Todavía no ha acabado la campaña de Navidad en cuestión de
compras pero el comercio local ya comienza a sufrir los
rigores de los “recortes” económicos que han experimentado
los empleados públicos en la paga “extra” de diciembre y
estiman en un 40% la disminución en las ventas aunque el
Portavoz del Gobierno, se ha aventurado sólo a fijarla en el
30%, aunque con reservas y emplazando al término de la
campaña para evaluar la incidencia que se presume ya
negativa para las cuentas de resultados de sus negocios.
En la calle, el malestar de los empresarios del comercio es
notable por esta contrariedad que ya se anticipó en su día y
aunque algunos se han aventurado a anticipar las “rebajas”,
lo cierto es que el dinero no fluye con en otros años y las
familias se limitan a regalitos que son más bien pequeños
detalles que compras costosas.
Al no circular el dinero como es lógico, de poco sirven las
imaginativas campañas invitando a “gastar dinero” en Ceuta o
las ofertas, cuando la realidad es que el dinero en
metálico, la solvencia, se ve muy afectada y no deja
resquicio posible a la profusión de regalos.
Como es la tónica general del país, éstas serán unas
Navidades muy austeras en materia de compras y ello va a
repercutir de manera muy notable en el comercio local.
La media de gastos no supera los 300 euros y se busca más el
detalle que un regalo costoso de capricho. Y es que, cuando
no hay dinero en el bolsillo u otras prioridades exigen
gastar dinero, los regalos pasan a segundo término. El
comercio será un buen termómetro estas Navidades.
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