Pues conviene decir, cuanto antes, que pocas personas, pero pocas, se hallan tan amparadas en esta ciudad. Se me ha dicho de él, del presidente de la FFC, que aprendió pronto, a la vera de su padrino en la federación, a prestarle mucha atención a la Obra. La Obra, como bien saben, es el Opus Dei. Lo que no sé, ni se me ocurrió preguntar, es en calidad de qué... Yo lo veo más bien como colaborador. Mas lo dicho no deja de ser un parecer mío… Sin más.

-La Federación de Fútbol de Ceuta ha tenido siempre fama de no llevar contabilidad; de llevarla tan mal, como para que sus libros de anotaciones fueran considerados como impresentables. Tan mala reputación le viene de lejos a un organismo que fue manejado por un presidente, a su manera, durante años, años y años. Muchas fueron las veces que a mí me denunciaron de qué manera se pagaba en la federación: hasta firmando los receptores de los dineros en una servilleta. Los trapicheos que se han venido llevando a cabo en la FFC, desde hace ya la tira de tiempo, eran sobradamente conocidos. Pero nadie se atrevió nunca a decir ni pío. A mí, por ser insistente en mi petición, se me dijo de todo. Debido a mi deseo de saber qué se hacía con las subvenciones municipales. Entre otros dineros. Nada más tomar Antonio García Gaona posesión de la presidencia, lo primero que hice fue recordarle que a él le tocaba acabar con una época de oscuridad en todos los sentidos. Y que lo más apropiado era hacer una auditoría. García Gaona nunca accedió a sanear un organismo que estaba metido hasta el cuello en el ocultamiento de las entradas y salidas de dineros. Un desastre de administración económica. García Gaona terminó por decirme, más o menos, cuando yo le preguntaba, que en vista de que él había querido como a un padre al anterior presidente se sentía obligado a hacer borrón y cuenta nueva. En realidad, Antonio era ya consciente, y lo sigue siendo, de que las cuentas de la federación no se podían airear por gozar de la condición de impresentables.

-El presidente de la Asociación Deportiva Ceuta ha demostrado esta temporada que los malos resultados no lo amilanan. José Antonio Muñoz ha sido capaz de acudir, bastantes partidos, al palco presidencial convencido de que iba a estar más solo que la una. El palco presidencial, otrora carente de espacios para acoger a cuantos querían hacerse visibles en él, terminó por convertirse en lugar infrecuentado por quienes antes acudían a él presurosos para presumir de los triunfos del equipo. A José Antonio Muñoz no le ha temblado el pulso a la hora de dar la cara. Mientras otros, culpables a tiempo completo de las desgracias acumuladas por el primer equipo de la ciudad, se han refugiado en el burladero de la cobardía. Los culpables de la mala situación que atraviesa el primer equipo local, sin duda alguna, son quienes han incumplido sus compromisos económicos con el club. Los mismos que han apostado porque a la Federación de Fútbol de Ceuta no le falte de nada. De modo que este organismo pueda aprovecharse de todas las subvenciones habidas y por haber. Subvenciones con las que su presidente hace y deshace sin tener que rendir cuentas a nadie.

JUNIO

Lo que más odio es la deslealtad. Hay quien nace tonto o feo, o bajito, muy bajito, pero nadie nace desleal ni sinvergüenza. A eso se llega con dedicación y alevosía, perfeccionándose por el uso y el abuso. Mis palabras suenan fuerte en la reunión en la cual me encuentro. Quienes me conocen, porque llevo casi treinta años alternando en esta tierra, viviéndola a pecho descubierto, saben que no me suelo parar en barras cuando me corresponde opinar acerca de cómo actúan los políticos. Sin miedo alguno a que éstos se ensañen conmigo. No sería la primera vez que quien escribe sufre la persecución de políticos mediocres en todos los sentidos. De entre esos políticos, hay uno que cuando pudo se cebó conmigo. Vamos, que procuró siempre hacerme rodar por la ladera conducente a la ruina. Sin conseguirlo. Porque de haber logrado declararme derrotado, humillado y desterrado, nunca habría podido disfrutar yo de una tierra pequeña y marinera. En una tierra pequeña, marinera, y de suma importancia geoestratégica, se hace cada vez más necesario que surja un líder con capacidad suficiente para estar a la altura de las circunstancias exigidas por el lugar. Un líder que sea capaz de aunar voluntades. Un líder de verdad. Con los atributos suficientes para ejercer el cargo con ejemplaridad. Con prudencia, por supuesto que sí; pero también con el valor justo para cumplir con los compromisos adquiridos. Lo que no vale, bajo ningún concepto, es que el alcalde se crea carismático por la cantidad de votos obtenidos. Y dejarse llevar por esa circunstancia para hacer como gobernante de su capa un sayo. No: no, y mil veces no. Habría que gritar a esa forma de actuar.

-No tengo el menor inconveniente en propalar que para entrar en la Federación de Fútbol de Ceuta hay que taparse la nariz. Pero quien se tapa la nariz no impide que la mierda permanezca y la peste se extienda. En lugares cerrados solo se va el mal olor cuando se retira la porquería y se abren las ventanas. Hace un montón de años que la mierda permanece en la sede de la FFC. Y ha llegado un momento en el cual las autoridades locales están obligadas a que tan nauseabundo olor desaparezca. De no ser así, la gente pensará que la federación es lugar adecuado para ocultar tejemanejes inconfesables. En ciudades pequeñas, donde todos nos conocemos y nos vemos las caras diariamente, si uno hace de su capa un sayo, y los demás no se inmutan, es porque cada uno está haciendo un sayo de su capa. Si no fuera así, no me cabe la menor duda de que Antonio García Gaona habría tenido que salir a la palestra aireando la contabilidad de un organismo carente de crédito. La FFC huele muy mal. Huele a chamusquina. Que es ese olor a sospecha de que los libros de contabilidad están adulterados. Que no registran la verdad de las entradas y salidas de los dineros que la federación viene recibiendo del Ayuntamiento, desde hace años. La Federación de Fútbol de Ceuta se sostiene muy bien económicamente, incluso en los tiempos que corren, gracias a las ayudas del Gobierno presidido por Juan Vivas y a las procedentes de la Federación Española de Fútbol. Así lo ha reconocido Antonio García Gaona, presidente, en una entrevista.

-Cuantos más años gobierne alguien más difícil resulta quitarle el poder, y mucho más si gobierna por mayoría absoluta, con la oposición anulada. Es lo que viene ocurriendo en Ceuta desde hace ya muchos años. Desde hace muchos años se viene festejando la presidencia de la ciudad, porque si se mira hacia atrás, todo lo anterior nos parece un desastre que llega a su punto culminante cuando en las sesiones plenarias se armaba la de Dios es Cristo: peleas, líos, ruidosos enfrentamientos y señoras perdiendo la verticalidad por mor de la histeria causada por los insultos recibidos. En aquellos tiempos, años ochenta, es verdad que Juan Luis Aróstegui y el editor del periódico decano tenían algo más que ascendencia sobre el entonces gerente de Procesa: Juan Vivas. Una ascendencia que hacía posible que el gerente tuviera que decir amén a casi todas las propuestas presentadas por los susodichos. De aquella época, aún recuerdo cómo Aróstegui llegaba al despacho de Procesa, en la calle Independencia, tratando de que Vivas le enseñara el camino por el cual transitar para obtener réditos de su cargo como concejal. Era él, el actual dirigente de Caballas, quien procuraba por todos los medios dorarle la píldora al funcionario. A fin de ganarse la confianza de un Vivas que sabía todo lo habido y por haber de cómo funcionaban las cosas en la Casa Grande. Es decir, en el Ayuntamiento. Aróstegui, en cierto momento decidió reunirse con un gerente de la empresa de la limpieza, cuya sede central estaba en Murcia, en sitio tan inapropiado como era un sótano del Hotel La Muralla, y su imprudencia, le costó tener que salir corriendo del establecimiento.

-Juan Luis Aróstegui, tras hacerse con las riendas de Caballas, consiguió muy pronto lo que estaba deseando desde hacía ya muchos años: convertirse en el opositor más furibundo que pudiera tener el gobierno presidio por Juan Vivas. Pues al actual líder de la formación política, dirigida otrora por Mohamed Alí, le ha encantado siempre ser el centro de atención de sus conciudadanos. Sin embargo, éstos le han venido desdeñando en las urnas. Po lo tanto, nadie debería extrañarse de que a nuestro hombre se le haya ido agriando el carácter hasta límites insospechados. Ni siquiera la consecución de un escaño de concejal, después de muchas intentonas fallidas, parece haberle satisfecho. Y hasta puede que esté sobreponiéndose a un amago de frustración. Ya que Aróstegui sabe muy bien que, de no haberse camelado a Mohamed Alí, nunca habría vuelto a formar parte de la oposición municipal. Una oposición necesaria. A todas luces. De no ser así, los gobernantes, que tienden a hacer de su capa un sayo, tendrían el camino expedito para seguir cometiendo desmanes. A mí me agrada sobremanera que el Gobierno local sea sometido a continuas inspecciones por parte de Caballas; si no fuera así, esto es, si no se le investigara por parte de la oposición, seguramente terminaría siendo algo parecido a la Federación de Fútbol de Ceuta: un desastre en todos los sentidos. Curioso, cuando se van a cumplir nueve días de la reelección de García Gaona, como presidente de la FFC, Aróstegui y Alí se han guardado muy bien de decir esta boca es mía. Han mantenido al respecto un silencio sepulcral. Cuando son consciente de que ese organismo recibe subvenciones municipales y no se sabe cómo se emplean. Eso sí, disfrutan alardeando de ser enemigos acérrimos del primer equipo de la ciudad. Y hasta brindan por su desaparición. Y, si se produce, saldrán diciendo que es un logro de ellos. De Caballas, claro es.

-Hace seis meses que fue nombrado Delegado del Gobierno, Francisco Antonio González. Y lo primero que dije, antes de que su nombramiento adquiriera visos de realidad, es que entre quien escribe y él no existía el menor asomo de entendimiento. No era, precisamente, Pacoantonio, la persona que a mí me ofrecía confianza alguna para desempeñar un cargo complicado en una ciudad que, estando escasa en kilómetros, se ve obligada a afrontar problemas de urbe grande. Los primero días de González Pérez como Delegado del Gobierno fueron complicados. Porque llegó al cargo convencido de que el ordeno y mando estaba por encima de cualquier otra manera de mostrarse. Y yo destaqué su entusiasmo. Entusiasmo que le hacía cometer errores de bulto. Hasta el punto de que a mí me hizo escribir acerca de cómo la Policía Nacional, por medio de miembros cualificados, comenzó a desconfiar de él. Francisco Antonio González está a punto de cumplir algo más de seis meses como Delegado del Gobierno. Cargo complicado. Sin duda alguna. Porque lo es de una ciudad que es frontera con Marruecos. Casi nada. Y ha entendido muy pronto, gracias, creo yo, a los buenos consejos de su jefe de Gabinete, que no se debe hablar por hablar ni mucho menos adelantarse a los acontecimientos.
 

Imprimir noticia 

Volver
 

 

Portada | Mapa del web | Redacción | Publicidad | Contacto